lingüística
y
teoría literaria

traducción de
ESTHER OTEO-CALFAN

100 PALABRAS PARA
ENTENDER A LOS CHINOS

por

CYRILLE J.-D. JAVARY

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diseño de interiores: gabriela parada valdés

primera edición en español, 2014
© siglo xxi editores, s.a. de c.v.

primera edición digital, 2014
© siglo xxi editores, s.a. de c.v.
eISBN: 978-607-03-0633-4

primera edición en francés, 2008
© éditions albin michel, parís
título original: 100 mots pour comprendre les chinois

derechos reservados conforme a la ley

A Kyril Ryjik,
quien, desde hace treinta años,
me ha enseñado la lectura inteligible
de los caracteres chinos
y que será por siempre
mi venerado profesor

INTRODUCCIÓN

Tiempo atrás China estaba en el fin del mundo, el día de hoy está en el centro de nuestras preocupaciones. Sin embargo, cuanto más lugar toma en nuestra vida cotidiana, más se torna lejana, misteriosa e incomprensible.

Existen muchas razones para esto, y una de las más evidentes pero menos conocidas consiste en que los chinos no escriben como nosotros. No utilizan palabras sino ideogramas que consisten en signos formados originalmente de dibujos esquemáticos; esto es muy importante teniendo en cuenta que las palabras con las cuales escribimos son las herramientas que utilizamos para pensar.

LAS PALABRAS SON LAS HERRAMIENTAS QUE UTILIZAMOS PARA PENSAR

Cada lengua se construye una representación del mundo a partir de los términos que ella emplea para designar y escribir los objetos que la rodean. Todas anotan esos términos particulares de la misma manera: con la ayuda de elementos gráficos (letras alfabéticas o signos silábicos) sin significado propio que se usan únicamente para transcribir los sonidos de las palabras de cada lengua.

El chino utiliza exclusivamente signos gráficos, originalmente sin sonido propio y constituidos de imágenes esquemáticas. La diferencia es fundamental y va más allá de un problema de traducción; eleva una verdadera muralla intercultural.

Por ejemplo, cuando hablamos con un inglés o un alemán de libertad,1 basta con saber lo que nosotros entendemos por “libertad” y lo traducimos como “liberty” o “freiheit” para que el diálogo se establezca en un plano de igualdad conceptual. Los sonidos son diferentes pero la noción es la misma. En cambio cuando discutimos del mismo tema con un chino, no es la palabra libertad la que aparece en su mente, sino dos ideogramas: Image, de los cuales el primero quiere decir uno mismo y el segundo origen, y la combinación significa: todo lo que tiene por origen uno mismo, es decir todo lo que no está definido por las leyes o por el ritual. ¿Estaremos hablando de lo mismo? “Libertad” es para nosotros un concepto, una idea “universal” como nos enseñaron los antiguos griegos. La pareja de ideogramas que le corresponden en chino ¡parecen referirse más a una realidad social elaborada por la costumbre y la situación!

Nos damos cuenta de que la distancia cognitiva entre “libertad” y Image es un problema que ahonda la incomprensión mutua en lugar de favorecer el diálogo. Para avanzar en la comprensión recíproca la solución para nosotros es tratar de percibir directamente lo que representan los signos chinos, más allá de las palabras con las que la traducción los reduce trasplantando nuestros presupuestos culturales.

Otro ejemplo interesante: “República”, un término del cual todos y cada uno sabemos más o menos lo que representa, la res publica, inventada por los antiguos griegos, que designa la libre discusión de los asuntos de la ciudad en el ágora, la participación de todos los ciudadanos en los asuntos (res) públicos (publica). Si consultamos un diccionario español-chino, observamos tres ideogramas Image; el último significa: país, el segundo: armonía y el primero: ¡en común! En la expresión china no se trata de discusión o de asuntos públicos sino de un país en donde la armonía está puesta en común. ¿Estaremos hablando de lo mismo? No solamente cabe la duda sino que ella ilustra en todo caso por qué el diálogo intercultural con China se enfrenta con frecuencia a una “Gran Muralla” de incomprensión.

Los ideogramas chinos construyen una visión del mundo radicalmente diferente a la que estamos acostumbrados, irreducible a los presupuestos a los que el uso de nuestras palabras nos ha habituado. Esta diferencia, en realidad, es mucho más importante de lo que se cree generalmente puesto que se coloca en la base de toda una serie de evidencias conceptuales, que constituyen la peana inherente de una cultura.

Nietzsche había ya marcado esta particularidad que él llamaba “el doblez lingüístico del pensamiento”. Pero la situaba en el nivel de la gramática mientras que en la lengua china es aún más profunda, o sea en la escritura y en la lectura de las palabras.

El sinólogo Léon Vandermeersch lo define de la siguiente manera: “La lingüística ha demostrado que nuestra visión del mundo está plenamente estructurada por la lengua en la que la interpretamos […]. El lenguaje es una representación organizada de lo real que marca con su huella”.2 Clarisse Herrenschmidt lo confirma diciendo “Los grupos humanos que escriben en sistemas gráficos diferentes—ideogramas, escrituras consonánticas de lenguas semíticas, alfabeto griego— se inscriben de manera diferente en el mundo” puesto que no únicamente “la psique humana tiende a identificar las cosas con el nombre que portan”,3 sino que la psique de cada civilización considera también como naturales los procesos mentales llevados a cabo para leer las palabras que dentro de ella se escriben. Ahora bien, no son de ninguna manera los mismos procesos los que entran en juego para la lectura de palabras hechas de una sucesión de letras, que para los ideogramas chinos.

