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Un banjo y dos muertos



COLECCIÓN TEATRO EMERGENTE











Mariana Hartasánchez






Un banjo y
dos muertos

Historia de un duelo














EDICIONES EL MILAGRO




PERSONAJES








Los vivos…

ANSIA MARKBY

FRATA MARKBY

JAIME FITZGERALD

DRA. BONANZA MUNERA

GLADIS
la mano de Jaime


Los fantasmas…

VICENTE MARKBY

SANDRO FITZGERALD


ACTO 1







ESCENA UNO


Hospital psiquiátrico. Consultorio de la doctora Bonanza Munera. Sobriedad absoluta. Un escritorio, un librero con unos cuantos libros. La puerta, que cuenta con una colección de cerrojos, está herméticamente cerrada. Un espejo de cuerpo completo cuelga de ella. Bonanza camina nerviosamente por la habitación. Saca de un cajón una cámara de video, la enciende, se coloca frente al espejo, se filma.


BONANZA Hoy es el día. No tarda en llegar. Lo conozco, tendrá que tocar la puerta en un par de minutos. (Tocan a la puerta delicadamente.) Debió ser un poco después. Esta ligerísima impuntualidad no significa que él no esté listo para… para… salir al mundo. (Baja la cámara.) ¿Jaime?

JAIME (Del otro lado.) Sí. Yo.

BONANZA ¿Estás ahí?

JAIME (Titubeante.) Sí, perdón. ¿Es una pregunta con maña psiquiátrica?

BONANZA ¿Cómo?

JAIME No sé, tal vez usted espera que yo diga que… no estoy aquí o algo por el estilo.

BONANZA No.

JAIME Ah, perfecto.

BONANZA Perfecto.

JAIME Entonces… ¿por qué me pregunta algo tan… obvio?

BONANZA (Descubierta en su estupidez.) Bueno, es que a veces… lo más obvio es lo más… difícil de descubrir. Lo más evidente es lo que nos permite estar en el mundo y dejar atrás la locura, Jaime. Yo te pregunto si estás ahí y si tú contestas que estás ahí, entonces sabes dónde estás y…

JAIME Entonces sí era una de esas preguntas.

BONANZA Sí.

JAIME ¿Puedo entrar?

BONANZA Sí, claro. Hoy es el día. El día en que vas a salir de aquí. ¿Cómo te sientes?

JAIME ¿Esta pregunta no conlleva otro sentido?

BONANZA ¡No, no, de ninguna manera!

JAIME Quiero despedirme y darle las gracias.

BONANZA Bien. (Deja la cámara a un lado, gira y desatornilla los múltiples cerrojos; abre la puerta.) Espera, espera, aún no entres, debo preparar el registro.

JAIME ¿El registro?

BONANZA La cámara. Ahora entra.

JAIME Bien. (Entra, extiende la mano para saludar, Bonanza brinca hacia atrás, asustada.) Estoy bien. Gladis está bajo control. No la tocará más.

BONANZA No le llames Gladis. Hablamos mucho al respecto. Es tu mano, no un miembro autónomo con identidad y conciencia propias. Es tu mano derecha.

JAIME ¿Hay algún problema con que la siga llamando Gladis? Tengo control sobre ella. No va a volver a…

BONANZA ¿A qué, Jaime?

JAIME A hacer pases obscenos. A tratar de levantarle la falda ni a husmear en su escote ni a tocar cruda y consistentemente mi órgano genital tratando de emular el acto sexual. Ahora comprendo que el deseo que mi mano trataba de instigar no era más que la sublimación de un inconsciente torturado por la falta de amor y pertenencia. Mi identidad está fragmentada y…

BONANZA ¡Alto, Jaime! Eso se llama… masturbación y…

JAIME Sí, no es más que el proceso de identificación que se da entre un paciente y su psiquiatra. Un proceso que se parece al amor. Lo entiendo, lo reconozco, lo acepto.

BONANZA Bien, lo entiendo, lo reconozco, lo acepto, digámoslo juntos.

JAIME y BONANZA Lo entiendo, lo reconozco, lo acepto.

JAIME Oiga, doctora, ¿usted inventó esta… forma de curar la locura?

BONANZA La locura no es una enfermedad. Pero sí, ahora que estás cuerdo y que puedo permitirme un desplante egocéntrico, debo confesar que sí, la teoría junto con la praxis de la aceptación consciente es de mi autoría.

JAIME Debe registrarla.

BONANZA Gracias, Jaime, gracias por el consejo. Bueno, es momento de que te entregue algo que te pertenece.

JAIME ¿A mí?

BONANZA ¿Es una pregunta con maña?

JAIME No, no… me…

BONANZA (Ríe.) Ay, Jaime, estoy tratando de ser cordial. Bromeo para ser cordial.

JAIME Ah.

BONANZA Te pido que sostengas la cámara. (Le da la cámara y corre hacia su escritorio, toma la llave que pende de su cuello y abre el cajón, saca un manuscrito de dimensiones considerables, se acerca a Jaime y se lo ofrece.) Toma, Jaime. Ahora es tuyo.

