Recursos para aprender más

«Leer es querer que el mundo no se acabe nunca.»

ANÓNIMO

Desde niño he tenido la certeza de que la solución a cualquier reto que la vida me plantease podría encontrarla en un libro. Esto ha hecho que con frecuencia cuando quiero encontrar la solución a cualquier problema tiendo a buscarla en un libro. Si quieres que comparta contigo la lista de los libros que más me han nutrido en lo referente al objeto de este libro, visita:


pensamientopositivo.org/libertadfinanciera

1. Analfabetismo financiero

«Freedom is not free.»

ANÓNIMO

En 1830 se promulgó una ley en Carolina del Norte que preveía penas de cárcel para quien enseñase a leer y escribir a los esclavos «en vista de que la alfabetización tiende a excitar el descontento en sus mentes y produce insurrección y rebelión».

La forma en la que durante muchos años se esclavizó a las personas fue prohibiéndoles que aprendieran a leer y escribir. Desde siempre se ha sabido que el conocimiento hace libres a las personas. La forma en la que hoy se mantiene a gran parte de la población mundial esclavizada es gracias al analfabetismo financiero.

Piénsalo: la mayoría de los habitantes del planeta no ha estudiado nada acerca del dinero, una herramienta que emplean cada día. Es más, puedes pasarte veinte años en el sistema educativo, ¡veinte años!, como fue mi caso, y no aprender nada sobre finanzas personales.

Personalmente encuentro algo turbio en todo este asunto.

Y lo peor es que parece que la mayoría de personas están demasiado ocupadas trabajando para ganar dinero como para encontrar un rato para estudiar cómo funciona este.

Hay quien está tan ocupado trabajando que no tiene tiempo para ganar dinero.

En todas las sociedades siempre ha habido un reducido grupo de personas que han tenido acceso a cierta información para poder crear y mantener la riqueza. Pero por primera vez en la historia esto ya no tiene por qué ser así. Ahora cualquiera puede acceder a esta información. Entonces la pregunta es: ¿Qué estás haciendo al respecto?

Te invito a que trabajes las ideas de este libro en grupo, a que formes una pequeña comunidad de personas que estudian y comparten sus progresos en relación con el dinero, y que lo hacen para disfrutar de una vida más consciente, al tiempo que construyen una sociedad mejor.

Hay ciertos caminos que resulta más fácil, y también más divertido, transitarlos acompañado.

Si eres profesor, te invito a que trabajes este libro con tus alumnos. Quizá no encontrarás un espacio dentro del programa oficial que impartes; sin embargo, si realmente deseas hacerlo, estoy seguro de que hallarás la forma.

Le estarás haciendo un gran regalo a tus estudiantes. La mayoría de ellos, salvo que tú lo remedies, no aprenderán nada sobre dinero en todos sus años de estudio y eso lastrará sus vidas para siempre. Tú puedes marcar una diferencia en sus vidas, que te agradecerán en el futuro.

¿Quién lo hará si no lo haces tú?

La mayoría de los estudiantes no aprenderán nada sobre el dinero, una herramienta que usan cada día, a lo largo de todos sus años de estudio.

El nuevo analfabetismo que está impidiendo que muchas personas vivan sus vidas es el analfabetismo financiero que las aboca a tener que intercambiar tiempo a cambio de dinero.

Hablemos claro: si no estás gestionando tu dinero, entonces es posible que alguien esté liderando tu vida.

2. Para qué sirve este libro (y para qué no)

«Cuando necesito leer un libro lo escribo.»

BENJAMIN DISRAELI

El 13 de octubre de 1972, un vuelo que se dirigía a Santiago de Chile desde Uruguay se estrelló en la cordillera de los Andes. El accidente les costó la vida a veintinueve personas. Los supervivientes se enfrentaron durante más de dos meses a condiciones extremas, alimentándose a base de restos humanos y con temperaturas de más de 40 grados bajo cero.