Pongamos el ejemplo de una palabra cuyo significado todos conocemos: VIVIR. Para leerla, nuestro cerebro ha realizado una serie de operaciones que la costumbre nos ha hecho olvidar que se trata de un proceso primeramente aritmético. Para leer VIVIR, antes de percibir el significado de la palabra, hemos de haber hecho una serie de sumas literales: V + I = VI, después V + I + R = VIR y finalmente VI + VIR = vivir. Este proceso mental lo efectúa el cerebro izquierdo, el cual es hábil y capacitado para funciones aritméticas, y su resultado final es la producción de una imagen sonora que el cerebro derecho comprende al asociarla con el sonido que en nuestra lengua designa el hecho de vivir. La lectura de un ideograma chino obedece a un proceso completamente diferente.

Para leer un ideograma, el cerebro izquierdo es inoperante, sencillamente porque no se puede deletrear un ideograma, aunque esté compuesto de varios elementos con significado propio, su sentido no resulta de su adición sino del salto cualitativo producido por su asociación. Su lectura pone en funcionamiento al hemisferio derecho.

El equivalente de la palabra “vivir” es el ideograma Image. No es una palabra, es una imagen, representaba en sus orígenes un retoño formándose entre las ramas de una planta. No se lee con el cerebro izquierdo puesto que no está compuesto de la combinación de signos (letras) sin sentido propio, se lee con el cerebro derecho, que no está especializado en operaciones analíticas sino que, por el contrario, sobresale en el reconocimiento de formas y funciona con una lógica imprecisa; aptitud que nos hace decir a veces “ya he visto esta cara en alguna parte”. Los ideogramas no se “leen”, se reconocen.

Dibujos naturales, los ideogramas chinos son invariables. Ignoran el género (blanco, blanca), el plural (caballo, caballos), la conjugación de los verbos (veo, vi, veré, etc.). Todos esos matices existen evidentemente pero no son dados por modificaciones del término considerado, están marcadas por ideogramas específicos colocados adjuntamente. Lo que escribe el signo Image no es un verbo, ni un nombre ni un adjetivo, es más bien una percepción, la sensación que tenemos al percibir un retoño que brota, en el fuero interno sentimos que estamos vivos y de tal manera participamos en la abundancia del conjunto de la vida sobre la tierra.

Esta primacía del cerebro derecho en la lectura de los ideogramas, quizás explica la aptitud del espíritu chino para percibir la globalidad como una evidencia y la causalidad lineal como un exotismo. Inversamente, otra consecuencia de la percepción del mundo con la ayuda de palabras formadas por un conjunto de letras es la evidencia occidental de que cualquier sistema puede desmembrarse y analizarse a partir de los elementos básicos que lo constituyen. Si todas las palabras pueden escribirse gracias a la ayuda de un conjunto limitado de signos, nos parece “natural” que todo lo que existe en el mundo puede ser reducido a la combinación de esos elementos que lo constituyen. De esta aseveración impensada nacerá la evidencia conceptual del análisis como única manera de entender lo real. Léon Vandermeersch dice: “la escritura fonética encamina inevitablemente al análisis”4 y pone como ejemplo a Sócrates quien, en el Cratilo, busca el sentido de las palabras disecando los agregados fonéticos que dan el significante: “Es la líquida ‘l’ la que le da al nombre del Sol [hélios] el sentido de astro que circula alrededor de la Tierra, y la líquida ‘r’ la que da al nombre de la virtud [arétê ] el sentido de libre tránsito del alma buena”.5 Lo que conduce a Hubert Reeves a proponer que “la principal adquisición de la ciencia occidental ha sido el habernos enseñado que el universo entero está estructurado como un lenguaje: los átomos se asocian en moléculas, como las letras en palabras, las moléculas en conjuntos orgánicos como las palabras en frases y los conjuntos orgánicos en formas vivas más y más complejas como las frases en libros”.6 Los chinos, habiendo inventado el papel y la imprenta, inventaron los libros, pero no se reconocen en esta organización del universo.

Por esta y tantas razones más, quien se interese hoy en China, ya sea estudiante de la lengua china o practicante de artes marciales como el Tai Ji Quan, o sencillamente por apertura de espíritu para entender mejor a este actor ineludible del mundo actual, es necesario ir más allá de la traducción e ir a la fuente relacionándose directamente con los ideogramas.

LAS PARTICULARIDADES DEL CHINO

Cada signo escrito correspondía en un origen a una sílaba. Ahora bien la lengua china hablada se caracteriza por la pobreza de su acervo fonético, contiene únicamente 404 sílabas diferentes, lo cual implica para cada sílaba un gran número de homófonos, cada uno representa una palabra diferente, escrita con ideogramas específicos y su pronunciación es indiscernible al oído (como en español: botar y votar, vaya, valla, baya, etc.). Para moderar esta ambigüedad la lengua hablada utiliza diversos recursos y el más sorprendente es la tonalidad, que conduce a pronunciar de manera diferente las sílabas homófonas. Los ejemplos de ese tipo en español son raros pues nuestra lengua tiene una gran riqueza fonética.

