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Índice

Cubierta

Portadilla

Madres. Un ensayo sobre la crueldad y el amor

Preámbulo

I. Castigo social

Ahora

Entonces

II. Ceguera psíquica

Con amor

Con odio

III. La agonía y el éxtasis

Elena Ferrante

Vuelta del revés

Coda

Agradecimientos

Notas

Créditos

Madres

Un ensayo sobre la crueldad y el amor

Para Lynn Rose

y para Jeanette Stone

con mi amor

Hermiona: ¡Bajad la vista, dioses,

y verted las gracias de vuestros sagrados pomos

sobre la cabeza de mi hija!

WILLIAM SHAKESPEARE, El cuento de invierno

Y supongo que es lo que todos queremos de nuestras madres: que

mantengan el mundo en marcha, y, aunque sea una mentira,

que se comporten como si nunca pudiera acabar.

HISHAM MATAR, El regreso

Oh, Dios. ¿Hay madre todavía después de la muerte?

ALI SMITH, Autumn

Preámbulo

El hilo conductor de este libro es sencillo: en la cultura occidental, la maternidad es ese espacio en el que alojamos o, si se quiere, enterramos la realidad de nuestros propios conflictos, de lo que significa ser plenamente humano; es el último chivo expiatorio de nuestros fracasos personales y políticos, de lo que está mal en el mundo, eso que las madres tienen por tarea enmendar, una tarea, como es natural, irrealizable. Así, a la tan conocida reivindicación de que a las madres se les exige mucho, lamento de honda tradición feminista, este libro va a sumar una nueva dimensión, o un interrogante más: ¿qué estamos haciendo —a qué aspectos de nuestras relaciones sociales y de nuestra vida interior les estamos dando la espalda; pero, sobre todo, qué les estamos haciendo a las madres mismas— al cargarlas con lo que más nos cuesta aceptar en nuestra sociedad y en nosotros mismos? Ser madre es, por definición, estar en contacto con los aspectos más difíciles de cualquier vida vivida en plenitud. Porque, además de la pasión y del placer, lo que las madres comparten es un conocimiento íntimo. ¿A santo de qué, pues, han de ser ellas las encargadas de pintarlo todo de color de rosa? Hay una línea argumental que recorre todo el libro, y es que, al hacer que las madres tengan licencia para sufrir todo tipo de crueldades, nos estamos tapando los ojos ante las injusticias que nos rodean y estamos cerrando las puertas de nuestros corazones. Una de dos: o reconocemos qué es exactamente lo que les estamos pidiendo a las madres que hagan en el mundo —y por el mundo—, o seguiremos destrozando el mundo y a las propias madres.

I

CASTIGO SOCIAL