Cuando llevaban más de dos meses en el lugar del accidente y siendo conscientes de que habían detenido los operativos de búsqueda, una delegación de los supervivientes salió en busca de ayuda. Después de diez jornadas de marcha épica finalmente se encontraron con un campesino que dio la voz de alarma y activó el rescate.

Estos supervivientes cambiaron su destino cuando adoptaron una decisión arriesgada: salir en busca de ayuda. Comprendieron que ya nadie los rescataría ni los buscaría porque los daban por muertos, que lo único que podían hacer era ponerse en marcha para buscar ayuda sin mapa, sin certezas y sin garantías.

Hay ocasiones, especialmente cuando las circunstancias no son favorables, en las que lo único que nos queda es nuestro convencimiento de que, en algún lugar, tiene que haber algo mejor para nosotros.

Hoy, muchas personas están siniestradas en un inhóspito lugar económico, han perdido toda esperanza y creen que lo único que podría revertir su situación económica es que alguien las rescate, ya sea en forma de lotería, de partido político o de golpe de suerte.

Si este es tu caso, tienes que entender que nadie va a mandar un operativo de búsqueda para salvarte, que estás solo y que a casi ningún poder le importa tu progreso económico, salvo que tu situación empiece a ser un engorro para alguien.

En algún momento, te guste o no, tendrás que pensar en la forma de activar tu rescate, de iniciar una travesía sin garantías para buscar ayuda, especialmente ahora que sabes que nadie va a hacerlo.

Este libro es un mapa para cuando comiences tu marcha épica en busca de una mejor situación económica.

Este libro sirve para…

NO CONFUNDIR IGNORANCIA CON IMPOSIBILIDAD

Con frecuencia nos planteamos objetivos por debajo de lo que realmente nos apetecería –especialmente en el aspecto económico– porque desconocemos la información que nos permitiría llegar al objetivo que realmente deseamos.

Si no supieras que existe el coche y solo conocieras la carroza de caballos, no te plantearías hacer cien kilómetros en una hora. Pensarías que es imposible y, por tanto, no entraría ni siquiera dentro de tus aspiraciones.

La mayoría de los problemas de la Humanidad podrían resolverse con el nivel de consciencia y con el conocimiento adecuado. Por eso, siempre que se presenta un reto en mi vida, me formulo la misma pregunta: ¿Qué debo aprender?

CONTAR CON MÁS PARTES DEL MAPA

Cuando en las cartas de navegación de la Edad Media no aparecía América, los navegantes no se planteaban embarcarse para ir allí. La razón es sencilla: desconocían su existencia.

Cuando en nuestras formaciones explicamos determinados conceptos, los asistentes se proponen objetivos que antes no se habían podido plantear sencillamente porque desconocían su existencia.

Este libro te presenta más partes del mapa para que después, libremente, escojas tu destino.

CONTARSE LA VERDAD

No saber lo que ganas, lo que gastas, cómo lo gastas, o no disponer de una planificación financiera son diferentes maneras de no contarte la verdad sobre el dinero.

Contarte la verdad al respecto de lo que sucede es ya de por sí profundamente transformador en cualquier ámbito; también en el dinero.

Contarte la verdad incluye tener información sobre tus ingresos y gastos, pero también reconocer la verdad sobre tus aspiraciones y creencias económicas.

Si todo esto te suena complicado o aburrido, quizá te apetezca preguntarte: ¿Quiénes se benefician de que yo crea que el dinero es complicado o aburrido y de que decida no aprenderlo?

Cuando tengas la respuesta, seguimos.

INSPIRARTE A APRENDER SOBRE DINERO

Aprender sobre dinero es sexy y divertido, en contra de lo que posiblemente te has imaginado durante años. Aprender a gestionar tu dinero te permitirá gestionar mejor tu vida… ¿Hay algo más sexy que conducir tu vida?

Hay una epidemia de vidas no vividas como consecuencia de un desconocimiento absoluto del dinero.

