Agradecimientos

Gracias a Stanislas y a nuestros cinco hijos: Solange, Jean-Baptiste, Jeanne, Célestine y Maxime. Este último amplió nuestra familia en 2014 y muchas fotos suyas ilustran este libro. Su llegada estimuló mis ganas de sumergirme de nuevo en los escritos de Maria Montessori, para releerlos desde el ángulo de la primera infancia. Esto me apasionó y me motivó a compartir el enfoque Montessori con los más pequeños. Gracias también a mis padres.

Gracias a André Roberfroid, presidente de la Fundación Montessori de Francia y embajador de la AMI, por su prólogo, pero también por su visión, sus convicciones, su benevolencia y su apoyo.

Gracias a todos los que han dado testimonio y han participado en esta obra: Patricia Spinelli e Isabelle Séchaud, del ISMM, Odile Anot, Céline Alvarez, Aurore Moehring, Lydie Lecetre-Abbyad, Ioana Vasilescu-Bellenger, Hélène de Ségrais, Patricia Peterson-Fontenay, Joumana Hamel, Mia Mazzantini, Yolande Iquel, Elena, Aude, Marie, Nadia y Christelle.

Gracias a las escuelas que me han abierto sus puertas: la escuela Montessori bilingüe de Rueil-Malmaison, la escuela Montessori internacional del Jardín de Luxemburgo en París y el Jardín de Infancia Montessori de Boulogne.

Gracias a la AMI y a Joke Verheul por las fotos de Maria Montessori, así como a Anne-Jeanne Etienbled, Madeline Verguet y Paul Bertin por sus fotos. Y gracias a los figurantes Alice, los gemelos Ebose y Onose, Adam, Edouard, Tristan y Martin.

Gracias a todo el equipo editorial y, en especial, a Gwénaëlle, Sandrine y Anne.

Y gracias a vosotros, queridos lectores, por tener este libro en las manos.

Dedico este libro a todos los niños, son nuestro futuro.

Anexos Cuatro patrones de móviles

El móvil de Munari

Este móvil apela al gusto innato del niño pequeño por el orden y el espíritu matemático. Se basa en la fórmula matemática siguiente.

Esta es una imagen de conjunto de la disposición de los móviles. Encontrarás en Internet tutoriales para fabricar estos móviles, pero también puedes construirlos a tu manera.

El móvil de Gobbi

Se pueden pintar las bolas o envolverlas como una bobina con hilo de algodón, lana o, idealmente, seda. Este móvil tiene 5 bolas, pero existe una versión de 7 bolas (con una varilla de unos 28 cm).

Varias opciones:

  • Las bolas de tonos degradados se siguen, con la más oscura en el hilo más largo.
  • La bola más oscura se encuentra en el centro, con un degradado simétrico de un lado al otro.

El móvil de los bailarines

Se copian estos bailarines para que tengan unos 14 cm, en papel brillante o que capte la luz (metalizado, holográfico o irisado). Este papel puede tener dos caras, con un color intenso en el reverso. El conjunto debe ser ligero para favorecer el movimiento de los móviles. Se cuelgan los bailarines con hijo de nailon de una o varias varillas.

El móvil de los octaedros

Se copia este patrón en tres hojas de cartulina de color rojo, azul y amarillo. Se puede utilizar la misma escala para los tres, con una arista de unos 4 cm, o bien una escala diferente para cada octaedro, con una variante de 1 cm. Se cuelgan de una varilla.

Bibliografía

Obras de Maria Montessori

Otras obras

Recursos

1. Maria Montessori
(1870-1952)

Una de las primeras mujeres médicas de Europa

Maria Montessori nace el día 31 de agosto de 1870 en Chiaravalle, una pequeña ciudad situada en la provincia de Ancona, en Italia. Es la única hija de un padre funcionario, bastante austero, y de una madre procedente de una familia de investigadores. Sus padres, preocupados por que su hija reciba una buena instrucción, deciden mudarse a Roma cuando tiene quince años.

Maria realiza estudios de medicina contra la voluntad de todos, pues, en aquella época, estos estudios están reservados a los hombres. Tiene que luchar para obtener autorizaciones excepcionales. Es un recorrido de luchadora. Da muestras de tenacidad y valor. Tiene que hacer disecciones sola, por la noche después de las clases, ¡porque se considera que es indecente que una mujer joven lo haga en presencia de estudiantes masculinos! En 1897, es la primera mujer que obtiene el título de Medicina en Italia.

