Atrévete

a bucear

 

 

Porque es fácil, seguro y apasionante

 

 

 

 

Jaume Pinyol Martínez

David Arróniz Pla

 

 

 

 

 

 

 

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Les Guixeres

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Realizador del DVD: Samuel Hernández Sainz

 

Diseño cubierta: Rafael Soria

 

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Primera edición

ISBN: 978-84-8019-997-1

ISBN EPUB: 978-84-9910-103-3

 

Diseño interior y compaginación: Editor Service, S.L.

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Impreso en España por Sagrafic, S. L.

 

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Índice

 

 

Introducción. “Lo conseguí...”Por Núria Solé

 

Capítulo I. El equipo de buceo

¡Vamos allá! Pero ¿qué material necesito?

¿Frío? No, gracias: el neopreno

¿Cómo me hundo? Y después ¿cómo salgo a la superficie?

Un viejo reto: respirar bajo el agua. El regulador

El buceo, una experiencia sensitiva. Bucear para ver

Habrá que moverse. Aletas y escarpines

Ante todo, control, mucho control: ordenador, manómetro y profundímetro

¡Más madera! Más material: iluminación, cuchillos, globos de descompresión

¿Hay que utilizar siempre TODO este material?

Cuidados del material

 

Capítulo II. Vamos de inmersión

Cada cosa en su sitio y en su momento

¡A navegar!

Nos hundimos

El aleteo: nuestro motor ecológico

Comunicarse, una necesidad vital. Código de señales del buceador

Inspira. Espira. Sin prisas pero sin pausas

Se acabó por hoy.Técnicas de ascenso a la superficie

Bienvenidos a bordo

¿Cómo puedo YO (o sea tú) llegar hasta aquí?

Teórica y práctica.Volvemos a ser estudiantes

Agua en la máscara. Habrá que eliminarla

En busca del regulador perdido

El equilibrio hidrostático:jacket y pulmones en acción.

Yo te doy lecciones, tú me das aire.Técnica de rescate

Otros ejercicios con otras intenciones

 

Capítulo III. Buceo ecológico,buceo responsable

Somos buceadores, no labradores

Somos buceadores, no recolectores

Somos buceadores, no hooligans

Somos buceadores, no hermanitas de la caridad

 

Capítulo IV. Ante todo,buceo seguro

Tú decides

El material, siempre a punto

Define tus límites

Deco si, deco no

Un punto de inmersión, diferentes inmersiones

El buceo, un deporte de pareja

¡Hoy me siento bien! Tu estado físico

Observa el mar. Las condiciones meteorológicas

Los inquilinos submarinos. Muchas leyendas

Animales mordedores

Animales punzantes

Animales urticantes

Otros peligros cortantes

 

Capítulo V. El medio acuático

Y llegó la teoría

El agua pesa. La presión bajo el agua

De acuerdo, hay que equilibrarse. ¿Pero cómo? Los oídos y la presión

La presión y los gases. Ley de Boyle y Mariotte

¡Nunca, nunca, dejes de respirar!

El medio acuático. Devorador de la luz, propagador del sonido

La absorción de la luz

¿Mundo silencioso? La propagación del sonido bajo el agua

El agua y su temperatura

 

Capítulo VI. El aire que respiramos

¿Que es el aire?

Composición del aire atmosférico. Respiro, luego existo

El nitrógeno, un incordio

Tiempo y profundidad, aliados del nitrógeno

Las tablas de descompresión, unas reliquias imprescindibles

Informática submarina: el ordenador de buceo

Tengo prisa, voy subiendo

La narcosis. El nitrógeno sigue incordiando

El oxígeno, el gas de la vida. Casi siempre

El anhídrido carbónico (dióxido de carbono)

El nítrox. La alquimia llega al buceo

EAN 32: el nítrox más utilizado

 

Capítulo VII. Un paso más allá.Las especialidades“sub”

Un amplio menú donde escoger

Salimos de noche: el buceo nocturno

Buceo en pecios: una aventura misteriosa

Buceo en cuevas. Los laberintos de la tierra

Buceo profundo. Muy profundo

Cuando el oxígeno es un problema

Ejemplo de composición de trímix

La imagen submarina. La revolución digital

Cámaras SLR: más posibilidades, más costes

El video submarino ya está al alcance de todos

 

Apéndice I. Apéndice ecológico

No estamos solos

¿Animales o plantas?

