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CURSO BÁSICO DE

ORTOGRAFÍA
DEL ESPAÑOL

LIBRO DEL ALUMNO

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Ortografía

Arte y sistema de escribir cada palabra como
es su ser y de colocar cada letra en su sitio

José Colomar Rubio

Autor: José Colomar Rubio

Maquetación: José Colomar Rubio

Ilustración portada: Francisco Llorca

Imprime: Publidisa, S.A.

ISBN: 978-84-941593-2-9

Depósito Legal: V-1977-2013

Printed in Spain/Impreso en España.

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PRESENTACIÓN: UNA PALABRAS INICIALES

En los últimos años resulta ya un lugar común por parte de la comunidad educativa en particular y de la mayor parte de la sociedad en general lamentar la baja competencia en lecto-escritura de nuestros estudiantes, apoyando esta creencia tanto en experiencias docentes personales como en múltiples estudios nacionales e internacionales que parecen corroborarla.

El Curso básico de ortografía del español pretende, modestamente, ayudar a iniciar un camino que modifique la situación de partida de muchos de mis estudiantes: leen poco, por lo tanto, poseen escasas competencias lectoras (desconocen el significado de muchas de las palabras con que se encuentran, no son conscientes de la importancia de los signos de puntuación a la hora de matizar el significado de los mensajes…). La ecuación final no puede ser más devastadora: no entienden, luego se aburren; como se aburren, no les gusta leer; por tanto, no leen; como no leen, nunca conseguirán romper esas dificultades iniciales…; y así hasta el infinito.

Resultaría iluso por mi parte pensar que un simple libro de Ortografía vaya a modificar esta situación. El problema, a mi juicio, debe abordarse desde múltiples ámbitos:

La concienciación de la familia y su firme convencimiento en la importancia de su ejemplo más que las machaconas peticiones para que lean a sus hijos es fundamental. La familia debería ser el primer ámbito de lectura, apoyada e incentivada por la escuela, no al revés. Es evidente, que muchas familias, por su propia situación socioeconómica y, sobre todo, por su escasa formación cultural en algunos casos, difícilmente podrán ayudarnos, pero no es una tarea que debamos dejar de lado a priori. Comprobaremos, agradablemente sorprendidos, la inesperada ayuda que muchas veces recibimos en este terreno.

En el ámbito más estrictamente académico se ha repetido hasta la saciedad (y yo estoy firmemente convencido de ello) la necesidad de abordar el problema desde un punto de vista multidisciplinar. Si los únicos que motivan a la lectura o les exigen corrección en la expresión escrita u oral son los locos profesores de asignaturas lingüísticas, tenemos la batalla perdida de antemano. Todo el claustro de profesores, sea cual sea la materia que impartan, deben remar en el mismo sentido: fomento y potenciación de la lectura, explicación y corrección de nociones básicas de escritura y lectura, coincidencia en la petición de unos trabajos, exámenes… que posean unas exigencias básicas de presentación, corrección ortotipográfica, márgenes, etc. No hay nada más descorazonador que comprobar que en los trabajos que les pide el profesor de Lengua, el alumno se esfuerza por aplicar las normas y principios explicados, mientras observas que en los trabajos que han preparado para otras asignaturas los obvian por completo. Se hace imprescindible a mi juicio, por tanto, conseguir un ámbito común de trabajo y exigencia por parte de todos los profesores del claustro.

El mercado editorial ofrece un amplio abanico de materiales que intentan abordar este problema, pero son materiales que, a mi juicio, caen muy a menudo en una serie de defectos.

Con frecuencia son libros demasiado extensos (y caros), en los que se ha cuidado más la presentación (colores, redacciones grandilocuentes, amontonamiento de reglas y normas, fotografías…) que el contenido.

En otras ocasiones, cuando intentamos usar textos más académicos (los de la RAE, por ejemplo), nos encontramos con una ausencia total de ejercicios prácticos para que los alumnos pongan a prueba lo aprendido, o con un lenguaje excesivamente técnico que a duras penas comprenden.

Otras veces los problemas son de tipo metodológico: los libros de texto frecuentemente siembran la ortografía en pequeñas dosis a lo largo de todo el temario, muchas veces, además, considerándolo como un pequeño añadido al final del tema importante que se ha explicado. Así, por ejemplo, no es raro encontrarnos con que las reglas de acentuación se reparten y explican a lo largo de cuatro o cinco temas diferentes, con lo que el alumno no llega a comprender la acentuación hasta pasados varios meses, entendiendo muchas veces las reglas como algo inconexo. Mi experiencia es que esto despista a los alumnos y les impide entender global y orgánicamente los principios ortográficos como un conjunto armónico y unitario.