Realiza estudios de biología, psicología y filosofía entre Francia, Inglaterra e Italia. Trabaja en la clínica psiquiátrica de Roma con niños mentalmente discapacitados. Considera que estos niños necesitan más ayuda psicológica que médica. Defiende sus derechos y su dignidad en numerosas conferencias. El Estado crea entonces una escuela de ortofrenia (el arte de desarrollar las facultades intelectuales) y confía la dirección a Maria Montessori. Se ocupa allí de la mayoría de los niños deficientes de Roma. Los observa incansablemente y se dedica a su desarrollo. Quiere que sean más respetados, estimulados y, por consiguiente, más activos y seguros de sí mismos.

Maria Montessori se inspira en los trabajos de dos médicos franceses del siglo XVIII, Jean Itard y su discípulo Édouard Séguin. Jean Itard es conocido por haber ayudado al famoso Victor, el niño salvaje de Aveyron encontrado hacia los 10 años de edad en un bosque, donde vivía como un animal, sin haber adquirido las características de la especie humana a causa de la soledad en la que creció. Su historia inspiró a François Truffaut, en 1969, para su película El pequeño salvaje. Édouard Séguin, por su parte, había creado un material pedagógico destinado a los niños deficientes. Maria Montessori se inspira en sus trabajos para proponer actividades y trabajar con los niños discapacitados. Se observa que sus progresos son impresionantes, en especial en los ámbitos de la escritura y la lectura. Algunos se presentan a los exámenes de fin de estudios primarios y obtienen excelentes resultados. Este éxito es una revelación para ella. Decide entonces investigar lo que puede dificultar el correcto desarrollo de los niños sin discapacidad y quiere proponerles el material pedagógico que ha elaborado. Pronto se presentará la ocasión…

La primera Casa de los Niños

Después de cuatro años como profesora en el Instituto de Pedagogía de la Universidad de Roma, trabajando sobre la historia de la antropología y su aplicación en pedagogía, se le ofrece la oportunidad de crear un lugar de acogida para niños sin discapacidad. Se le confían niños pequeños, hasta entonces librados a su suerte en el barrio obrero de San Lorenzo, en Roma. En enero de 1907, Maria Montessori abre la primera Casa dei Bambini («Casa de los Niños»). Manda construir de inmediato muebles proporcionados al tamaño de los niños, lo cual resulta revolucionario en aquella época. Contrata a una ayudante con la que se ocupa de una cincuentena de niños y les ofrece el material pedagógico que había diseñado para los niños discapacitados.

Con una actitud de investigación, observa las evoluciones espontáneas de los niños en un entorno que ha preparado para ellos. En una escuela que se parece a un laboratorio pedagógico a la vez que conserva un ambiente familiar, adapta el material en función de sus observaciones y elabora también nuevas actividades. Se sorprende ante las capacidades de concentración y autodisciplina de los niños pequeños. Multiplica los experimentos y los descubrimientos positivos. Observa que los niños necesitan orden, elegir libremente sus actividades, poder repetirlas tanto tiempo como les parezca y tantas veces como deseen, porque buscan más la actividad por sí misma que su finalidad. De esta manera, Maria explora y descubre progresivamente una nueva pedagogía que llamará «científica» y que se convertirá en «el método Montessori». Siempre insistía en el hecho de que no había inventado nada, sino que se había contentado con observar lo que los niños le mostraban, como «la intérprete de los niños». Constata también que los niños «llevan» a su casa nuevas costumbres de cuidados y de orden, y que los balcones de este barrio desfavorecido se llenan de plantas. El desarrollo de los niños se transmite a su entorno.

La multiplicación de las escuelas y la notoriedad

Los progresos de los niños de los que se ocupa son tan impresionantes que se presentan en la prensa internacional. ¡Acuden de las cuatro esquinas del mundo para visitar esta nueva escuela! Se abre una segunda Casa de los Niños en otro barrio pobre de Roma. La fama de Maria Montessori se hace mundial. Redacta varias obras sobre el tema de la pedagogía, del niño y de su desarrollo. Habla en ellos de autoeducación. Todo el mundo quiere conocer sus recetas. Y justamente no se trata de recetas, es un enfoque, una mentalidad. Para transmitirlo y para responder a las peticiones apremiantes de formación, crea un curso en 1909 para formar a educadores de niños de 3 a 6 años y después otro para los de 6 a 12 años. Estos cursos se hacen internacionales en 1913. Estas formaciones pretenden desarrollar su método de manera rigurosa, respetando sus principios fundadores: lo esencial es cambiar la forma de ver al niño, lo cual requiere un cambio interior y un proceso de humildad.