LA SEPARACIÓN ENTRE LENGUA Y ESCRITURA

La ideografía china es el único sistema gráfico en el mundo que podemos utilizar, leer y escribir sin tener conocimiento alguno de la lengua misma. Puesto que no es, como de bella manera lo decía Rousseau, una “pintura de sonidos”, sino un diseño del sentido que contiene un significado independientemente de su pronunciación. Las cifras son el único ejemplo que otras lenguas del mundo pueden ofrecer. La comprensión del signo 8 está ampliamente difundida aunque su pronunciación depende completamente de la lengua en que se lee: ocho en México, huit en París, eigth en Londres, acht en Berlín, otto en Roma, ba en Pekín, fa en Cantón, etc. Esta cualidad es común en los ideogramas chinos en su conjunto. La indiferencia en su pronunciación la tienen desde su nacimiento, hace treinta y cinco siglos, en el silencio de los santuarios dedicados al culto ancestral. En efecto, los primeros signos chinos no fueron creados para anotar la lengua hablada sino para explicitar los mensajes ya escritos sobre los objetos llamados “divinatorios” por los ancestros difuntos.7

De este origen mudo, los ideogramas guardaron como objetivo fundamental significar lo que designan, y únicamente después proponer indicaciones de pronunciación de lo que se designa. Dibujos de ideas, desde hace treinta y cinco siglos, los signos chinos reivindican su apelación de ideogramas, hábil neologismo creado durante el siglo XVII por los misioneros jesuitas enviados por Luis XIV a la Corte china, que significa: los signos representan ideas.

LOS SONIDOS EN LETRAS

La cuestión de la transcripción de los sonidos chinos en letras latinas ha sido el origen de una enorme cacofonía. La razón es que los diferentes idiomas europeos escriben con las mismas letras sonidos que suenan completamente diferentes. Por ejemplo la “J” escrita por los ingleses suena dj’, por los españoles suena rh’, por los franceses suena j, etc. Hemos tenido como resultado alrededor de 20 sistemas diferentes de notaciones de sonidos de la lengua oficial china hablada (pues los múltiples dialectos regionales han aportado al edificio su parte de complicación), cada uno adaptado a la pronunciación de las letras en el país que lo había elaborado. En 1973 la UNESCO sabiamente preconizó la utilización a partir de entonces, para la transcripción de nombres de personas y de lugares, el sistema llamado Pinyin, puesto al punto por los mismos chinos, abriendo así la vía a la normalización global; pero desconcertante en un principio al ver que Mao Tse-tung se transforma en Mao Zedong o Pekín en Beijing; Tai Chi Chuan en Tai Ji Quan; el I Ching en Yi Jing y el Tao en Dao.

Aunque parezca extraño, este sistema es el del futuro y por esa razón se emplea en esta obra. Después de citar un ideograma, su pronunciación se indicará en letras latinas, con la indicación del tono para una acentuación específica de la vocal principal. Por ejemplo: bīn, para el primer tono; gé, para el segundo; gǎi para el tercero y huà para el cuarto.

SOMERA EVOLUCIÓN DE LAS GRAFÍAS DE LOS IDEOGRAMAS CHINOS

La escritura china es un fósil vivo. Los ideogramas que los chinos utilizan cotidianamente así como los que siguen inventando para nombrar las producciones de la vida moderna —la computadora, el teléfono celular, etc.—, están regidos exactamente por los mismos principios que aquellos inventados por sus ancestros hace más de tres mil años. Únicamente su apariencia cambia, a causa de las transformaciones de los instrumentos y de las bases sobre las que fueron trazados. En general distinguimos:

Los caracteres “arcaicos” (o “primitivos”)

Grabados sobre omóplatos y caparazones divinatorios, de aspecto rudo y anguloso, fueron utilizados durante todo el periodo que va desde los primeros testimonios escritos hasta mediados del siglo VIII antes de nuestra era. Hubo un redescubrimiento fortuito durante una inundación del río Amarillo hace unos cien años, transformando todos los conocimientos sobre la sociedad china de los orígenes, particularmente atestiguando una gran complejidad lingüística puesto que fueron catalogadas más de ocho mil formas diferentes.

Los caracteres “antiguos”

Trazados con la ayuda de canutos rellenos de tinta sobre tabletas de bambú, y más tarde sobre lienzos de seda, se utilizaron desde el siglo VIII antes de nuestra era, hasta la invención del papel y del pincel (siglo I de nuestra era). Son signos sólidos y plenos, sin adornos y con cierta nobleza antigua. Corresponden bien al alma china y la tradición los ha conservado hasta nuestros días para los sellos personales, razón por la cual se les llaman también “sigilarios”.

Los caracteres “clásicos” (o “tradicionales”)

Escritos con pincel, han sido utilizados sin interrupción desde el siglo I hasta nuestros días. La utilización de este nuevo instrumento, provocó importantes modificaciones en el trazo y el grafismo de los ideogramas. La receptividad Yin del papel —absorbe la tinta más rápidamente que el bambú y la seda— y la dinámica Yang del pincel introdujeron una dinámica formada de trazos gruesos y de perfiles, de ganchos y de saltos que será el origen de la caligrafía, una de las artes más preciadas en China sin equivalente alguno en otra civilización. Las formas difíciles de trazar con un instrumento que no es rígido, como los puntos y los círculos, desaparecieron dando lugar a las líneas para los primeros y rectángulos para los segundos, como por ejemplo en el carácter del sol Image se volvió Image.