Por no mencionar aquellos otros libros de texto (sobre todo los dirigidos a niveles académicos ya superiores) que se centran en cuestiones como la literatura o el comentario de textos, olvidando que difícilmente los alumnos podrán entender la literatura o comentar textos si ellos mismos no saben escribir con corrección. Como estos conocimientos ortográficos se dan por asumidos, no se entra a explicarlos y los resultados no pueden ser más deprimentes: llegamos al tan comentado fracaso académico.

El texto que ofrezco intenta solucionar estos problemas de partida.

Pretende ser un texto básico, sencillo y no demasiado extenso, que ponga el foco principal en el contenido y no en el continente, en la expresión clara y detallada y no en la presentación colorista y brillante.

Además, pretende ser duradero en el tiempo, de forma que el alumno pueda consultar las reglas comentadas o los ejemplos a lo largo de todo el curso, e incluso volver a ellos en cursos superiores para solventar dudas y nuevos problemas que la actividad académica o personal le vaya planteando.

Incorpora ejercicios prácticos que los alumnos realizan en el mismo libro, de forma que podamos comprobar rápidamente los contenidos asimilados y los que necesitan un refuerzo extra.

Pretende introducir la corrección ortotipográfica como un principio básico de salida, a través de explicaciones claras y sencillas y, sobre todo, organizadas y presentadas con sentido metodológico.

Intenta convertirse en un instrumento apto para múltiples niveles académicos (especialmente entre 3.o de la ESO y 1.o de bachillerato). En este sentido he intentado que reúna dos aspectos positivos:

Dado su carácter no muy extenso, puede convertirse fácilmente en el contenido a impartir a principio de curso (el primer trimestre, por ejemplo), de forma que los alumnos incorporen las habilidades ortotipográficas y de corrección lingüística necesarias para que podamos abordar después con más garantía de éxito otros contenidos: análisis sintácticos, comentarios de textos, literatura, cuestiones de lingüística general…

Aparece concebido como un texto básico para el alumno de cualquier nivel (Libro del alumno), que luego será matizado por el Libro del profesor, el cual posee mucha más información, normas más complicadas o particulares, conceptos más técnicos, etc. que usará o no en función de las necesidades que observe: más nivel para bachillerato, menos para 3.o de la ESO; más información para aquellos alumnos de un grupo que vayan más adelantados y puedan asimilarlo, menos para los alumnos que les cuesta más alcanzar los objetivos mínimos o necesitan más explicaciones o ejercicios de refuerzo; etc.

Finalmente quisiera apuntar algunas cuestiones más personales de mi trabajo docente en este campo que a mí me funcionan.

En cada tema que inicio, parto de lo que vulgarmente llamaríamos un nivel cero, es decir, de la presunción de que los alumnos, en principio, no saben nada sobre él. Esto me permite a mí como profesor ser consciente de que no voy a dejar lagunas explicativas detrás de mí, cuestiones que con frecuencia damos por sabidas hasta que, desgraciadamente, comprobamos que no lo eran. Y, por otro lado, constituye un estímulo inicial que los alumnos reciben muy positivamente (“Nunca he entendido la acentuación –piensan, por ejemplo–, pero ahora lo voy a intentar porque el profesor va a partir, precisamente, de que no sé nada al respecto”).

En este sentido, los alumnos empiezan cada tema (antes de haber explicado nada el profesor sobre el mismo) realizando el primer ejercicio, convirtiéndose este en una especie de autoevaluación inicial que les permite conocer por sí mismos cuál es su punto de partida respecto a la materia que vamos a abordar.

Todas las semanas les reparto una hoja con lo que llamamos Ejercicio semanal que ellos van a estudiar y responder en su casa y luego entregarme para que yo se lo corrija. En estos ejercicios semanales reforzamos aspectos que vamos explicando en clase (acentuación, uso de la coma, uso de las letras mayúsculas…) o introducimos otros nuevos igualmente interesantes (formación del plural, significado y uso de locuciones, uso de sino y si no, uso de porque, porqué, por que y por qué, etc.).