No trabajarte esta relación te llevará a perderte algunas de las cosas buenas que tiene la vida o, como mínimo, a tener que trabajar demasiadas horas para poder disfrutarlas.

Hay quien afirma que no le interesa el dinero. Curiosamente quienes lo dicen son los que con frecuencia emplean más horas trabajando para conseguirlo.

Curiosamente, quienes afirman que no les interesa el dinero suelen ser quienes más horas emplean para conseguirlo.

Este libro no sirve para…

INCENTIVAR LA AVARICIA O LA CODICIA

No creo en las fórmulas lo quiero todo y lo quiero ya. Probablemente porque creo que ya lo tienes todo; el premio gordo es estar vivo y ya te ha tocado.

Si con todo lo que tienes no se sientes satisfecho, sea lo que sea, te advierto que con todo lo que crees que te falta tampoco lo serás.

Este no es un libro para incentivar la avaricia, sino para sanar tu relación con el dinero y para que interiorices que lo natural es la abundancia.

Creo en la importancia de preguntarse cuánto dinero se quiere y para qué se quiere. Si lo quieres solo para ti, quizá tengas un problema. Si lo quieres solo para los demás, también es posible que tengas un problema. Como para casi todas las cuestiones de la vida, el equilibrio suele ser un buen consejero.

HACERTE RICO DE UN DÍA PARA OTRO

El enfoque de este libro –y de todo lo que hago– es que primero es el desarrollo personal y luego el desarrollo profesional. Y aunque en ocasiones los resultados son asombrosamente rápidos, no puedo –ni quiero– prometerte efectos espectaculares para mañana a primera hora.

Creo más en el proceso que en el resultado, en el camino que en la meta, en que lo más valioso es la persona en la que te vas a convertir antes que el lugar al que vas a llegar.

Si te dieran a elegir entre tener mañana un millón de euros o la mentalidad capaz de generarlos… ¿Qué elegirías?

Este libro defiende la idea de que es mejor quedarse con la mentalidad porque esta ofrece el mismo resultado de manera consistente e inevitable. El millón de euros en manos de la mentalidad equivocada acabará como ya sabes por desaparecer.

ASESORARTE SOBRE INVERSIONES

Nadie puede hacer este trabajo por ti, y mucho menos este libro. Cada vez que alguien me pregunta en qué invertir, suelo responderle lo mismo: «Fórmate y edúcate hasta que no te haga falta hacer esa pregunta. En ese momento podrás invertir. Mientras tanto, mucho cuidado porque un día alguien te responderá, y sin conocimiento estarás potencialmente en peligro…».

3. Por qué no quieren que sepas de dinero (y por qué es necesario que aprendas)

«Tanto la abundancia como la ausencia de dinero te darán problemas. La cuestión es qué tipo de problemas te gustaría tener.»

ROBERT KIYOSAKI

Desde muy joven me ha parecido sospechoso que una persona pueda acabar el colegio, el bachillerato y la universidad, o lo que es lo mismo: pasarse dos décadas escolarizado, ¡dos décadas, piénsalo!, y que cuando termine no sepa nada o casi nada acerca de algunos de los asuntos más importantes de los cuales va a necesitar saber el resto de su vida: cómo usar sus dones y talentos, el dinero, la salud, las relaciones, la pareja, la alimentación o la espiritualidad, entre otros.

¿Tú también te malicias algo escabroso o soy yo el único?

Pero, en lo que se refiere al dinero, la situación es especialmente grave porque esa ignorancia mantiene a millones de personas sin poder disfrutar del estilo de vida que desean.

¿Cómo es posible que tras dos décadas de escolarización no se aprenda lo suficiente sobre una herramienta que vamos a emplear cada día del resto de nuestra vida? ¿Por qué los medios de comunicación públicos no ofrecen formación sobre cómo ganar, gestionar e invertir el dinero?

Incluso para manejar una motocicleta se requiere un carnet. Aunque este no capacita realmente para conducirla, al menos se representa una pantomima de examen cuyo aprobado faculta aparentemente para ello.