Estas modificaciones se combinarán con un proceso muy común en la evolución de todas las lenguas: la asimilación de formas complejas diferentes a una misma forma simple, que a veces tornará ilegibles los componentes del ideograma y difícil el análisis de sus componentes sin haber recurrido a las formas antiguas y primitivas.

Los caracteres “simplificados” actuales

Son aquellos que se utilizan el día de hoy en China continental. La decisión de reformar la escritura fue tomada por el gobierno de la República Popular desde mediados de los años 1950, para hacerlos accesibles a las masas pues en esa época había más de 80% de analfabetas dentro de la población. El primer objetivo era remplazar las grafías tradicionales por las formas simplificadas, las tres cuartas partes ya estaban en uso entre los letrados para documentos no oficiales y no impresos.

Por ejemplo en español decimos: vamos al “cine”, es una abreviatura usual de la palabra cinema, ella misma abreviatura del nombre oficial de la invención de los hermanos Lumière: el cinematógrafo.

La reforma china consistió en declarar que a partir de ese momento se aceptaba escribir la palabra “cine”, mientras que anteriormente sólo la forma “cinematógrafo” estaba oficialmente aceptada como es el caso, hasta la fecha, en Taiwán y en Hong Kong. “El resultado fue espectacular, un texto en ideogramas simplificados contiene menos de la mitad de trazos que el mismo texto escrito en caracteres tradicionales. La media de ideogramas simplificados es de seis trazos por carácter, que corresponde a la media de cinco a seis letras para las palabras en español.”8

La aplicación de esta reforma al país entero se llevó a cabo diez años más tarde, en 1966, en el momento de la Revolución cultural llamada de tal manera justamente por esta precisa razón.

La comisión para la reforma de la escritura tenía también una meta más profunda: a largo plazo abandonar los ideogramas, situación que hubiera provocado enormes complicaciones a causa de los múltiples homófonos del chino hablado. A la muerte de Mao, este proyecto llegó a su fin, y el desarrollo de la informática permitió enterrarlo definitivamente.

Hoy en día, el nivel de alfabetización en China es comparable al de los países europeos y la ideografía no parece frenar el desarrollo moderno como se llegó a creer. Sin embargo, la lógica interna de las grafías se ha perdido en las formas simplificadas, exactamente como en cine donde ya no se encuentra la idea de base: representación (graphein) del movimiento (kinema).

En esta obra, la regla será siempre a partir de la grafía tradicional, puesto que es la más “legible” desde el punto de vista de su articulación interna. La grafía simplificada será generalmente presentada entre paréntesis y precedida de la mayúscula S, en seguida de la grafía tradicional, para que los lectores confrontados al chino contemporáneo puedan relacionar ambas. A veces iremos más lejos en el tiempo, ayudándonos de la grafía antigua para permitirnos entender y memorizar la grafía moderna.

Por ejemplo, el carácter puerta, cuya forma simplificada actual es Image, se presenta bajo la forma tradicional: Image y se explica con ayuda de su forma antigua Image en la cual el dintel superior, los largueros laterales y las dos hojas de una puerta se reconocen fácilmente. En caso de que una palabra, una expresión o una combinación moderna sean dadas como ejemplos, se escribirá con la forma simplificada actual.

LA INCORPORACIÓN DE PALABRAS EXTRANJERAS

Para aclimatarse en China, una palabra extranjera debe portar atuendos chinos, es decir, ser transcrita en ideogramas. Sin llegar a problemas filosóficos que se puedan plantear en nociones como “libertad”, eso ocasiona dificultades técnicas para los nombres de objetos o de marcas comerciales.

Entre los procedimientos empleados, la transcripción fonética es la más común. Para ello se usan únicamente por su sonoridad los ideogramas antiguos caídos en desuso o los caracteres comunes dentro de un conjunto de tal manera falto de significado que aparece para los locutores chinos como lo que es: una transliteración. Por ejemplo, los dos ideogramas Image no se utilizan con el mismo sentido de hace 2 500 años, más bien por la manera en que se pronuncian el día de hoy: bā lí, sílabas que en la fonética china en donde la “r” no existe son las más parecidas a París. A veces la poesía y la alusión no se excluyen en la elección de los ideogramas. México dará Image Image mò xī gē. Por ejemplo los tres ideogramas Image xiāng bīn jiǔ, literalmente: alcohol de anacardo o caoba perfumada, son caracteres que se utilizan para escribir el nombre del champán. Regularmente el resultado combina elegantemente los sonidos y los sentidos. Image, por ejemplo, dos caracteres cuya pronunciación es léi dá y su significado: el relámpago (léi) que llega e informa (dá), es la transcripción en chino de la palabra americana radar (acrónimo de Radio Detecting And Ranging: detección y telemetría por radioelectricidad).

La selección de los ideogramas para las marcas que quieren implantarse en China; Coca-Cola, Mc Donald’s, Carrefour y Auchan es un elemento esencial para su éxito.