Comprobado que la mayoría de los alumnos rechazan leer libros (según ellos demasiado aburridos, largos y caros), todos los meses les planteo la lectura de un cuento o narración breve. El relato se lo entrego a principio de mes y uno de los últimos días les paso un control de lectura tipo test para comprobar que se lo han leído. Además, ellos puntúan el texto en función de lo que les ha gustado. Resulta sorprendente comprobar que más del 90 % de los alumnos leen el relato ofrecido, cosa que no ocurría en absoluto cuando la propuesta era de un libro. Estas lecturas, además:

Van siendo de dificultad y extensión progresivamente creciente.

Son completadas con una puesta en común el día del control de lectura, en la que expresan su opinión sobre lo que han leído, qué han entendido, qué les ha gustado, etc.

Permiten al profesor, de forma subterránea, introducirles en el conocimiento de autores y movimientos literarios que desconocen.

Culminan, a final de curso, con que algunos pasan a leer libros más largos y complejos y los comentamos en clase como propuestas generales para todos.

En cursos ya superiores, acompañamos la lectura con la petición de un trabajo básico y poco extenso sobre el autor y la obra, de forma que, al escribir el trabajo, pongan a prueba los conocimientos ortográficos que han ido asumiendo.

Conforme avanza el curso les impongo una tarea: deben entregar un mínimo de cincuenta faltas de ortografía, de cualquier tipo, que descubran en su contexto vital diario (anuncios, citaciones, periódicos, publicidad, etc.). Su reacción inicial suele ser de pasmo y rechazo (¿Cómo vamos a ser nosotros capaces de encontrar faltas de ortografía en algo impreso? Ahí no hay faltas, lo ha hecho una imprenta). Poco a poco les traigo a clase y enseño ejemplos concretos de faltas aparecidas en prensa, publicidad… con lo que descubren que, no solo es posible encontrarlas, sino que se convierte para ellos en un trabajo detectivesco apasionante, hasta el punto que convierten la cámara de su móvil en el mejor aliado para su trabajo. Al finalizar el curso, realizo una proyección de aquellas faltas y fotos entregadas por ellos más sugestivas, llamativas, sorprendentes, curiosas, etc.

Finalmente me gustaría mencionar que nuestro curso monográfico no pretende que acaben sabiéndolo todo, cosa evidentemente imposible, sino dotarles de los mecanismos de funcionamiento e instrumentos de trabajo que les permita acceder y buscar por ellos mismos la información que necesiten. En ese sentido, trabajaremos durante todo el año cuestiones como la importancia del DRAE y su consulta, tanto en soporte papel como vía Internet; la posibilidad real de hacer consultas directamente a la RAE (Departamento de español al día); el uso mesurado y filtrado de Wikipedia y, en general, de la información que obtenemos de la red; cómo resolver dudas por nosotros mismos a través del Diccionario panhispánico de dudas; y un largo etcétera de cuestiones que irán ineludiblemente surgiendo a lo largo del curso.

Solo con que hayamos conseguido inocularles el virus de la curiosidad por saber más y por escribir cada día un poco mejor habrá valido la pena el esfuerzo por nuestra parte.

El autor

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Gabriel Celaya

EDUCAR

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.

ÍNDICE

Introducción: LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: ORIGEN, FUNCIONES, PUBLICACIONES