Medusas,ascidias y gusanos

¿Peces solitarios?

Piensa globalmente...¿Actúa globalmente?

Apéndice II. Las tablas de descompresión

¿Te hemos convencido? Ahora te toca a ti

A ver,¿quién es el responsable de todo esto?

Los autores

 

 

Introducción

 

Lo conseguí

 

 

Me hablaba a menudo, con un entusiasmo en sus ojos envidiable. Por eso, cuando Jaume Pinyol me propuso hacer un curso de submarinismo y tomar parte en este proyecto, rápidamente le dije que sí. En un impulso por descubrir nuevas experiencias, acepte sin pensarlo dos veces. No imaginé qué pasaría allá abajo, en un medio –el acuático– tan diferente de todo lo que estamos acostumbrados. Eso sí, si por un momento hubiese querido visualizar lo que me esperaba, seguro que no lo habría adivinado. Sentirme por unos momentos parte de un mundo tan desconocido, envuelta por agua y vida por todas partes, me ha proporcionado sensaciones realmente únicas.

 

Somos muchos los que, habiendo nacido al lado del mar, lo vemos como un pulmón que nos da aire, como una ventana abierta que ofrece perspectiva. Sumergirme en él me ha permitido conocer esta mágica inmensidad por dentro y me ha fascinado de un modo aún más profundo. Cada una de las inmersiones me ha dado miradas irrepetibles e imposibles desde la superficie. Ser autónoma bajo el agua me ha acercado a especies de animales y plantas que ni sabía que existían. Y, sobre todo, las inmersiones me han permitido aislarme de todo y, con una lentitud pausada, me han ayudado a descubrir la paz en el silencio.

 

Después de haber hecho un curso de iniciación al submarinismo, aconsejaría –desde la experiencia de un principiante– que este deporte se practique siempre con responsabilidad. Bajo el agua las imprudencias no son ninguna broma. Aquí la pretensión de ser autodidacta es inútil e irresponsable. Creo que es fundamental empezar de la mano de profesionales que te ayuden a superar algunos momentos de nerviosismo comprensible. Yo he tenido la suerte de hacerlo al lado de los mejores. Jaume Pinyol, Samuel Hernández y, especialmente, mi instructor, David Arróniz. Son los mismos que han escrito este libro. Aquí están recogidos sus conocimientos con el objetivo de ofrecer un primer contacto teórico con el submarinismo. De manera didáctica, ágil y gráfica, sus explicaciones son muy fáciles de entender. Es seguramente un buen principio para una larga historia.

 

Núria Solé

 

 

Capítulo

I

 

El equipo de buceo

 

¿TE PASÓ A TI?

 

Una simple máscara de buceo, un tubo respirador y unas aletas son a menudo el principio de todo. Casi por costumbre los llevamos en la bolsa de la playa y un día, sin más, quizás aburridos de tanto sol, nos decidimos a usarlos. Metemos la cabeza en el agua sin prever qué encontraremos allí. Abrimos los ojos y descubrimos… ¡otro mundo!

 

 

 

¡Vamos allá! Pero ¿qué material necesito?

 

Núria se ha cansado de ver desde el sofá los documentales de submarinismo. Decidió que quería ver por sí misma, en primera persona, todas aquellas maravillas submarinas que hasta entonces sólo había podido observar en la televisión. Se reservó un par de fines de semana, se confió a David, su instructor, y hoy, después de aprender las técnicas básicas del buceo para su práctica segura, le ha llegado el gran momento: su primera inmersión de placer. Hoy va a poner en práctica todo lo que ha aprendido.