Las escuelas se multiplican gracias a la formación de numerosos educadores de todo el mundo. Pero este desarrollo fulgurante se interrumpe debido a la guerra de 1914. Maria Montessori se exilia a Estados Unidos, donde ya se han abierto numerosas escuelas (un centenar en unos años). Viaja regularmente a Europa, donde participa en la creación de movimientos pedagógicos. Después de la guerra, su regreso a Europa favorece la apertura de numerosos establecimientos inspirados en su pedagogía. Maria Montessori da conferencias y cursos de formación en numerosos países y forma a unos cinco mil educadores. Quiere que el desarrollo de su método se haga respetando ciertos principios fundamentales. Para ello, crea la Asociación Montessori Internacional (AMI), cuyo objetivo es preservar y promover su pedagogía. Esta asociación sigue siendo muy activa. Existen también asociaciones nacionales; en España, se trata de la AME.

Cuando surge el fascismo en Italia, Maria Montessori no aprueba la atmósfera totalitaria reinante y decide exiliarse. Mussolini, que la admiraba, se ofende y decide cerrar todas sus escuelas. Maria Montessori se instala entonces en España y después, ante la llegada de Franco al poder, se marcha a los Países Bajos.

De 1939 a 1945, huye de nuevo de la guerra y se establece en la India, en Madrás. Allí crea numerosas escuelas y conoce a Nehru, Tagore y Gandhi, del que se hace amiga. En este periodo de su vida es cuando se interesa cada vez más por la vida intrauterina y el recién nacido. Insiste en el hecho de que la Paz, con «P» mayúscula, germina mejor si la semilla de la paz se siembra en los niños desde el inicio de la vida. Las relaciones entre los adultos y los bebés, pero también las relaciones de los niños entre sí a escala de la familia, el vecindario y la clase, condicionan la naturaleza de las relaciones de los adultos del mañana. Por eso, los primeros años de la vida son tan valiosos.

De regreso a Italia, después de la Segunda Guerra Mundial, Maria Montessori retoma la formación de educadores y restablece sus escuelas a petición del Gobierno. Publica nuevos libros y continúa su cruzada por la paz. «El establecimiento de una paz duradera es el objetivo de la educación», había escrito unos años antes en Educación y paz. Entre 1949 y 1951, es nominada tres veces para el premio Nobel de la Paz, ovacionada en la Unesco y condecorada con la Legión de Honor.

Después, Maria Montessori se instala definitivamente en los Países Bajos, cerca de su hijo Mario, que se ha casado allí y ha fundado una familia. En este momento, al final de su vida, Maria Montessori se dedica más especialmente a los niños pequeños, observando a sus nietos, con los que vive. También había observado durante mucho tiempo a los bebés cuando vivía en la India. En colaboración con Adèle Costa Gnocchi y Gianna Gobbi, dos asistentes a las que confía la concepción de ayudas para el desarrollo de los más pequeños, diseña un espacio adaptado a los bebés hasta los 18 meses, que llama «nido», y otro para los niños de un año y medio a 3 años, comúnmente llamado «comunidad infantil».

Maria Montessori fallece el 6 de mayo de 1952, a los 82 años. Deja tras ella un movimiento de educación nuevo que todavía nos inspira en la actualidad. Su hijo, Mario Montessori, se ocupa de la presidencia de la asociación AMI hasta 1985.

Por otra parte, Maria Montessori fue una gran militante en favor de la mejora de las condiciones de la mujer y de los trabajadores. Se convirtió en la abogada de los niños y denunció el hecho de que trabajaran. Era una mujer decididamente avanzada para su tiempo. En 2007, las escuelas Montessori del mundo entero conmemoraron el centenario de la apertura de la primera Casa de los Niños, y en 2014 se celebró el centenario de la primera escuela Montessori en España.

Montessori hoy

En nuestros días, existen más de 30.000 escuelas Montessori en el mundo, repartidas en más de cincuenta países, sin contar las innumerables escuelas de inspiración montessoriana. En Francia, se cuentan más de 150 escuelas Montessori y numerosos proyectos de creación. Lo cual es muy poco, comparado con nuestros vecinos europeos como Italia, Inglaterra, Alemania, Escandinavia y los Países Bajos, donde incluso existen escuelas Montessori que se benefician de ayudas públicas. Es también el caso de la India, donde hay miles, así como de Japón y América del Norte. También es una pedagogía muy utilizada por las familias que practican la instrucción en casa.