MODO DE EMPLEO

Ni curso de lengua, ni curso de escritura china, el propósito de este libro es el de ofrecer una puerta de entrada en el modo de pensar generado por la ideografía. Se presenta como una sucesión de entradas autónomas que pueden leerse en el orden propuesto o al azar.

Las palabras no se presentan en orden alfabético, sino reunidas alrededor de siete temas generales. Dentro de cada uno de estos conjuntos, las palabras llevan un orden que parece absurdo; esto se debe, lo más frecuentemente, a la manera en la cual los términos se escriben en ideogramas y al hecho de que su grafía contiene elementos explicados en las entradas precedentes. Por lo cual sería interesante leer esta obra en el orden que se presenta, a partir de la primera parte (Naturaleza y tiempo) que habla del árbol que abre el bosque, hasta la conclusión en forma de poema (La flor que encierra al mundo).

El lector que busca cómo se piensa y se escribe en chino tal palabra o tal noción puede buscar en el índice, al final del volumen, que agrupa las entradas por orden alfabético.

El índice también contiene algunas decenas de términos en español suplementarios que no son entradas específicas, pero que se explican en el párrafo dedicado a otra entrada. Por ejemplo, el nombre de “Zidane” en chino se comenta en el párrafo de la entrada de “Cinabrio” y la palabra “Celos” en la entrada de “Salsa agridulce”, la palabra “Navidad” en la entrada “Sabio, santo” y la palabra “Neurosis” en la entrada “Espíritu, Dios”, etcétera.

Cuando dentro del texto de alguna entrada se encuentre una palabra que corresponde a una entrada específica, será señalada con el signo (como lo hemos visto en el prefacio). En fin, a veces encontraremos al final de ciertas entradas, el signo Image, seguido de una o varias palabras, señalando las entradas que tienen correlación con la que acaba de presentarse.

Al final de la lectura de este trabajo, el estudiante que aprende chino habrá encontrado las informaciones etimológicas, históricas y sociológicas que le ayudarán a memorizar los signos que estudia.

En lo que se refiere al neófito, simplemente curioso de ese país tan presente, no sabrá ni hablar ni escribir en chino, sin embargo al abrir una brecha en la Gran Muralla de los signos, será más capaz de descubrir la riqueza y la singularidad de la manera de pensar china.

C. J.

PARTE I

NATURALEZA Y TIEMPO

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ÁRBOL

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Empecemos el paseo por el bosque de los signos con el carácter “árbol”, como una especie de homenaje y una rehabilitación. Homenaje, primero, al lugar que ocupa el árbol en la imaginería china como emblema del despertar primaveral, rehabilitación, en seguida, a causa del papel que le damos cuando se trata de presentar la escritura china.

Del cuaderno de primaria a la guía para turista cultivado, pasando por las enciclopedias de bolsillo o los cursos de lengua, la evolución histórica de la escritura china siempre se presenta bajo el mismo esquema: los chinos empezaron por hacer pictogramas —signos (gramas) en forma de dibujos (picto)—, después estos pictogramas, estilizados y combinados entre ellos mismos, se convirtieron en ideogramas, o sea dibujos de ideas. Para argumentar esta secuencia se propone siempre el mismo ejemplo, el carácter “árbol”

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Si observamos con atención, este ejemplo nos muestra justo lo contrario de lo que se ha buscado demostrar. En efecto, la forma arcaica del carácter árbol no es una simple representación pictográfica de un árbol, es ya fundamentalmente ideográfica.

Para entenderlo basta con pedir a un niño o a un adulto que represente un árbol y se obtendrá un dibujo parecido a éste:

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Nadie va a preocuparse de dibujar las raíces del árbol porque, estando bajo la tierra, no son visibles. Entonces, ¿por qué los antiguos chinos se han cansado, desde las formas más primitivas de este carácter, por representarlas? Porque lo que les interesa en la escritura no es representar las cosas, sino más bien sugerir las ideas.

El espíritu chino es analógico por naturaleza y clasificatorio por placer y le gusta precisar su objetivo mediante organizaciones sucesivas. Empieza delimitando un terreno de conjunto y, en el interior de ese dominio, buscará una particularidad significativa que lo ayudará a diferenciar un elemento en particular. Procede de esta manera tanto para escribir un objeto como para nombrar una persona.

En China, cuando la gente da su nombre, a la inversa de nuestra costumbre, enuncia primero su apellido seguido por el nombre con el cual se distingue dentro de su familia. La misma lógica se utiliza en la organización de los ideogramas.

Los árboles forman parte de la clase de las plantas, conjunto que se describe con el signo general cuya forma clásica es Image, y la forma antigua Image, el cual evoca toda ramificación que nace a partir del suelo. En esas grafías se puede ver una cierta semejanza con la forma antigua del carácter “árbol”. En esa diferencia entre las dos grafías se sitúa el elemento significativo que particulariza los árboles entre las plantas en general.

Todas las plantas tienen raíces, ahora bien en el signo Image, a diferencia del carácter “árbol”, las raíces no están dibujadas. La razón es que la mayoría de las plantas (particularmente las yerbas) siguen el ritmo de las estaciones, por lo que desaparecen durante la temporada de calma, el frío del invierno las adormece. Lo que las diferencia de los árboles, los cuales crecen durante todo el año.