 

A menudo, lo más difícil de un curso de buceo es atreverse a realizarlo. Núria dio el paso.

 

Este libro no es ficción. Seguimos paso a paso el proceso de formación de Núria como submarinista. Así que, a partir de ahora, donde veas el nombre de Núria pon el tuyo. Porque el día en que decidas hacer un curso de buceo tus experiencias posiblemente serán similares a las que ha vivido ella. Así que empecemos por el principio: conocer el material que vas a utilizar en tus aventuras bajo el agua. El equipo de buceo se clasifica en tres apartados.

El equipo de buceo no es precisamente un material barato. Por eso es de agradecer que no debas comprarlo todo antes de empezar tu curso. De hecho, si no quieres, no es necesario que compres NADA. Mientras dure tu formación, posiblemente todo te lo prestará tu instructor. Luego podrás empezar a comprar poco a poco el material y alquilar los componentes que no tengas. Sin prisas.

 

Equipo ligero

Equipo autónomo

Otros componentes

Máscara

Botella

Ordenador de buceo

Tubo respirador

Jacket

Reloj

Aletas

Regulador + Octopus

Cuchillo

Traje de neopreno

Manómetro

 

Plomos

 

Etc.

 

Vamos a ver todo el material necesario y para qué sirve. Nuestro punto de partida vas a ser tú. Imagínate que estás en medio del mar, flotando en la superficie. ¿Qué es lo primero que vas a sentir?

 

¿Frío? No, gracias: el neopreno

 

Un cuerpo sumergido en agua pierde rápidamente temperatura; por eso, los buceadores necesitamos protegernos térmicamente. Para ello, nos vestimos con un traje de neopreno. Su función básica es la de evitar o retrasar la aparición del frío, aunque también nos protege el cuerpo de un posible roce con alguna roca o del erizo que no hemos visto. Afortunada mente para los frioleros, los materiales han evolucionado mucho desde los rudimentarios trajes de goma de los inicios. Con la llegada del neopreno, la protección térmica del buceador queda resuelta.

 

 

Plantea todas tus dudas a tu instructor. Una comunicación plena fortalecerá tus fundamentos

 

 

Tu instructor te facilitará todo el material que necesites durante el curso. Después, podrás alquilarlo.

 

 

El neopreno es la marca comercial para una familia de gomas sintéticas microcelulares. Es muy dúctil, resistente y flexible, y se puede patronear y cortar como cualquier otro tejido.

 

 

Hay diferentes tipos de trajes isotérmicos, de diferentes características y, lógicamente, de diferentes precios. Los hay para hombres, de un tallado más recto, y para mujeres, más estrechos de la cintura y algo sobredimensionados en la zona pectoral y en las caderas. La función del traje es evitar el enfriamiento del cuerpo. Algunos trajes lo evitan completamente, y otros, los más corrientes, retrasan la aparición de la sensación de frío lo suficiente como para que podamos disfrutar de nuestra inmersión.

Empecemos por estos últimos. Los llamados trajes húmedos son los más habituales. El submarinista al sumergirse nota cómo rápidamente el agua se introduce por las aberturas del traje, es decir, por el cuello, por los puños de brazos y piernas y por la cremallera. Un agua que el calor corporal rápidamente calienta. La función del traje entonces es dificultar la renovación de esta agua templada con agua fría del exterior. Consta de dos piezas: un mono que cubre todo el cuerpo al que se puede añadir encima un shorty que dobla el grosor de neopreno desde los muslos hasta el cuello y, por tanto, protege más térmicamente la zona torácica, la más sensible al frío. Su funcionalidad es total. Buceando en aguas cálidas nos bastará equiparnos únicamente con el shorty. En aguas templadas usaremos el mono que nos protege todo el cuerpo. Pero si en nuestro punto de buceo escogido sabemos que vamos a encontrar aguas frías, por localización geográfica o por la estación del año, probablemente nos hará falta equiparnos con las dos piezas, mono y shorty, el traje completo.