1. Introducción: los orígenes

2. Organización y funcionamiento

3. Los académicos

4. Publicaciones de la Academia

4.1. Obras normativas

4.1.1. Diccionario

4.1.2. Ortografía

4.1.3. Gramática

4.2. Obras literarias

5. Actualidad y futuro de la institución

Tema 1: EL ALFABETO. EL USO DE LAS MAYÚSCULAS

1. La Ortografía

2. Las letras del alfabeto español y su orden

3. El uso de las mayúsculas

3.1. Los números romanos

4. Desajustes entre el sistema fonológico y el alfabeto

EJERCICIOS

AMPLÍA TUS CONOCIMIENTOS

• La letra X

• La letra H

• Los fonemas /i/ - /y/ - /ll/

• El fonema /b/

• El fonema /z/

• El fonema /k/

• Los fonemas /r/ - /rr/

• La letra W

• Los fonemas /g/ - /j/

• Los fonemas /m/ - /n/

• Los fonemas /s/ - /c/

• El fonema /u/

Fonemas de representación única

Tema 2: LA SÍLABA. EL DIPTONGO Y EL HIATO

1. La sílaba. La separación en sílabas

2. El diptongo. El triptongo

3. El hiato

4. La h en la división silábica

5. División de palabras a final de renglón

EJERCICIOS

AMPLÍA TUS CONOCIMIENTOS

• Escritura de palabras-expresiones con prefijo

• Simplificación de grupos consonánticos

• Palabras que pueden escribirse juntas o separadas

Tema 3: LA ACENTUACIÓN

1. Sílabas tónicas y átonas

2. Clasificación de las palabras polisílabas

3. Regla base de la acentuación

4. La tilde y el diptongo. El triptongo

5. La tilde y el hiato

6. La tilde en los monosílabos

6.1. La tilde diacrítica

6.1.1. En los monosílabos

6.1.2. En los demostrativos

6.1.3. En los interrogativos y exclamativos

6.1.4. En otros casos

7. La tilde en las palabras compuestas

7.1. Las palabras compuestas ya fosilizadas

7.2. Los adverbios terminados en –mente

7.3. Las palabras compuestas separadas por guion

8. El acento en el verbo. Los pronombres enclíticos

ESQUEMA REGLAS DE ACENTUACIÓN DEL ESPAÑOL

EJERCICIOS

AMPLÍA TUS CONOCIMIENTOS

• Acentuación de las palabras extranjeras

• Acentuación de latinismos

• Palabras con plural dudoso

• Palabras con doble acentuación

• Palabras que suelen acentuarse mal

• Dificultades acentuales para los valencianos

Tema 4: ABREVIATURAS, SÍMBOLOS Y SIGLAS

1. Abreviaturas

1.1. Clases. Concepto. Características. Normas de uso

1.2. Los símbolos, abreviaturas especiales

1.2.1. Clases. Concepto. Características. Normas de uso

1.2.2. Símbolos no alfabetizables

1.3. Abreviaturas y símbolos alfabetizables usuales

2. Siglas

2.1. Concepto. Características. Normas de uso

2.2. Siglas de uso frecuente

ESQUEMA RELACIÓN ABREVIATURA-SÍMBOLO-SIGLA

EJERCICIOS

AMPLÍA TUS CONOCIMIENTOS

• Usos nuevos de las abreviaturas: los sms, las redes sociales

Tema 5: LOS SIGNOS ORTOGRÁFICOS

1. Los signos ortográficos

1.1. La puntuación a través de la historia

1.2. Concepto y funciones actuales

2. La coma

3. El punto y coma

4. El punto

5. Los dos puntos

6. Los puntos suspensivos

7. La interrogación y la admiración

8. El paréntesis

9. La diéresis

10. Las comillas

11. El guion

12. La raya

13. Otros signos: el asterisco, los corchetes

EJERCICIOS

AMPLÍA TUS CONOCIMIENTOS

• Una carta de amor

• Un testamento y una herencia

• Textos con diferentes interpretaciones posibles

• Una novela sin signos ortográficos ni de puntuación

Apéndice: AMPLÍA AÚN MÁS TUS CONOCIMIENTOS

• Escritura de voces onomatopéyicas

• La contracción al y del

• Escritura de los números

• La expresión de la fecha

• La expresión de la hora

• La expresión de los porcentajes

• Ortografía de los extranjerismos

• Grafías extranjeras con problemas

• Ortografía de los antropónimos

• Ortografía de los topónimos

• Reducción de vocales contiguas iguales

Con qué – conque – con que

Porque – porqué – por que – por qué

Sino – si no

Adentro – a dentro

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Glosas emilianenses: primeras manifestaciones escritas en lengua castellana (s. X)

INTRODUCCIÓN:

La Real Academia Española: origen, funciones, publicaciones…

1. Introducción: los orígenes

2. Organización y funcionamiento

3. Los académicos

4. Publicaciones de la Academia

4.1. Obras normativas

4.1.1. Diccionario

4.1.2. Ortografía

4.1.3. Gramática

4.2. Obras literarias

5. Actualidad y futuro de la institución

1. INTRODUCCIÓN: LOS ORÍGENES

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Sede de la Real Academia Española en la calle Felipe IV, n.° 4, de Madrid. El edificio, diseñado por Miguel Aguado y realizado ex profeso para albergar a la Academia, fue inaugurado en 1894 por S. M. el rey Alfonso XIII.