Sin embargo, un ciudadano puede ir a una entidad bancaria, firmar una hipoteca y comprometerse en ese acto a saldar esa deuda más los intereses correspondientes durante los próximos treinta años con todos sus bienes presentes y futuros y que no le pidan haber estudiado nada al respecto. No me lo han contado: yo mismo protagonicé esta escena de terror cuando tenía veinticinco años.

Me dan escalofríos al recordarlo.

Hay un silencio cómplice para que no aprendas de dinero. Y lo único que puede revertir esta situación es que hagas algo al respecto.

Hasta para conducir una motocicleta hace falta aprender ciertas reglas y obtener un carnet. Sin embargo, nunca aprendemos nada sobre dinero.

Hoy no puedes confiar a los poderes públicos tu educación sobre algunas de las cuestiones esenciales de la vida, entre ellas el dinero. No obstante, con ellos podrás aprender cosas muy interesantes, aunque en ocasiones poco útiles para tu día a día.

Muchos profesores no están interesados en aprender y enseñar sobre el dinero, así que no es extraño que no te hayan podido enseñar nada sobre él.

No hay mala intención en absoluto; es simplemente que no pudieron enseñarte algo que ignoraban.

Te invito a que aprendas sobre dinero por varias razones:

1. Dedicamos las mejores horas de nuestra vida a conseguir dinero

En el futuro no entenderán que trabajásemos solo y exclusivamente a cambio de dinero, como hoy no entendemos, por ejemplo, algunos aspectos oscuros del Medievo.

Muchas personas intercambian cada día su tiempo –su recurso más valioso– a cambio de dinero. Creo que esta es una razón suficientemente importante como para aprender a generarlo, administrarlo y a gastarlo de manera consciente.

Al aprender sobre dinero estás aprendiendo en el fondo a administrar mejor tu tiempo. Y esto es lo realmente clave.

2. Siempre tendrás problemas de dinero

En realidad siempre tendrás que ocuparte del dinero porque es una herramienta de intercambio. Mientras vivas en sociedad intercambiarás productos, servicios o ideas con otros seres humanos, de manera que siempre tendrás que ocuparte del dinero para efectuar estos intercambios.

En realidad se pueden tener problemas buenos de dinero o problemas malos de dinero. Tu objetivo debería ser tener problemas buenos de dinero y cada vez mejores.

No tener dinero para pagar la luz es un problema malo, mientras que hacerte preguntas sobre cuál es el mejor trato para vender una compañía que has creado es un problema bueno. La diferencia está clara, ¿verdad?

Solo habrá un momento en el que no tendrás ningún problema: cuando estés muerto. Por eso, aspirar a no tener ningún problema no me parece la mejor idea. Aspirar a tener problemas buenos considero mejor idea que aspirar a no tener problemas.

3. Para que puedas dejar una huella significativa en este mundo

Un principio que cualquier capitán de barco conoce es que, si una persona cae al agua desde su embarcación, tendrá que hacer todo lo posible por salvarla; sin embargo, hay una cosa que sabe que no debería hacer y es tirarse al agua, porque es consciente de que entonces posiblemente perecerán los dos.

Resulta más fácil salvar a otros estando a salvo. Resulta complicado ayudar a un náufrago mientras tratas de sobrevivir al frío y a los tiburones. En la embarcación puedes abrigarte, maniobrar, lanzar un salvavidas o solicitar ayuda.

Con las finanzas sucede lo mismo. Una estupenda manera de dejar una huella significativa en este mundo –no la única– es tener unas finanzas saneadas, porque desde esa posición podrás apoyar las ideas y las causas en las que crees, ya sea con tiempo, con dinero o con ambas.

Resulta más fácil ayudar a un náufrago cuando se está a salvo. Resulta más fácil ayudar a otros cuando no tienes problemas económicos.

Hace años un amigo me dijo algo que me marcó: «Sergio, la mejor forma de combatir la pobreza en el mundo es no siendo pobre». Han pasado años y aún recuerdo ese momento.