Durante los momentos Yang del año, primavera y verano, crecen hacia arriba, hacia el cielo produciendo hojas, ramas, flores y frutos. Y al llegar los tiempos Yin, otoño e invierno, crecen hacia abajo, hacia la tierra, desarrollando sus raíces, extendiendo el asiento sobre el cual se apoyará para producir un nuevo ramaje cuando vuelva la primavera.

El espíritu chino se representa, en esta ronda de las estaciones, como una dinámica binaria, caminando regularmente de subidas a bajadas. A este ritmo lo llaman Tao, con él buscarán formar cuerpo, tanto a nivel individual como social, mediante ritos apropiados.

El momento más importante del ciclo anual, la principal fiesta tradicional china, la que por comparación anticuada nosotros llamamos “Año nuevo chino”, ellos la llaman chūn jié Image, literalmente se traduce como: celebración, fiesta (Image, S1 Image, jié) de la primavera (Image chūn) pues marca el momento del retorno del flujo vital, cuando, al dejar de descender hacia la tierra como las raíces de los árboles, comienza a subir por los canales de savia provocando la eclosión de los brotes a lo largo de las ramas. Atento a la coherencia simbólica, el espíritu chino marca el pasaje del movimiento Yin hacia el movimiento Yang de dos maneras. La primera es que la fecha de la Fiesta de Primavera no es siempre la misma, varía de año en año, oscilando globalmente entre mediados de enero y mediados de febrero; en efecto, es verdad que en este periodo del año se realiza ese retorno, como tiene lugar en los extremos de las raíces, en el secreto de la tierra, es imposible determinar con precisión el día exacto. La segunda es la elección de los médicos chinos del carácter “árbol” para calificar la forma que toma la energía vital en ese momento del año.

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Página de un diccionario chino, que muestra la evolución del ideograma desde las formas más arcaicas (arriba) hasta las formas cursivas (abajo).

. . . . . . . . . . . .

Image “Cinco elementos”.

RAÍZ

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běn

Concebidos como esquemas, los caracteres chinos tienen de ellos las propiedades gráficas. Cuando en el dibujo de un conjunto se quiere llamar la atención del espectador hacia un punto preciso, se le señala con una flecha o un trazo indicador. Este procedimiento servirá para formar el signo “raíz”, Image běn, a partir del carácter árbol (Image). Basta con agregar, justo en el lugar donde son evocadas las raíces, un pequeño trazo que, al particularizar esta región, va a especificar el sentido de “raíces”. El significado del carácter Image es siempre: raíces, en sentido propio y: base, fundamento, origen, en sentido figurado. Pero se ha extendido en ciertas expresiones hasta: capital (en oposición a: interés), refiriéndose al origen de los bienes de una empresa. Además, el espíritu chino le agregará un sentido muy específico a esta palabra utilizándola como especificativo (prefijos semánticos que ayudan a precisar en la lengua hablada la categoría a la que pertenece el objeto que se designa). Se usa efectivamente para caracterizar los textos escritos en general y los libros clásicos en particular, considerados como los que constituyen el basamento que “arraiga” la cultura propia de una civilización.

. . . . . . . . . . . .

Image Felicidades.

RAMA

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Imaginemos ahora que dentro del conjunto representado por el ideograma árbol (Image), el elemento que deseamos subrayar no sean las raíces sino el follaje, las ramas nuevas que durante la primavera se ven aparecer y desarrollarse en las extremidades de las ramas ya existentes.

Bastará entonces con colocar el trazo indicador que ha servido para precisar las raíces justo por encima de la línea que representa las ramas. Así fue como se creó el carácter Image mò con el sentido de rama, pero también de fino (con el doble sentido de delgado y de terminación), y por extensión: punta, extremidad.

La época moderna le ha dado una nueva vida a ese antiguo carácter utilizándolo para adaptar a la escritura china la noción de “fin de semana” o “weekend”. Durante la época maoísta los chinos vivían al ritmo de una semana de seis días de trabajo. Después, con la era de las reformas, a mediados de los años noventa adoptaron la semana inglesa para la mayoría de los trabajadores (las grandes municipalidades tienen la posibilidad de modular los días de reposo en función de las condiciones locales, por ejemplo en Shanghái, en donde el día de reposo semanal se distribuye por rama de actividad).

Si la palabra weekend se ha asimilado fácilmente a otras lenguas es porque éstas utilizan el mismo sistema alfabético que los ingleses. Para volverla una realidad china se necesita ataviarla de adornos ideográficos. Por eso, de la idea de weekend los chinos sólo guardan el significado de fin de ciclo semanal y ellos simplemente la han trasladado con ayuda de la expresión Image zhōu mò, en la cual al carácter rama, extremidad (Image mò) se le asocia la palabra que se usa comúnmente para designar un ciclo completo (Image zhōu).