La Real Academia Española (RAE) es una institución cultural, que tiene como finalidad básica fijar la norma que regula el uso correcto de la lengua española, armonizando su esencial unidad con la diversidad de ámbitos geográficos, personales… que la utilizan. Para ello la Real Academia Española (con sede en Madrid) y sus Academias asociadas de América y Filipinas (que conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española) desarrollan una política lingüística que implica la participación de todas ellas en las obras fundamentales que sustentan y expresan la unidad de la lengua, como el Diccionario, la Gramática y la Ortografía, y en cuantas acciones, productos y recursos contribuyen al mismo fin.

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Portada de la primera edición de Fundación y estatutos de la Real Academia Española (1715)

Las directrices lingüísticas que propone se recogen en diversas obras. Las fundamentales son el Diccionario, abreviado DRAE (editado periódicamente veintidós veces desde 1780 hasta hoy), la Ortografía (la última de 2010) y la Gramática (2009).

Su finalidad fundamental, pues, es la planificación lingüística mediante la promulgación de normativas dirigidas a fomentar la unidad idiomática dentro y entre los diversos territorios; garantizar una norma común, en concordancia con sus estatutos fundacionales: «velar por que los cambios que experimente […] no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico».

Fue fundada el 13 de febrero de 1713 por iniciativa del ilustrado Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena y duque de Escalona, a imitación de la Academia Francesa. Al año siguiente, el rey Felipe V aprobó su constitución y la colocó bajo su protección.

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Algunos de los emblemas que ha ido teniendo a lo largo del tiempo la Academia, con el lema de la institución: Limpia, fija y da esplendor.

El objetivo era fijar el idioma en el estado de plenitud que había alcanzado durante el siglo XVI y que se había consolidado en el XVII (el denominado Siglo de Oro), en la creencia, según la visión de la época, de que la lengua española había llegado a un momento de perfección suma. Así, fue propósito de la Real Academia «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza». Se representó tal finalidad con un emblema formado por un crisol puesto al fuego, con la leyenda Limpia, fija y da esplendor. Nació, por tanto, la institución como un centro de trabajo eficaz, según decían los fundadores, «al servicio del honor de la nación». Esta vocación de utilidad colectiva se convirtió en la principal seña de identidad de la Academia española, diferenciándola de otras academias que habían proliferado en el Siglo de Oro y que estaban concebidas como meras tertulias literarias de carácter ocasional.

Para su creación se tomaron como modelos la Accademia della Crusca italiana (1582) y la Académie Française (1635).

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Fachada del antiguo Palacio del marqués de Villena, primer lugar de reunión de la Real Academia

Inicialmente contaba con 24 miembros y su creación fue aprobada el 3 de octubre de 1714 por Real Cédula de Felipe V, quien la acogió bajo su “amparo y Real Protección”.

A pesar de esta “protección” real, los comienzos de la Academia fueron difíciles. Así, por ejemplo, no contaban con sede propia, por lo que inicialmente las sesiones se celebraban en el propio palacio del marqués de Villena, fundador y primer presidente.

A partir de 1723 la situación mejoró y se le concedieron 60 000 reales anuales para sus publicaciones. Asimismo, Fernando VI le permitió publicar sus obras y las de sus miembros sin censura previa.

En 1848 la Academia reformó su organización por medio de unos nuevos estatutos, aprobados por Real Decreto. Sucesivos reales decretos (1859, 1977, 1993) aprobaron nuevas reformas.

Tras la independencia de los países americanos, la Real Academia Española promovió el nacimiento de academias correspondientes en cada una de las jóvenes repúblicas hispanoamericanas. Esta decisión no estuvo motivada por un interés político, sino por la consideración de que los ciudadanos de todas esas naciones tienen por patria común una misma lengua y comparten el patrimonio de una misma literatura. Desde 1870 se establecieron en América diecinueve academias hispanoamericanas correspondientes de la lengua española. A ellas se añadieron la Academia Filipina de la Lengua Española y la Academia Norteamericana de la Lengua Española, que tienen actualmente igual rango y condiciones que la RAE. Estas veintiuna academias constituyen con la Real Academia Española la Asociación de Academias de la Lengua Española, fundada en 1951 en el marco del I Congreso de Academias celebrado en México.