Espero que esta idea cale tan profundo en ti como lo hizo en mí.

La pobreza se erradicará cuando cada persona del planeta deje de ser pobre. ¿Me ayudas en esta tarea?

La mejor manera de empezar a terminar con la pobreza es no siendo pobre.

A mí me parece vergonzoso el nivel de pobreza que hay todavía en el planeta. El primer paso que puedes dar para ayudar a erradicarla es dar ejemplo y hacer que el dinero no sea un problema en tu vida.

Hasta que esta se erradique por completo, tu abundancia económica permitirá que puedas facilitar el proceso de transición de otras personas hacia la abundancia espiritual y material.

Solo podemos ayudar a otros seres humanos cuando estamos en una posición desde la que podemos hacerlo.

Intentarlo de otra manera demuestra por lo general un gran corazón, pero también poco sentido práctico.

Si eres buena persona, con dinero podrás hacer más cosas por los demás.

4. Porque las clases medias están desapareciendo

Hace pocos años no disponer de inteligencia financiera no era crucial. Se podía ser clase media, no disponer de apenas ningún conocimiento sobre dinero y aun así disfrutar de calidad de vida.

Este panorama cambia aceleradamente, y la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor. Si eres clase media, tu estatus está amenazado. Eres una especie en peligro de extinción en Occidente. Protégete.

Cada vez será más complicado vivir sin saber manejar el dinero. La presión fiscal será cada vez mayor; todo parece indicar que la mayoría de salarios no especializados seguirán bajando los próximos años; antes o después alguien tendrá que reformar el sistema de pensiones y el importe de estas bajará; las máquinas efectuarán muchos trabajos que hoy hacemos los humanos… ¿Necesitas más razones para aprender sobre dinero y empezar a trabajar en tu independencia financiera?

Hace años no saber nada sobre dinero no era decisivo para ser clase media; hoy no saber nada sobre dinero te catapulta fuera de la clase media.

5. Para que no emplees el dinero como excusa para no vivir

Por alguna razón que no alcanzo a entender está bien visto decir «no puedo: no tengo dinero». El lenguaje es una herramienta que no solo sirve para definir la realidad, sino que también la crea, así que cuando dices que no tienes dinero es posible que estés definiendo una realidad. Pero lo que es seguro es que también la estás creando.

Las palabras tienen la capacidad –a menudo ignorada– de crear nuestro futuro, así que cuando dices «no puedo: no tengo dinero» en el fondo lo que estás haciendo es mandando una orden a tu cerebro.

Cada pensamiento y cada palabra son un pronóstico del futuro y una orden que será cumplida. Y decir «no tengo dinero» no es una excepción a esta regla.

Es posible que hoy no tengas esa cantidad, pero si en lugar de afirmar que no dispones de dinero te preguntases cómo podrías conseguirlo, los resultados cambiarían notablemente. La otra posibilidad es que de antemano digas que no estás dispuesto a hacer lo necesario para conseguir esa suma –lo cual es legítimo–, pero al menos de esta manera tomarás consciencia de cuál es la verdad, en lugar de emplear el lenguaje de forma irresponsable como un arma de destrucción de tu futuro.

El día en el que un ser humano comprende realmente el poder creador de las palabras que pronuncia, ese día no vuelve a descuidar su lenguaje jamás, y deja de decir cosas como «no puedo: no tengo dinero».

Cada palabra que pronunciamos es un pronóstico del futuro.

6. Porque mejorar tus resultados económicos mejorará posiblemente otros resultados en tu vida

Tu cerebro vincula el dinero –o su ausencia– a tu supervivencia y la de tus seres queridos, por eso es un tema cuyo tratamiento nos conmueve tan directamente.

La supervivencia es lo prioritario para tu cerebro. Resulta complicado escribir poesía con la tripa vacía.