De todos modos, la sensación de frío es muy particular para cada buceador. Los hay que fisiológicamente son muy resistentes a las bajas temperaturas y otros, en cambio, sólo están 100% a gusto en pleno verano. Además, en el mercado encontraréis diferentes grosores de neopreno; generalmente van de 3 a 7 milímetros. A más grosor, más protección térmica. Claro que, por el contrario, a más grosor, menos flexibilidad y, por tanto, menor comodidad de uso. De todos modos, con la aparición del neopreno comprimido, de igual capacidad aislante que el neopreno convencional con menor grosor, queda resuelto eficazmente el problema del frío y el de la comodidad de uso.

 

 

Un shorty bastará para bucear en aguas cálidas. El mono, para aguas templadas. El traje húmedo completo, para los más frioleros.

 

Para alguno de vosotros puede que no sea suficiente la protección térmica que ofrece un traje húmedo. Entonces os podéis plantear la opción de utilizar un traje semiseco. Claro que quizá sería mas exacto llamarlo semihúmedo. Trabaja de un modo idéntico al traje húmedo, pero con la diferencia de que en él la renovación del agua interior es más lenta gracias a la utilización de cremalleras estancas y puños más ajustados a las extremidades. Al entrar menos agua fría, el proceso de pérdida de calor corporal es más lento. Por el contrario, acostumbran ser trajes menos flexibles que los húmedos, básicamente por la cremallera estanca que se sitúa en la espalda, horizontalmente de hombro a hombro. Tanto si os decidís por un traje húmedo como por uno semiseco, podéis aumentar su protección térmica vistiendo un chaleco de neopreno o lycra en su interior.

 

 

A más grosor, más protección térmica.

 

El tercer tipo de traje es el seco. A diferencia de los dos anteriores, en este tipo de traje el cuerpo del buceador se mantiene absolutamente seco. La cremallera es estanca, al igual que las aberturas de cuello y manos. Unos manguitos evitan que entre una sola gota de agua. Además, lleva incorporadas las botas, con lo que se eliminan dos posibles focos de entrada de agua. El uso de trajes secos se suele reservar a buceadores experimentados que bucean todo el año o que habitualmente bucean en zonas donde el agua siempre está fría. Un traje seco no es fácil de utilizar. Ni barato.

Sea cual sea el tipo de traje que uséis, aún os queda por escoger algunos elementos más de neopreno. Comenzaremos por la capucha. Te la venderán junto con el traje y puede estar unida al cuerpo de traje o puede ir suelta. Un traje con capucha independiente deja entrar menos agua en su interior, ya que la abertura del cuello se ciñe con más facilidad al cuello. Además, si vas a hacer una inmersión en aguas cálidas, es un placer hacerla sin capucha. De todos modos piensa que el 70% de la temperatura corporal la perdemos por la cabeza –sí, el 70%–, por lo que es un elemento de primer orden para no pasar frío. Un inconveniente de un traje con capucha independiente es que ésta se puede perder o puedes olvidarla en casa cuando estés preparando el equipo. También hay algunos buceadores a quienes les molesta en el cuello el cierre más compresivo de un traje sin capucha. Con todos estos datos, pruébate tantos trajes de neopreno como puedas y quédate con el que te sientas más cómodo.

 

 

 

 

Se acabó el frío con un traje seco.

 

 

 

Y otro con la capucha independiente. Elige el que te resulte más cómodo.

 

Más neopreno. No desprecies nunca la función de unos guantes. No sólo protegen una parte tan sensible como las manos del frío, sino también de posibles heridas producidas al rozar involuntariamente una roca, un animal punzante o un hierro retorcido del barco hun-dido que estés explorando.

 

 

Los guantes te protegen del frio, pero también de cortes y pinchazos.

 

 

Escarpines sin suela…

 

 

…o con suela. Tú eliges.