Las relacionamos a continuación con indicación de su año de fundación:

La Real Academia Española (1713)

La Academia Colombiana de la Lengua (1871)

La Academia Ecuatoriana de la Lengua (1874)

La Academia Mexicana de la Lengua (1875)

La Academia Salvadoreña de la Lengua (1876)

La Academia Venezolana de la Lengua (1883)

La Academia Chilena de la Lengua (1885)

La Academia Peruana de la Lengua (1887)

La Academia Guatemalteca de la Lengua (1887)

La Academia Costarricense de la Lengua (1923)

La Academia Filipina de la Lengua Española (1924)

La Academia Panameña de la Lengua (1926)

La Academia Cubana de la Lengua (1926)

La Academia Paraguaya de la Lengua Española (1927)

La Academia Boliviana de la Lengua (1927)

La Academia Dominicana de la Lengua (1927)

La Academia Nicaragüense de la Lengua (1928)

La Academia Argentina de Letras (1931)

La Academia Nacional de Letras de Uruguay (1943)

La Academia Hondureña de la Lengua (1948)

La Academia Puertorriqueña de la Lengua Española (1955)

La Academia Norteamericana de la Lengua Española (1973)

La Asociación es el órgano de colaboración de todas ellas en la promoción de una política lingüística panhispánica. Esta política, plasmada en numerosos proyectos de trabajo conjunto, fue galardonada en el año 2000 con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, concedido a la Real Academia Española, junto con la Asociación de Academias de la Lengua Española.

El 20 de octubre de 1993 se constituyó la Fundación Pro Real Academia Española, entidad que tiene como finalidad atraer recursos económicos para la financiación de las actividades e iniciativas de la Academia. Está regida por un patronato, cuya presidencia de honor corresponde al rey de España, Juan Carlos I, la presidencia al gobernador del Banco de España y la vicepresidencia al director de la Real Academia Española. Las vocalías corresponden a otros académicos, presidentes de las comunidades autónomas y de empresas privadas.

En los nuevos estatutos aprobados en 1993, se consideró necesario supeditar el antiguo lema fundacional –Limpia, fija y da esplendor– al objetivo superior de trabajar al servicio de la unidad del idioma. El artículo primero establece, en tal sentido, que la Academia «tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico». De esta forma quedaba sancionado un compromiso que la Academia había asumido ya desde el siglo XIX.

[…] tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico. Debe cuidar igualmente de que esta evolución conserve el genio propio de la lengua, tal como ha ido consolidándose con el correr de los siglos, así como de establecer y difundir los criterios de propiedad y corrección, y de contribuir a su esplendor. Para alcanzar dichos fines, estudiará e impulsará los estudios sobre la historia y sobre el presente del español, divulgará los escritos literarios, especialmente clásicos, y no literarios, que juzgue importantes para el conocimiento de tales cuestiones, y procurará mantener vivo el recuerdo de quienes, en España o en América, han cultivado con gloria nuestra lengua. Como miembro de la Asociación de Academias de la Lengua Española, mantendrá especial relación con las Academias Correspondientes y Asociadas.

Artículo primero de los estatutos de la RAE

2. ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO

Según sus estatutos, la RAE está compuesta por:

Académicos de número (46 en total).

Académicos correspondientes españoles (hasta un máximo de 60).

Académicos correspondientes extranjeros.

Académicos de número de las academias americanas (que, por derecho, son académicos correspondientes).

Académicos honorarios.

Una Junta de Gobierno rige la Academia y supervisa todos los asuntos relativos a su buena gestión, tanto en lo relacionado con su funcionamiento interno como con sus relaciones con los organismos del Estado y las demás Academias. Esta junta la preside el director de la Academia y está constituida por el vicedirector, el secretario, el censor, el bibliotecario, el tesorero, el vicesecretario y dos vocales adjuntos. Todos estos cargos son electivos y, a excepción de los vocales, que se eligen cada dos años, pueden ejercerse durante cuatro años, prorrogables solo una vez.

El Pleno, formado por todos los académicos, se reúne durante el curso académico los jueves por la tarde. Una vez aprobada las actas de la sesión anterior y de debatir cualquier tema general, los asistentes presentan enmiendas y adiciones al Diccionario. Acto seguido se examinan las propuestas formuladas por las diversas Comisiones. Las resoluciones, en el caso de que se produzca disparidad de criterio, se adoptan mediante votación.

Al servicio de los trabajos que la Academia desarrolla en Pleno o en Comisiones, funciona el Instituto de Lexicografía, integrado por filólogos y lexicógrafos que realizan las tareas de apoyo para la elaboración de los diccionarios académicos.

