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Anna Maria Cànopi
Beatrice Balsamo

Amor,
susurro de una

brisa suave

NARCEA, S.A. DE EDICIONES

Anna Maria Cànopi ha publicado en esta colección:

• ¿Has dicho esto por nosotros? Las parábolas de la misericordia

…el Señor no estaba en el fuego.

Después del fuego,

se oyó el susurro de una brisa suave.

1R 19,12

Índice

otros títulos del autor

Cita

INTRODUCCIÓN

PRÓLOGO

UN DESEO COMPARTIDO

Parte 1 “Permaneced en mi amor”

M. Anna Maria Cànopi, OSB

El mandamiento del amor

Bienes visibles y bienes invisibles

El don y la custodia del silencio

Silencio ante el prójimo

Silencio ante las cosas

Familia: misterio de unidad en la novedad del amor

El nuevo nacimiento en el encuentro con Cristo

el rostro secreto del amor

La mística del pudor

Iconos de pudor

Los ropajes del amor

Parte 2 El amor es abierto

Beatrice Balsamo

Potente como el espíritu, SUAVE como un soplo

la palabra-obra

La clave humanista y psicoanalítica

La Ley del Padre en el amor

Función paterna y pudor

Amor “por” la falta del Otro

La doble herencia del amor

El amor teologal

Colección espiritualidad

Página de créditos

INTRODUCCIÓN

Hablar de amor hoy es, más aún que en el pasado, una tarea compleja, tanto por la trivialización y el abuso que hacen de este término nuestra sociedad y los medios de comunicación, como por la incapacidad de nuestros contemporáneos para dar un claro significado a un concepto tan variado e importante para la existencia de cada uno. Pero precisamente cuando un concepto se vuelve opaco es cuando resulta más necesario reflexionar sobre él, dialogar sobre esas voces diferentes, desandando “caminos rotos” y buscando nuevas palabras para describirlo.

Nos satisface ofrecer este libro, nacido de las meditaciones teológicas de Anna Maria Cànopi, abadesa de la abadía benedictina Mater Ecclesiae en la isla San Giulio (Italia) y de las reflexiones psicoanalíticas y humanistas de la profesora Beatrice Balsamo. En la primera parte, a través de interesantes referencias a la Sagrada Escritura, la Madre Cànopi nos ayuda a descubrir el amor divino entre las cosas visibles e invisibles, en el “silencio” ante el prójimo y las cosas, en el pudor y en el encuentro cotidiano con el misterio de Jesús que nos abre a la “capacidad de darse”.

En la segunda parte, la profesora Balsamo, basándose en la literatura filosófica y psicoanalítica más reciente sobre el tema, muestra lo importante que es hoy volver a entender el amor como apertura y disponibilidad hacia el Otro, tomando distancia del contento inmediato y del goce narcisista para redescubrir el valor de la unión interpersonal y espiritual. Con la constante referencia al famoso psicoanalista francés Jacques Lacan (1901-1981) y su lenguaje peculiar, la autora nos invita a repensar el amor como encuentro y comunión, entendido como antídoto contra la angustia que proviene de encerrarse en el aislamiento individualista y en el placer unilateral. De hecho, no hay amor sin esa apertura a las carencias que nos caracterizan, y que es en sí misma espacio para el encuentro con el otro humano y con el Otro divino.

Alberto Rezzi

PRÓLOGO

El amor tiene que ver con la capacidad de silencio. En ese silencio interior que no es mutismo, apatía, indiferencia, ni vanidad, sino kénosis. Vaciamiento del impulso acéfalo al goce tan insistente y fácil cuanto mortífero o no vital. Vaciamiento del me gusta” sin responsabilidad, sin escucha, sin respuesta al Otro. El amor requiere disposición a la llamada del Otro, a sus porqués, que no son del orden de lo inmediato, ni de la palabra, ni apropiativos, narcisistas, disipativos o frívolos.

Es necesario re-aprender el amor hoy porque el debilitamiento total del valor del vínculo interhumano deja al sujeto a merced de la angustia y de la pulsión destructiva y disgregante.

El debilitamiento de la capacidad de cambio simbólico es un factor relevante en el drama social contemporáneo: amores inhumanos enfermos (feminicidio), desamor a la vida (depresión, actitudes nihilistas contra uno mismo), incapacidad para sostener la cruz compartiéndola (incapacidad para lo humano). Pero la unidad agápica (amorosa) a imagen de la del Padre [Espíritu] y del Hijo es uno de los opuestos que se co-implican: cruz y gloria. El Amor es co-responder al Otro, es comunión, encuentro que actúa como un dique cuando rebosa la angustia y lo imposible, propio de quien permanece cerrado en un aislamiento individualista. El Amor es capacidad para el silencio, para la carencia y es encuentro en el éxodo amoroso con el Otro.