HONRAR

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bài

El ideograma Image bài es engañoso. Está formado a la izquierda por el signo de la mano levantada (Image), pero su parte derecha, un signo que se le parece, en sus orígenes era una representación de la cabeza que se volvió irreconocible en la forma clásica. La mano, o mejor dicho las manos, a la altura del rostro, evocan el saludo tradicional del vasallo hacia su señor feudal y se ve con frecuencia en las películas de kung fu (véase artes marciales). Consiste en llevar ambas manos a la altura de la cara, la derecha se cierra para formar un puño y la izquierda recubre el puño mismo, significa que: mi fuerza (puño cerrado) la refreno (cubrimiento de la otra mano) para ponerla a vuestro servicio. El saludo se termina con una respetuosa inclinación de la cabeza, de las manos y del cuerpo, homenaje del libre caballero poniéndose al servicio de un príncipe o del alumno que se somete voluntariamente al mando de un maestro. Escoger la persona que entrena y enseña, ya sea príncipe o maestro, es considerado en China como la marca más alta de libertad individual.

Emblema de una relación individual y social, este gesto de respeto no tiene ningún sentido religioso. Se dice, por ejemplo Image bài táng, literalmente: honrar (las tabletas de los fundadores del linaje) en el templo ancestral (Image), para evocar el momento más solemne del matrimonio, aquel en el cual el joven invita a su futura esposa a rendir por primera vez homenaje a los ancestros de la familia en la que ella entra.

Asimismo, cuando va asociado al carácter rito (Image bài), forma el binomio Image lǐ bài, que originalmente tenía el sentido de: rito de homenaje, pero que ahora significa: día de la semana. Curioso a primera vista, este desplazamiento se entiende porque en la antigüedad los soberanos difuntos recibían un nombre de culto que se escogía dentro del sistema de los diez días de la semana con el cual se nombraba la sucesión de los días, de manera que se hiciera coincidir su nombre con el del día en que se le rendía homenaje de manera cíclica.

Image

Paquete de cigarros chino. La imagen política mente convenida de una campesina y de un obrero nos muestra la evidencia de la marca “5.1” escrita arriba; se trata de una fecha: la del “1 de mayo”, literalmente: (mes) 5 (día) 1.

La semana de siete días empezó a usarse en China durante la dinastía de los Tang (siglos VI-IX de nuestra era), introducida por los mercaderes árabes. Seguramente porque no tienen nombres particu lares en chino, el uso greco-romano de llamarlos días (dies) de la luna (lunes), día de Marte (martes), etc., no tuvo ninguna razón para ser transmitidos por los mercaderes musulmanes. En China los días se diferencian simplemente por su número de orden en la sucesión semanal. El lunes se llama Image lǐ bài yī, martes Image lǐ bài èr, literalmente: (el día en que) se honra (Image) el ritual (Image) de 1(Image), (el día) en que se honra el 2 (Image), y así sucesivamente. Sólo el domingo y seguramente a causa de la importancia que los nestorianos (una secta cristiana llegada a China en esa época) otorgaban a ese día no llevar número, se llama Image lǐ bài tiān (el día en que) al cielo (Image) se le rinde homenaje (Image).

Los meses tampoco tienen nombres, al igual que los días de la semana se numeran. Enero es Image yī yuè, literalmente: el mes (Image, signo de la luna, y aquí de la lunación) 1, febrero Image èr yué: el mes 2 y así sucesivamente.

FRUTAS

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guǒ

Los cereales, como los árboles, forman sus raíces durante el invierno (las siembras de otoño en el norte de China son de gran tradición) lo que explica que el carácter que designa en general los cereales de grano (Image) se parece un poco al carácter árbol (Image) en su forma tradicional. Sin embargo los árboles tienen una particularidad que los distingue de los cereales: los frutos crecen en las extremidades de cada una de las ramas. La forma original del signo general de los cereales Image determina esta diferencia con un detalle significativo: los granos de los cereales, aglomerados en la extremidad del tallo central, pesan lo suficiente como para doblegarlo. Esta realidad no es muy familiar para las civilizaciones del trigo, planta que se dirige hacia el cielo como aguja de campanario con su espiga cargada de granos, es una evidencia cotidiana para los cultivadores de la cuenca del río Amarillo, habituados a la ondulación de las espigas del sorgo, del mijo y del arroz. Está marcada gráficamente por el trazo en la parte superior del carácter Image.

Los frutos de los árboles, por el contrario, crecen en las extremidades de cada una de las ramas sin doblegarlas. La forma primitiva del carácter fruto lo mostraba claramente: Image.

Más adelante los diferentes frutos fueron agrupados en uno solo, dibujado en la parte superior del tronco principal. Posteriormente, debido a las dificultades del trazo con pincel transformaron la evocación de este fruto en un cuadrado, lo que dio como resultado el carácter clásico Image guǒ, para designar los frutos en general. Ese carácter aparece en una linda expresión Image kāi xīn guǒ, literalmente: un fruto (que) abre (Image) el corazón (Image), utilizado para calificar a las personas cuyo carácter es tan amable y tan jovial, que en su presencia nadie puede permanecer con el corazón cerrado.

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Image Psicología.

NIDO

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cháo

La evolución de la escritura de los ideogramas, o mejor dicho de los instrumentos con los cuales fueron trazados a través de los siglos, y en particular la invención en el primer siglo de nuestra era del pincel y del papel, produjo grandes modificaciones en las representaciones gráficas y en la asimilación de ciertos detalles a sus formas simples. De esta manera el signo que representa los nidos de los pájaros se parece hoy, en su parte inferior, al carácter fruta que acabamos de ver. Para diferenciarlo le agregaron en la parte superior, una especie de tres alitas Image, que sirven para sugerir el aleteo de los padres pájaros que acuden al nido con la comida para los pajaritos.