Por mandato biológico tu cerebro está más interesado en tu supervivencia que en tu felicidad, y por lo tanto no estará completamente tranquilo para poder pensar con claridad hasta que no tenga paz con el asunto del dinero.

Estar en paz no significa ser millonario; significa estar en paz. Y para cada persona esto significará algo diferente.

Mientras que la supervivencia no esté garantizada, tu cerebro no pasará a reflexionar sobre otros asuntos que también son importantes. Por eso con frecuencia los problemas económicos suelen ser causa de otro tipo de problemas.

4. Qué es el dinero

«Nada externo a mí puede amarme o hacerme daño porque no existe nada externo a mí.»

UN CURSO DE MILAGROS

Un problema que encontramos cuando reflexionamos sobre el dinero es precisamente este: que no podemos reflexionar. La emoción lo invade todo.

Dinero es una de las palabras que más emociones suscitan. Para unos es una bendición, y para otros, una maldición. Para unos es la consecuencia natural de entregar valor a otras personas, y para otros es algo por lo que tienen que luchar cada día.

Para disfrutar de una buena relación con el dinero, es mejor aparcar las emociones y pensar un poco más. Cuanta más emoción te genere, peores decisiones tomarás. Es asombroso lo que se puede llegar a conseguir en la vida con el simple hábito de pensar de vez en cuando.

Te propongo que reflexionemos sobre qué es verdaderamente el dinero para que podamos cultivar una mejor relación con él.

¿Qué es el dinero entonces…?

1. El dinero es una herramienta de intercambio

El dinero se inventó para facilitar a las personas el intercambio de bienes y servicios. Es, por tanto, una herramienta que todas las sociedades han terminado por adoptar porque facilita los intercambios entre personas, y también porque permite hacerlo de manera diferida en el tiempo.

¿Cómo podríamos ingenirárnoslas para intercambiar solo mediante el trueque? La vida sería muy complicada. La evolución natural del trueque es el dinero, porque facilita y estimula el intercambio.

El trueque elimina muchas de las posibilidades que ofrece el dinero, como la posibilidad de aplazar en el tiempo el intercambio, de incluir a un tercero, de fraccionarse o de pedir prestado, entre otras.

El dinero, por tanto, es principalmente una herramienta que facilita el intercambio. Las emociones que te pueda generar a ti son otro asunto, pero en último término es solo eso: una herramienta de intercambio.

2. El dinero es una herramienta neutra

Deja un billete sobre una mesa y míralo atentamente: pronto comprobarás que no hace nada. Yo he hecho la prueba con monedas y con cheques y siempre sucede lo mismo: nada.

El dinero es neutro. Es potencialidad pura: el dinero tiene la capacidad de convertirse potencialmente en cualquier cosa. Un billete puede usarse para salvar la vida de una persona o para acabar con ella. Todo depende de cómo se emplee.

Un escudo o una bandera también movilizan muchas emociones, pero en sí mismos, como el dinero, son neutros.

Muchas personas intuyen que algo va mal con respecto al dinero, pero en realidad lo que va mal es la forma en la que nos relacionamos con él.

Hay cierta tendencia a considerar que el dinero tiene la capacidad de malear a las personas. Sin embargo, como decimos, no es más que una herramienta neutra que no tiene capacidad de hacer ni bien ni mal a nadie y que solo se convierte en lo que la persona que paga y la persona que acepta el pago deciden hacer en ese momento.

Un alicate o un automóvil también son herramientas, y no se suele decir de ellas que hayan maleado a nadie. El dinero no puede malear a nadie; un alicate tampoco.

Si alguien se echa a perder por tener una suma en el banco, me temo que esa persona ya venía así de casa.

¿No te parece reconfortante saber que no es más que una herramienta? Y como cualquier otra herramienta puede ser empleado para hacer el bien o para hacer el mal.

El dinero es una herramienta con la que se puede hacer el bien o el mal, como con cualquier otra herramienta.

3. El dinero es un acelerador

El dinero es un acelerador que permite que la velocidad a la que los acontecimientos suceden se incremente.