El actual presidente de la Academia es el filólogo José Manuel Blecua (desde 2010), el cual sustituyó a Víctor García de la Concha, que había dirigido la Academia entre 1998 y 2010.

3. LOS ACADÉMICOS

Los 46 miembros de la Academia son elegidos de por vida por el resto de los académicos (carácter vitalicio del nombramiento) y se les conoce como Inmortales (quizá por influencia del uso del mismo apelativo en Francia para los académicos galos). Desde su fundación hasta la actualidad ha habido alrededor de 450 académicos.

Cada académico tiene un sillón asignado a su persona, y distinguido con una letra del alfabeto (tanto mayúsculas, como minúsculas).

Los académicos de número actuales son, por orden de ingreso, los siguientes, con mención del sillón que ocupan:

1. (H) D. Martín de Riquer Morera, conde de Casa Dávalos (1965), filólogo e historiador

2. (M)D. Carlos Bousoño Prieto (1980), poeta y crítico literario

3. (A) D. Manuel Seco Reymundo (1980), filólogo

4. (O) D. Pere Gimferrer Torrens (1985), poeta, ensayista y traductor

5. (q) D. Gregorio Salvador Caja (1987), filólogo

6. (p) D. Francisco Rico Manrique (1987), historiador y filólogo

7. (s) D. José Luis Pinillos Díaz (1988), sicólogo y ensayista

8. (J) D. Francisco Morales Nieva (1990), dramaturgo y escritor

9. (d) D. Francisco Rodríguez Adrados (1991), filólogo y helenista

10. ( c ) D. Víctor García de la Concha (1992), historiador de la Literatura

11. (U) D. Eduardo García de Enterría y Martínez-Carande (1994), jurista

12. (I) D. Emilio Lledó Íñigo (1994), filósofo

13. ( C ) D. Luis Goytisolo Gay (1995), escritor

14. (L) D. Mario Vargas Llosa (1996), escritor y ensayista

15. (u) D. Antonio Muñoz Molina (1996), escritor

16. (V) D. Juan Luis Cebrián (1997), periodista, escritor y empresario

17. (t) D. Ignacio Bosque Muñoz (1997), lingüista

18. (K) D.a Ana María Matute (1998), escritora

19. (ñ) D. Luis María Anson Oliart (1998), periodista y empresario

20. (l) D. Luis Mateo Díez (2001), escritor

21. (N) D. Guillermo Rojo (2001), lingüista

22. (k) D. José Antonio Pascual (2002), lingüista

23. (E) D.a Carmen Iglesias (2002), historiadora

24. (i) D.a Margarita Salas Falgueras (2003), bioquímica

25. (T) D. Arturo Pérez-Reverte (2003), escritor y periodista

26. (G) D. José Manuel Sánchez Ron (2003), físico e historiador de la Ciencia

27. (j) D. Álvaro Pombo y García de los Ríos (2004), escritor

28. (o) D. Antonio Fernández de Alba (2006), arquitecto y ensayista

29. (X) D. Francisco Brines (2006), poeta

30. (h) D. José Manuel Blecua (2006), filólogo

31. (a) D. Pedro García Barreno (2006), médico y ensayista

32. (S) D. Salvador Gutiérrez Ordóñez (2008), lingüista

33. ( R ) D. Javier Marías (2008), escritor y traductor

34. (D) D. Darío Villanueva Prieto (2008), filólogo y crítico literario

35. (m) D. José María Merino (2009), escritor

36. (g) D.a Soledad Puértolas (*2010), escritora

37. (P) D.a Inés Fernández-Ordóñez (2011), filóloga

38. (Q) D. Pedro Álvarez de Miranda (2011), filólogo y lexicógrafo

39. (e) D. Juan Gil Fernández (2011), latinista y medievalista

40. (Z) D. José Luis Gómez (*2011), actor y director teatral

41. (n) D.a Carme Riera (*2012), escritora

42. (f) D. José B. Terceiro Lomba (*2012), economista

43. (b) D. Miguel Sáenz (2012), traductor

44. ( r ) D. Santiago Muñoz Machado (2013), jurista

45. (B) D.a Aurora Egido (*2013), catedrática de literatura

(Se indican en rojo los académicos femeninos y en asterisco los académicos electos que aún no han tomado posesión de su cargo, es decir, no han leído el discurso de ingreso).