En sentido figurado, a partir de su sentido propio de nido, ese carácter ha generado, como en muchas otras lenguas, una gran cantidad de metáforas alrededor de la familia, de los niños y de la procreación. En chino se utiliza incluso para definir un tipo de nido muy particular, el de la esencia humana, como lo atestigua la expresión Image Image jīng cháo, literalmente: el nido de la esencia de los seres y las cosas (Image jīng), bonita expresión que designa… a los testículos.

COSECHAR

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cǎi

Otro procedimiento que la ideografía utiliza para dar cuenta de la diversidad del lenguaje fue representar acciones abstractas por medio del sesgo de gestos humanos. El carácter Image cǎi en el cual, más arriba del carácter árbol (Image), y en donde crecen los frutos, está puesto el signo de la mano sujetando algo (Image), evoca la idea abstracta de: recolectar, cosechar, amontonar (por ejemplo un surtido de mercancías) o bien: recoger informaciones, incluso entrevistar a la gente (Image cǎi fǎng), hacer un reportaje.

REUNIR

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Otro procedimiento usual en la ideografía es el de utilizar escenas de la naturaleza que evocan situaciones o movimientos. El carácter Image jí lo muestra colocando por encima del signo árbol (Image), ya no el de la mano humana cosechando frutos sino el de los pájaros (Image). De manera que da la imagen de esas parvadas de gorriones que recorren el cielo en cualquier sentido y que, repentinamente, se reúnen en gran número sobre un solo árbol antes de divertirse de nuevo. Partiendo de la idea de origen de encaramarse sobre un árbol, este carácter se emplea mucho para significar todo tipo de variaciones de la idea de reunión, tanto la de colección, o de feria (lugar de reunión de mercaderes, artesanos y compradores), como la de concentración de gente, o de manifestación. Sin embargo, la imagen de la parvada en vuelo permite una precisión suplementaria con respecto al carácter recolectar que acabamos de ver: al movimiento centrífugo de la extracción de frutos que se jalan del árbol, en donde crecieron, se opone el movimiento centrípeto de los gorriones concentrándose sobre las ramas.

ESTE

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dōng

La añadidura de un elemento permite cambiar el significado de un ideograma hacia otra dirección y puede hacerse en cualquier lugar del carácter mismo, como lo hemos visto antes con las palabras raíz y rama.

En el carácter Image dōng es el signo del sol (Image) el que se agregó al de árbol (Image). Colocado a la altura del tronco y no por encima del árbol como se encuentra el sol durante la mayor parte del día, forma la palabra: este, levante, el momento y el lugar particulares en que el sol puede observarse a la altura del tronco de los árboles. Podríamos reprochar que dos veces al día el sol se ve a esta altura, al principio y al final de la jornada, por lo que esta composición podría también designar la del oeste o el poniente. Pero sería no tomar en cuenta la connotación del brote primaveral que la representación de raíces invisibles incluye en el carácter árbol, y que confirma que se trata del principio del día.

La importancia del este y del levante en la concepción energética china, explica igualmente la razón por la cual tiempo atrás se utilizaba para escribir esta palabra la grafía abreviada Image que se deriva directamente de la escritura cursiva. La utilización de grafías abreviadas es una vieja costumbre de los letrados chinos, comúnmente utilizados en escritos privados. Un gran cambio se llevó a cabo hace unos cuarenta años, durante el régimen maoísta, con el fin de facilitar el aprendizaje de la escritura a las masas analfabetas chinas, se decreta, por un lado, que casi todas las simplificaciones que se venían usando siglos atrás, se convertían en oficiales, y por otro lado un conjunto de ideogramas complicados se escribirían a partir de esa época de una manera más sencilla. Así nacieron los caracteres actuales, denominados “caracteres simplificados”, que son los únicos que se aprenden hoy en día tanto en China como en el extranjero, aunque en Taiwán, en Hong Kong y en Singapur los caracteres tradicionales son de uso oficial (véase modo de empleo al principio de esta obra).

La valorización positiva del oriente donde se levanta el sol, explica también el extraordinario éxito del himno más popular durante el periodo de la Revolución cultural Image dōng fāng hóng, literalmente el Este (Image) es rojo (Image). La asociación entre el rojo, color fetiche de los chinos desde hace más de ocho mil años, la evocación del alba de un nuevo mundo con los colores de comunismo, y la del presidente Mao Zedong cuyo destino fundador se confirmaba ideográficamente a los ojos de los chinos por la presencia del carácter y en la escritura de su nombre.

BOSQUE

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lín

Otra manera de engendrar un nuevo carácter a partir de una palabra existente, que se ha mostrado de tal manera productivo que ha desviado la ideografía china del deslizamiento hacia la transcripción puramente fonética de la lengua hablada, como en el caso de los jeroglíficos egipcios y los cuneiformes sumerios, consiste en añadir a un carácter existente otro u otros caracteres creando un nuevo sentido y así incrementar el stock gráfico.

En la palabra Image lín que aquí nos ocupa, la añadidura es el mismo carácter árbol (Image), repetición que retoma gráficamente cierta particularidad del chino hablado en el que ésta es una marca de lo superlativo y de la multiplicidad.

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