 

Y de las manos bajamos a los pies. Los botines que generalmente usamos los buceadores se llaman escarpines. Dependiendo del tipo de aleta que uses, los escogerás con o sin suela. Se puede bucear sin escarpines usando unas aletas cerradas, pero recuerda que los pies, como la cabeza, son una puerta abierta a la pérdida de calor. Finalmente, otros accesorios de neopreno son las coderas y rodilleras, aunque en muchas ocasiones no son necesarios porque la mayoría de los trajes llevan refuerzos en las articulaciones para evitar su desgaste.

 

¿Cómo me hundo? Y después ¿cómo salgo a la superficie?

 

Núria ya está preparada para evitar el frío. El paso siguiente es hundirse. El neopreno es un material que en su interior aloja miles de pequeñas burbujas de aire. Aparte de aislar térmicamente, estas burbujas dotan al neopreno de una marcada flotabilidad positiva. Lo podrás comprobar si te metes en el agua con tu traje de neopreno. Comprobarás que, sin moverte, flotas. Y flotas tanto que te será imposible sumergirte aunque lo intentes. La solución es bastante elemental. Basta con añadir plomo en un cinturón que el buceador lleva para tal efecto.

 

 

 

El cinturón de plomos. Elemental pero útil.

 

 

Un plomo en su funda…

 

 

…y la funda, en su bolsillo en el jacket.

 

 

El jacket te permite controlar tu flotabilidad.

 

 

La botella de aire va sujeta firmemente en la parte posterior del jacket.

 

 

Con la tráquea hincharas y deshincharás el jacket a voluntad.

 

 

 

 

¿Cuanto plomo necesito? Entra en el agua equipado únicamente con todo tu neopreno: traje, guantes, escarpines, capucha, … Comprobarás que si te pones en posición vertical prácticamente toda la cabeza te quedará fuera del agua sin necesidad de nadar. Entonces ponte el cinturón de plomos con 2 kg de peso. Te hundirás un poco pero seguramente aún no será suficiente. Sigue añadiendo kilogramos de plomo hasta que el nivel del agua llegue justo por debajo de la nariz. Seguramente bastará con 5 a 7 kilogramos. El peso de las botellas hará el resto.

 

 

Algunos buceadores prefieren repartir el lastre de plomo entre el cinturón y unos bolsillos que a tal efecto tienen la mayoría de los chalecos hidrostáticos. ¿Que qué es un chaleco hidrostático? Ahora mismo te lo contamos.

Cuando hayas calculado la cantidad de plomo que necesitas para hundirte, posiblemente la pregunta que te vendrá a la mente es: y cuando empiece a hundirme, ¿cómo controlo el descenso? Y luego, ¿cómo subo a la superficie? La respuesta a tu pregunta tiene un nombre: chaleco hidrostático, conocido normalmente por su nombre en inglés: jacket.

El jacket es un elemento fundamental del equipo. Básicamente es un chaleco que se puede hinchar y deshinchar a voluntad del buceador, con lo cual controla en todo momento su flotabilidad. Con el jacket hinchado, te mantendrás cómodamente flotando en la superficie. A medida que lo deshinches, el peso de los plomos te irá hundiendo a la velocidad que tú desees. Cuanto más deshinches el jacket, más rápido descenderás. Cada chaleco tiene su mecanismo de hinchado y deshinchado. La inmensa mayoría lo hacen a través de dos botones situados en una tráquea que cuelga en el lado izquierdo del buceador. Apretando el botón de deshinchado, permitiremos la salida del aire a través de la tráquea. Apretando el botón de hinchado, introduciremos aire en su interior proveniente directamente de la botella.

Es un elemento central del equipo. En el jacket va acoplada la botella de aire, posee varios bolsillos de gran utilidad, así como argollas de acero inoxidable donde también se pueden sujetar otros elementos del equipo.

Hay diferentes modelos de jacket y algunas marcas tienen modelos para mujeres. En ellos las trinchas pectorales están colocadas de manera que no presionen los pechos.