Si quieres ir de Madrid a Barcelona, puedes ir caminando y emplear dos semanas; ir en autobús y emplear ocho horas o hacerlo en menos de tres horas en un tren de alta velocidad, así que si tienes dinero y quieres gastarlo, emplearás menos tiempo en realizar ese recorrido.

Si posees un terreno y quieres construir una casa, puedes construirla tú mismo y emplear cierta cantidad de meses. También puedes contratar una empresa para que la construya y hacer que el proceso se acorte notablemente.

El dinero permite que lo que deseas suceda antes; por eso es un acelerador. Aunque por otra parte el dinero no es el único acelerador: la consciencia y el conocimiento también lo son.

Esto es algo que de forma intuitiva ya conocemos, por eso hay tantas personas temerosas de tener dinero, porque saben que sus pensamientos se materializarían antes y eso produce, especialmente cuando no se está acostumbrado, cierto vértigo, porque requiere de mayor responsabilidad.

Por tanto, cuanto mayor sea tu habilidad manejando esta herramienta más rápidamente manifestarás lo que piensas en el plano de lo físico.

El dinero es potencialidad pura: puede ser cualquier cosa. Por eso nos produce fascinación y respeto.

4. El dinero es un amplificador

El dinero tiene la capacidad de amplificar la esencia de quienes lo tienen. Si tu inteligencia es brillante, todos nos daremos cuenta de ello más rápidamente si tienes dinero. Si eres un gañán, lamentablemente también nos daremos cuenta antes.

Por eso es mucho más fácil conocer cómo es realmente una persona cuando tiene algo de dinero, porque este lo amplificará. El dinero es como las redes sociales: amplifican los pensamientos de sus usuarios. Cualquier red social amplifica lo que eres; el dinero también lo hace.

Si alguien dice una bobada, gracias a las redes sociales, ahora en lugar de sus dos amigos en el bar se enteran mil personas. De igual manera, si dice algo interesante, se enterarán muchas más personas.

Con el dinero sucede lo mismo: amplifica aquello que eres verdaderamente y hace que más personas, incluido tú mismo, sepan lo que eres en realidad. Quizá por eso de manera intuitiva le tenemos tanto respeto.

Si eres buena persona, el dinero hará mayores tu bondad e influencia en este mundo. El dinero solo amplificará lo que eres. Si tienes dinero, puedes ser como Pablo Escobar y emplearlo para poner una bomba en un avión lleno de civiles, o puedes emplearlo para crear una fundación como Bill y Melinda Gates.

Se dice que el dinero cambia a las personas; en realidad lo que hace es amplificar lo que realmente son.

5. El dinero es una forma de dar las gracias

Me gusta pensar en el dinero como una forma aceptada socialmente de dar las gracias por todos los bienes y servicios que recibo. Por eso disfruto tanto dando las gracias, y también pagando, que es otra forma de dar las gracias.

Imagina que vivieras en un planeta donde pudieses disfrutar de todo lo que necesitas. En ese planeta vives con abundancia suprema y lo único que tienes que hacer para poder disfrutar de cualquier cosa es dar las gracias. Ahora imagina que la forma socialmente aceptada de dar las gracias en ese planeta es con dinero, que es curiosamente la misma manera que emplean otras personas para darte las gracias a ti a cambio de darles lo que quieren.

¿No te parece maravilloso?

Pues ya vives en ese planeta.

Pagar con dinero es solo una forma de dar las gracias mundialmente aceptada.

Para poder disfrutar de más cosas solo tienes que encontrar la forma de que más personas te den las gracias (te ofrezcan dinero).

6. El dinero es consecuencia del valor que aportas a otras personas

Comprender que el dinero es solo una manifestación del valor que aportamos a otras personas es una idea que, una vez interiorizada, no puede dejarte indiferente.

El propósito de esta vida es dar amor. ¿Cuál podría ser si no? Y la forma de dar amor en el plano profesional es entregando valor a otros. Así que cuando ofrecemos valor lo que hacemos es simplemente cumplir con nuestro propósito.