Señalemos, a modo de repaso histórico algunas curiosidades:

Algunos académicos han llegado a ser Premio Nobel de Literatura: José de Echegaray (1904), Jacinto Benavente (1922), Vicente Aleixandre (1977), Camilo José Cela (1989)…

Otros han obtenido el Premio Cervantes: Jorge Guillén (1976), Dámaso Alonso (1978), Gerardo Diego (1979), Luis Rosales (1982), Gonzalo Torrente Ballester (1985), Francisco Ayala (1991), Miguel Delibes (1993), José García Nieto (1996), José Hierro (1998)…

Ha habido académicos electos que, por diferentes motivos (guerra civil, fallecimiento, decisión personal), no han llegado a tomar posesión del cargo, es decir, no han llegado a pronunciar el discurso de entrada: Jacinto Benavente, José Hierro, Antonio Machado, Miguel Mihura, Miguel de Unamuno, José Zorrilla…

En la actualidad hay más mujeres académicas que ha habido nunca (siete). La primera mujer en ser elegida académica de la RAE fue la poeta Carmen Conde (1979).

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El poeta y académico Francisco Brines

4. PUBLICACIONES DE LA RAE

Las publicaciones de la Academia son múltiples y abarcan diversos campos. Señalemos algunas.

4.1. OBRAS NORMATIVAS

4.1.1. DICCIONARIO

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DRAE, 2001

Diccionario de la lengua española (DRAE), 1.a ed. en 1780; 22.a edición (actual) en 2001. La última edición se puede consultar a través de la página web de la Academia en Internet. La 23.a edición se publicará en 2014.

Diccionario panhispánico de dudas (2005).

Diccionario esencial de la lengua española (2006), obra resumida que hace de puente entre la 22.a ed. y la futura 23.a ed.

Diccionario del estudiante (2006), obra dirigida a estudiantes de secundaria y bachillerato.

Diccionario de americanismos (2010), es un complemento del DRAE.

Diccionario histórico del español, en preparación.

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Ortografía, 2010

4.1.2. ORTOGRAFÍA

Ortografía de la lengua española (2010), es la primera ortografía panhispánica; reemplaza a la anterior de 1999.

Ortografía básica de la lengua española (2012), es un volumen en formato de bolsillo.

4.1.3. GRAMÁTICA

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Nueva gramática de la lengua española, 2009

Nueva gramática de la lengua española (2009). Se trata de la primera gramática panhispánica. Reemplaza a la anterior (1931) y al Esbozo de una gramática de la lengua española (1973). Este libro consta de tres versiones: una Edición completa en tres volúmenes dedicados a la morfología (2009), la sintaxis (2009) y la fonética y la fonología (2011); un Manual (2010) más pequeño; y una Gramática básica (2011) en formato de bolsillo y más accesible a todo tipo de lectores.

Con anterioridad la Academia había publicado también otras dos gramáticas “no institucionales”: Gramática de la lengua española (1994) de Emilio Alarcos Llorach y Gramática descriptiva de la lengua española (1999) de Ignacio Bosque.

4.2. OBRAS LITERARIAS

La Academia publica también obras literarias a través de tres colecciones:

Clásicos castellanos. La Academia, ya desde el artículo cuarto de sus estatutos se había autoimpuesto «la misión de preparar ediciones correctas (…) de nuestros poetas y escritores selectos de todos los siglos» y, en este sentido, impulsó esta colección donde daba cabida a escritores famosos y conocidos, pero también a aquellos otros no tan conocidos o insuficiente editados en época moderna.

Biblioteca clásica de la Real Academia Española. Presenta hasta el momento 111 obras fundamentales de la literatura española en ediciones críticas, anotadas y prologadas. La colección, que ha arrancado recientemente (2012), impulsará obras de todo tipo; ya ha aparecido, por ejemplo, una magnífica edición del Poema de mío Cid.

Colección ediciones conmemorativas, donde aparecen obras, fundamentalmente modernas, en magníficas y cuidadas ediciones y cuyas grandes tiradas posibilitan ponerlas en el mercado a un precio asequible a todos los bolsillos: Don Quijote de la Mancha (2004) de Miguel de Cervantes, Cien años de soledad (2007) de Gabriel García Márquez, La región más transparente (2008) de Carlos Fuentes, La ciudad y los perros (2012) de Mario Vargas Llosa, etc.

5. ACTUALIDAD Y FUTURO DE LA INSTITUCIÓN

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