 

Un viejo reto: respirar bajo el agua. El regulador

 

Núria ya no tiene frío y ya puede sumergirse y emerger a voluntad, pero claro está, debajo del agua necesitará respirar. Desde la antigüedad los seres humanos hemos tratado de hacer cosas para las cuales no hemos sido diseñados. Hemos querido volar sin ser pájaros y nadar bajo el agua sin ser peces. Y lo hemos conseguido. Por lo que al buceo ser refiere, la historia es larga y a lo largo de los siglos un invento ha sido mejorado por el siguiente hasta llegar al día de hoy. Hasta llegar al regulador actual. El regulador es la joya de nuestro equipo y también su alma. La joya porque le confías tú necesidad vital de respirar y su alma porque sólo pudiendo respirar bajo el agua podemos abrir la puerta del mar e introducirnos en él. El regulador y la botella de aire son los componentes del equipo que nos permiten respirar bajo el agua a medida que nos desplazamos autónomamente por el fondo del mar.

 

 

El regulador: una primera etapa y dos segundas etapas. Por fin podemos respirar bajo el agua.

 

 

En 1943, Emile Gagnan y Jacques Yves Cousteau probaron en aguas de la Costa Azul su “Aqualung”, su regulador a demanda que abrió de una manera definitiva el mundo submarino al buceo deportivo con una escafandra autónoma.

 

 

La botella no es más que un recipiente lleno de aire a presión. Suelen ser de acero o aluminio, aunque también las hay de carbono, materiales muy resistentes capaces de soportar la gran presión que el aire ejerce en su interior. Pueden ser de cualquier tamaño, pero para la práctica del submarinismo las más usadas son las de 12 ó 15 litros. A mayor tamaño, mayor capacidad para almacenar aire y mayor duración de las inmersiones.

Pero el aire que cargamos en nuestra botella es aire a muy alta presión y el regulador es el encargado de suministrarlo a nuestros pulmones a la presión adecuada. ¿Y qué presión es esa? Pues depende de la profundidad. A más profundidad, nuestro cuerpo está sometido, sin notarlo, a más presión del agua que lo rodea. La ecuación es fácil: debemos respirar aire a la misma presión que soporta nuestro organismo. Y eso, simple y llanamente, es lo que hace el regulador: nos suministra aire a la presión correcta. Hay diferentes tipos de reguladores y, por sus prestaciones, los podemos dividir en buenos y mejores. Como en tantas otras ocasiones, la economía y el uso que vayas a hacer de tu equipo de buceo condicionarán tu compra.

 

 

Las botellas, verdaderas mochilas de aire.

 

 

Con un equipo de buceo podemos explorar cualquier lugar.

 

 

Conexión INT.

 

 

Conexión DIN.

 

 

Como el resto de tu equipo, después de una inmersión en el mar debes endulzar tu regulador para eliminar los cristales de sal marina que a la larga podrían acortar su vida útil. Al hacerlo, evita que entre agua en el interior de la primera etapa usando el tapón que para tal efecto se suministra.

 

 

Lo que debes saber de tu regulador es que consta de dos partes o etapas. Lo que llamamos primera etapa es el armazón más rígido y pesado mediante el cual se une a la grifería de la botella. Hay dos tipos de conexiones, la llamada internacional y la DIN. Escoge sin temor cualquiera de ellas. La de uso más extendida es la internacional, aunque también es cierto que, si te fijas en los equipos de buceadores expertos, la gran mayoría utilizan conexiones DIN. Tú mismo. Escojas lo que escojas, acertarás. Te lo repetimos. En el mercado no hay material malo.

En esta primera etapa de tu regulador veras que hay unos tornillos que se pueden sacar con una llave “allen”. Son las llamadas salidas de aire, que pueden ser de alta o de baja presión. En una de alta presión conectarás un manómetro que te indicará en todo momento el aire que queda en la botella. En una de baja presión, por ejemplo, conectarás un latiguillo que te permitirá llevar aire a tu jacket