El fin último de un trabajo es entregar valor a otros y la consecuencia es que se gana dinero.

Este valor que ofreces se te puede retribuir de muchas maneras, como reconocimiento, prestigio o cariño, pero el dinero es una de las formas más aceptadas.

Piénsalo: cada vez que pagas algo es porque a cambio se te entrega algo de valor. Por eso, si deseas mayor abundancia económica en tu vida, la vía rápida es ofrecer más valor a más personas.

Detrás de cada empresa o profesional que recibe dinero hay una entrega de valor de una u otra forma. Piénsalo: no falla.

Si ganas poco dinero con una actividad profesional posiblemente estés ofreciendo poco valor a pocas personas. Quizá de una manera sutil, la vida te está incentivando a que busques la forma de aportar más valor a otras personas a través de otros caminos y poniendo tus talentos al servicio de otra forma.

La respuesta a la pregunta «¿Cómo podría aportar más valor a más personas?» es la clave para ganar más dinero.

Si te enfocas en aportar valor a otros, estás rotundamente condenado a la abundancia económica porque la vida, en agradecimiento por tu servicio, te facilitará el dinero necesario para que los problemas económicos no te distraigan de tu tarea de servicio.

Sal a la calle a buscar un problema, necesidad o deseo ajeno y ponte a ofrecer algo de valor. Si lo consigues, es fácil que alguien te entregue dinero a cambio.

Según explica la ley del equilibrio (En mi libro Vivir con abundancia puedes profundizar más), la homeostasis es un principio de la vida que busca constantemente restituir el equilibrio. De manera que el desequilibrio que generas al aportar valor a los demás será equilibrado de algún modo. Uno de los más frecuentes –aunque no el único, insisto– es a través del dinero.

Puedes entrenarte en este concepto preguntándote cada vez que encuentres a una persona o empresa que disfruta de abundancia económica de qué manera ha ofrecido valor a otras personas.

Lo mejor es que no tienes por qué estar de acuerdo con lo que hace o valorar si tú harías lo mismo. Lo que te propongo es simplemente que te acostumbres a preguntarte qué ha ofrecido esa persona o empresa a otros que los demás desean. Así te familiarizarás con esta idea al tiempo que incrementarás tu inteligencia financiera.

Una manera rápida y efectiva –aunque no la única– para aportar valor a otras personas es mediante un proyecto emprendedor. Si decides iniciar este camino, o mejorar los resultados que estás obteniendo, te recomiendo encarecidamente mis otras tres obras, que te ofrecerán información en este sentido: Vivir sin jefe, El Sorprendedor y Misión Emprender.

7. El dinero es energía vital

Para ganar dinero es necesario emplear tiempo. Siendo así, cada gasto equivale a una cantidad determinada de tiempo empleada para conseguirlo.

Imagina que trabajas y que tu ingreso neto es de 10 € por hora. Si compras una camisa de 50 €, en términos de energía vital te está costando cinco horas. Sencillo, ¿verdad?

Mi planteamiento es que hasta que no seas independiente financieramente (el momento en el que no necesites trabajar para pagar tu estilo de vida actual) calcules los gastos en términos de tiempo. Prepárate a descubrir un mundo nuevo.

El dinero es, en cierto modo, tiempo acumulado.

Por eso, hasta que no controlas tus finanzas, no dispones de control sobre tu tiempo. Y mientras esto suceda, posiblemente alguien tendrá control sobre tu vida.

La película In Time –te la recomiendo– nos propone una distopía en la que se ha conseguido que las personas puedan vivir indefinidamente. Cada persona lleva un reloj incorporado en su brazo que muestra la cantidad de tiempo que le queda disponible. Cuando el contador llega a cero, la persona muere. Lo interesante es que ese contador se recarga trabajando. Es decir, que las personas en lugar de ganar dinero cuando trabajan lo que ganan es tiempo. No se puede decir más claro.