En la actualidad, se realizan investigaciones en el ámbito de las neurociencias y la psicología cognitiva que confirman los descubrimientos de Maria Montessori. Entre ellas, se puede citar la de Angeline Stoll Lillard, investigadora norteamericana y profesora de psicología en la Universidad de Virginia, que ha estudiado los métodos Montessori durante más de 20 años. En su libro Montessori, the Science Behind the Genius, publicado en 2005, expone las investigaciones científicas que confirman los principios montessorianos. En Francia, Stanislas Dehaene, neurocientífico y profesor de psicología en el Collège de France, prestó una gran atención a la experimentación de una clase Montessori adaptada en una escuela pública de preescolar de un barrio desfavorecido a las puertas de París, entre 2011 y 2014. Las pruebas efectuadas por un laboratorio del CNRS demostraron que los niños que se habían beneficiado de esta experiencia exitosa tenían un razonamiento por encima de la normalidad nacional. Esta experiencia resultó positiva.

Aunque sea tranquilizador demostrar la eficacia de esta pedagogía, el objetivo de este enfoque no es permitir que los niños sean «adelantados», sino que sean autónomos, estén adaptados y colmados en su sed de aprender y, por consiguiente, que se sientan realizados, individualmente y en comunidad. Esto favorece la igualdad de oportunidades. La pedagogía Montessori aspira a desarrollarse en las casas, las guarderías y las escuelas públicas. Es deseable para todos.

Conviene recordar

Maria Montessori era una mujer vanguardista, religiosa y entregada a la causa de los niños. En primer lugar, creó escuelas para los niños con dificultades: portadores de discapacidades o desfavorecidos. Después, se dedicó a todos los niños. No concibió un enfoque reservado a los ricos, los superdotados o los niños con dificultades, contrariamente a ciertas ideas preconcebidas. Su pedagogía se dirige a todos y milita por el desarrollo de todos los individuos y para la educación por la paz.

BREVE HISTORIA Y GRAN MISIÓN DE LOS CENTROS NASCITA

Odile Anot, presidente del Centro Nascita Montessori del Norte y su red de padres investigadores

Maria Montessori se interesó mucho por la vida humana desde sus inicios; pudo observar el valor del periodo de los 0 a los 3 años y «sus características propias». Deseaba intensamente transmitir a los cuidadores, pero también a los padres, espacios de observación, reflexión y aprendizaje. «Es un tiempo muy importante para empezar bien en la vida y es muy peligroso privilegiar solo el lado biológico», se lee en la revista Il Quaderno Montessori,1 recuperando el pensamiento de Maria Montessori, sobre el tema. Maria Montessori confió a Adèle Costa Gnocchi su proyecto de sensibilización de la importancia de la primera edad en 1946. Fue alumna de su primer curso (1909) y también era «una de sus discípulas más sutiles y de mente más abierta». Fue sensible de entrada a este proyecto, ya que ella misma tenía una experiencia original de acogida de los más pequeños. Creó la Scuola Assistenti all’infanzia Montessori (la escuela Montessori de asistencia a la infancia), que prepara a los profesionales para la acogida de los niños pequeños y el respeto de la relación padres-bebé desde el momento del nacimiento; abrió una escuela donde acogía a niños pequeños, teniendo en cuenta a los padres que pedían ayuda. En ella, las asistentes al nacimiento no dudaban en acudir al domicilio de las familias para intentar comprender las fuentes de ciertos problemas y guiar a los padres en la observación del niño. Acto seguido, surgió en Roma un Centro Nascita Montessori (CNM), en 1947. Entre otras iniciativas, tenía la responsabilidad de supervisar lugares de acogida de niños muy pequeños y proponer formaciones y actualizaciones a las asistentes diplomadas y a los padres. La Asociación Centro Nascita Montessori obtuvo su estatuto jurídico en 1963 y sigue en actividad en la actualidad. Si tenemos que nombrar a un gran testigo de esta historia, podemos citar a Grazia Honegger Fresco, que fue alumna de Adèle Costa Gnocchi. Sigue incondicionalmente comprometida con la causa del niño a través de la difusión de la obra Montessori para los más pequeños en un establecimiento del norte de Italia, pero también a través de la revista que dirige: II quaderno Montessori. (Es miembro de honor del AMF.)