JAIME (Le da torpemente la cámara a Bonanza.) Doctora… Yo…

BONANZA ¿Cómo te sientes?

JAIME Bien. Esto es… (Llora conmovido.)

BONANZA Tu padre hubiera querido que lo tuvieras.

JAIME Voy a cuidarlo, voy a ser digno de este manual.

BONANZA Ahora podrás hacer todos los trucos que dejó tu padre. Este legado te pertenece.

JAIME (Sigue llorando, se abofetea para tranquilizarse; después de esa manifestación de violencia, Bonanza corre a protegerse tras su escritorio.) ¡No, no se asuste! No es Gladis, soy yo. Odio ponerme así. Después de todo, soy un hombre adulto.

BONANZA Jaime, entraste aquí el día que tu padre murió, no pudiste sobrellevar la pérdida. Este libro de magia es el objeto transicional que, más allá de fungir como fetiche, será la forma de que tengas a tu padre cerca de ti. Él te amaba.

JAIME Él me amaba.

BONANZA Entiéndelo, reconócelo y acéptalo.

JAIME Sí.

BONANZA (Deja la cámara sobre el escritorio y le tiende la mano a Jaime.) Despidámonos.

JAIME Sí. (Le estrecha la mano con fuerza; después de unos segundos, Bonanza se incomoda y busca soltarse, Jaime no la deja.)

BONANZA Puedes irte, Jaime.

JAIME Sí. La… quiero mucho… doctora. Entiendo, reconozco y acepto lo mucho que me ha ayudado.

BONANZA Entiendo.

JAIME ¿Y lo reconoce?

BONANZA Y lo acepto.

Se sueltan. Jaime se aferra al libro de su padre. Sonríe tímidamente.

JAIME Al mundo. Seré un gran mago.

BONANZA Jaime… una cosa más. Tu padre te amaba, que no te quepa la menor duda.



ESCENA DOS

Noche cerrada. Frente al árbol del que pende su padre ahorcado y desnudo están Frata y Ansia Markby. Contemplan con serenidad reflexiva al progenitor muerto. Ansia saca su banjo del estuche que lleva colgado al hombro, comienza a tocar una melodía que pretende ser fúnebre, pero que, debido a la muy particular sonoridad del instrumento, se convierte en un lamento bastante ligero. Al terminar, se arrodilla frente al ahorcado.

ANSIA Padre nuestro…

FRATA Que estás en los cielos…

ANSIA ¡No está en los cielos! ¡Mató a una prostituta!

FRATA ¿No íbamos a rezar?

ANSIA Soy un ser pensante. Yo no rezo.

FRATA ¿Y su alma?

ANSIA Padre nuestro, sabemos bien que nunca fuiste un padre ejemplar, pero eras un gran abogado, sabías mentir como nadie, y tus hijas van a continuar tu legado. El bufete de abogados Markby y Markby seguirá estafando a la gente en aras de la justicia.

FRATA ¿Amén?

ANSIA Ya está, vámonos.

FRATA Se te olvidó algo importante.

ANSIA Ah, sí. (Intenta quitarle un anillo al cadáver, único objeto que conserva el cuerpo.)

FRATA ¡No! Se te olvida que tenemos que enterrarlo.

ANSIA (Por fin logra sacar el anillo. Se lo coloca en su propio dedo.) No vamos a enterrarlo.

FRATA ¿Por qué?

ANSIA Es lo justo.

FRATA Se lo van a comer los buitres.

ANSIA Estamos en un tiradero de basura, aquí solo hay ratas.

FRATA Por favor, Ansia.

ANSIA Los hermanos de la prostituta nos advirtieron que si lo bajábamos nos ahorcarían también a nosotras.

FRATA ¡Papá! (Se acerca al cuerpo, llora desconsolada.)

ANSIA Por favor, hermanita, no seas imbécil. A papá no le hubiera gustado verte llorar así. Además, él fue quien eligió el ahorcamiento. Los hermanos de la puta le dieron a escoger entre más de tres métodos y él optó por este.

FRATA ¿Le dieron a escoger?

ANSIA Todo fue muy legal, muy civilizado. Por eso no emprenderemos ningún litigio en contra de ellos.

FRATA Él nunca quiso asesinarla…

ANSIA ¿No? Pues yo recuerdo que llegó temprano a casa, se sentó a cenar con nosotras y nos dijo: “Acabo de matar a una piruja porque la embaracé y no soporto nada ilegítimo en mi vida; los hermanos de la agraviada vienen por mí en dos horas para ahorcarme, elegí el ahorcamiento porque dicen que el arsénico te revienta los órganos y los balazos te atraviesan la carne, quiero morir intacto”.

FRATA No me acuerdo de que dijera todo eso. Solo me acuerdo de lo de la piruja embarazada.

ANSIA Nunca te acuerdas de nada. Sabes que yo soy la de la memoria privilegiada.

FRATA Parece como si hubiera sido ayer.

ANSIA Fue hace cuatro horas, estúpida.