UN DESEO COMPARTIDO

Este libro nace del deseo de la Madre Cànopi y del mío para comunicar la urgencia del amor como conyugalidad, amor de amistad, de comunión-comunidad, para que el amor no sea equivocado, trivializado o traicionado, sino que circule entre nosotros en toda su pureza.

El amor se presenta con muchos vestidos: vestidos de fiesta, brillantes, alegres; vestidos pobres, a veces incluso desgarrados. Sin embargo, el amor pide siempre ser amado, dado, testimoniado. Los diferentes vestidos son las diferentes situaciones de la existencia, los diferentes estados de ánimo que se alternan dentro de nosotros y que siempre se deben reconocer como una llamada a amar, sin porqués”, no porque sea satisfactorio, agradable o útil.

Estas páginas meditativas nos interrogan sobre el amor y sobre la capacidad para el amor, lo cual es eminentemente teologal (como horizonte de fe, esperanza, capacidad de amar).

Es una lección en su significado etimológico ya que este término proviene de un verbo que significa encauzar, enderezar. La lección es una palabra que pretende hacer recto un recorrido que se arriesga a ser un poco torcido. Sirve para corregir el tiro. Pero la lección no consiste en decir “debo hacer esto o aquello”, sino más bien, “abre los ojos, sé consciente de las decisiones que tomas”. La lección es una invitación a reflexionar sobre las opciones, especialmente sobre aquellas en las que hay peligro de perderse.

Esta pequeña lección es una escritura “fluorescente”, largas líneas que se ramifican en asociaciones y contaminaciones, en la espera del Otro que es “gracia viviente”. El Señor, al vernos miserables, no envió desde el cielo una lluvia de cosas buenas y bellas para alegrarnos, sino que vino él mismo, en la carne, en la historia. Nos besó; nos abrazó a todos, abatidos como estábamos y nos manifestó su amor misericordioso, redimiendo la muerte y lo que hay de mortal. Por lo tanto, solo mediante la aceptación de la muerte del propio ser, el hombre tiene la experiencia del poder redentor.

Amar es kénosis, entendida no como anulación sino como sobreabundancia de amor, como salida de la mismidad (del egoísmo, del narcisismo) para encontrar al Otro, el no asimilable, el respetable que en el respeto nos hace responsables. Es una emergencia hacia el Otro, hacia la que es atraído el yo subjetivo y personal. Es un movimiento literalmente “estático”, irresistible caridad [amor]. Aquí el sujeto no solo está rasgado de sí mismo, sino que está inmerso en un movimiento que le precede, preso en un evento que le “acaece”, más allá de su voluntad deliberativa y autónoma. La caridad, el amor, no se puede asumir sopesando las razones y los efectos o incluso las conveniencias, sino que, casi de improviso y bajo una inspiración no deseada, “siente” tenerlo que ofrecer, como si fuera algo a lo que el sujeto está sometido, más que ser el agente, y el que decide. El sujeto se siente atrapado en un movimiento más amplio, en una verdadera “circulación de gracia”. Despojarse de la repetitividad no supone aniquilación, no ocurre por autodeterminación, ni por la paz de la contemplación. Es ciertamente un de-habere, que es anuncio de gracia, puro amor.

“Amar es dar lo que no se tiene” (Jacques Lacan) la señal del Otro como tal y nada más (la señal de lo que falta en el Otro). Amar es la pauperitas que nada envidia, que no quiere [tener] nada. Amar es impulso, gratuidad, gracia, gratitud, acción de gracias. Como María, pura kénosis, llena de gracia… La experiencia del amor como fuente vital de la que surge la fuerza creadora del porvenir no es un dinamismo arrollador (pensemos en el horrible feminicidio), ni está unida a la dinámica egoísta del poder-pasión, sino que es un disolvente del poder, una ola de nuevas posibilidades, abierto y al aire libre, como carencia, pobreza o éxodo, como “dirección contraria”, como tocados por Dios.

Así, la experiencia de la alegría acoge al amor tal como se presenta día a día con sus ropajes de fiesta, a menudo con los de trabajar, a veces desgarrados y con necesidad de ser lavados, limpiados, perfumados, en nuestros hermanos y hermanas, incluso en aquellos que no vemos, orando por ellos, dándoles el beso santo de la caridad. Las dos palabras alegría y gracia (charà y cháris-charisma) están formadas etimológicamente con la misma raíz. Así que alegría, gracia, y el don el amor van juntos.

Beatrice Balsamo

Parte 1

“Permaneced en mi amor”

M. Anna Maria Cànopi, OSB

M. Anna Maria Cànopi, OSB

Anna Maria Cànopi es abadesa y fundadora de la abadía benedictina “Mater Ecclesiae” en la isla de San Giulio en el lago Orta (Novara). Experta guía espiritual y referente del cristianismo contemporáneo, no solo italiano sino también internacional, es autora de numerosos textos que revelan su vocación monástica, su solicitud maternal y su amor por la poesía.