El desafío de Emprender en el siglo XXI

Herramientas para desarrollar la competencia emprendedora

Autora:
Irma Briasco

 

 

Índice general

 

PRÓLOGO de Luis María Scasso

INTRODUCCIÓN

1. AUTODIAGNÓSTICO

¿Qué es ser emprendedor?

¿Qué es emprender? Soy emprendedor. Enseñar la cultura emprendedora. ¿Por qué emprender? Competencias emprendedoras. Reflexiones finales.

2. CULTURA EMPRENDEDORA

Los jóvenes en América Latina

Descripción de la problemática del desempleo juvenil en América Latina. El emprendimiento juvenil en América Latina.

Marco referencial

Educación emprendedora en Metas Educativas 2021. Programa de Educación Técnica Profesional (ETP) y formación de jóvenes y adultos. ¿Por qué una cultura emprendedora en educación? El ingreso de la temática en las agendas públicas.

3. DIAGNÓSTICO DEL ENTORNO SOCIAL, ECONÓMICO, LABORAL Y EDUCATIVO

El contexto de la formación para el trabajo

Mercado de trabajo y tendencias del empleo. El diagnóstico del mercado laboral.

Educación y empleabilidad

La educación formal en América Latina. El diagnóstico de la situación educativa.

El entorno del emprendedor

La familia. Los roles del emprendedor. Factores del ambiente. Tipos de emprendimientos. Proyectos emprendedores en distintos países. El emprendimiento en España. La empresa. Empresas sociales y empresas cooperativas. Responsabilidades laborales, impositivas y sociales. Trabajo Decente.

4. CULTURA EMPRENDEDORA: DISEÑO E IMPLEMENTA-CIÓN DE PROYECTOS

Preparación de la idea. Proyecto emprendedor

¿Qué es una idea de negocio? ¿Cómo encontrar buenas ideas para realizar un emprendimiento? ¿Qué tipo de negocio? ¿Qué es un Plan de Negocio? Identificación de instituciones y mecanismos de financiamiento. Aspectos legales y normativos. Nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Uso de la tecnología y redes sociales.

5. EL/LA DOCENTE EMPRENDEDOR/A

La formación de profesores en el fomento de la cultura emprendedora

Competencias del docente emprendedor

Sugerencias metodológicas para la implementación de acciones de fomento de la cultura emprendedora

Autodiagnóstico. Análisis de buenas prácticas. Recursos disponibles

ANEXOS

1. Cuestionario de Autoevaluación de las Características Emprendedoras Personales (CEP)

2. Carta o Guía Didáctica para estudiantes:

Módulo I: Trabajo en equipo, liderazgo y emprendedurismo

Módulo II: Formación de un negocio utilizando el Método de Proyectos

3. Carta o Guía Didáctica para docentes:

Módulo III: Herramientas financieras y contables para la puesta en marcha de un negocio

4. Listado de Apoyo a Proyectos de Inserción Laboral y Emprendedurismo en América Latina (Educación Técnico Profesional. Cursos 2009-2014)

5. Guía de Entrevista para una Visita Técnica a Empresas o Proyectos emprendedores

Prólogo

Las dinámicas en torno a los desafíos que se presentan en las sociedades de la información y la comunicación comprometen no sólo al sistema educativo sino también a los propios sujetos que aprenden y que requieren de herramientas para hacer frente a las problemáticas emergentes en estos nuevos tiempos.

La Organización de Estados Iberoamericanos, comprometida con las personas jóvenes y adultas en la región Iberoamericana, ha puesto mayor énfasis, desde el año 2012, en el desarrollo de competencias emprendedoras proponiendo a la Conferencia de Ministros de Educación (Salamanca, 2012) el Programa Cultura Emprendedora Aprender a Emprender.

Este Programa tiene entre sus objetivos promover la cultura emprendedora generando espacios de reflexión sobre el emprendedurismo, apoyando el desarrollo de iniciativas emprendedoras y elaborando materiales educativos para los diferentes niveles y modalidades de educación técnico profesional.

El fundamento de la iniciativa constituye la articulación entre la formación para el trabajo, el empleo y el emprendimiento de personas jóvenes y adultas en las diversas modalidades educativas, pues considera es una oportunidad para que los sujetos de aprendizajes vayan construyendo su trayectoria educativa.

Todo ello en un contexto en el cual según señala el SITEAL1 «(…) todavía hay 11 millones de adolescentes excluidos del sistema educativo formal uno de cada diez chicos de entre 12 y 14 años y un cuarto de los adolescentes de entre 15 y 17 años no asiste regularmente a la escuela»; y cerca de un 20% de los jóvenes2 no estudian ni trabajan en América Latina.

Cabe destacar que en muchos países de la región han surgido experiencias importantes y diversas para preparar a los jóvenes en el emprendimiento y en su capacidad de gestionar su propio empleo, lo que ha contribuido a valorar la importancia de los proyectos que promueven una cultura emprendedora.

La propuesta de la OEI es contribuir con las diferentes iniciativas y proyectos que propicien que las personas puedan mejorar sus niveles de competencias y, a su vez, acciones que posibiliten mejorar sus condiciones de vida a través del desarrollo de una cultura emprendedora que impulse el aprender a emprender de manera individual y colectiva.

El material que se presenta es una muestra concreta del compromiso institucional con la formación y el aprendizaje a lo largo de la vida. Es el resultado del esfuerzo de diferentes sectores de la sociedad que han decidido promover acciones transformadoras. Se espera que contribuya a ampliar las respuestas a las preguntas que hoy los diferentes actores sociales se plantean respecto al emprendimiento, el trabajo, las competencias y su relación con la educación formal y no formal.

LUIS MARÍA SCASSO DIRECTOR

Instituto Iberoamericano de Alfabetización
y Aprendizaje a lo largo de la Vida

 

1 VANESA D´ALESANDRE, Adolescentes que no estudian ni trabajan en América Latina, Cuaderno 04, SITEAL. Sistema de Tendencias Educativas en América Latina y el Caribe.

2 Según las estimaciones de la OIT, en el 2010, de los más de seiscientos millones de jóvenes que viven en América Latina, un 33% sólo se dedica a trabajar, 13% estudia y trabaja a la vez, mientras que casi el 20% ni estudia ni trabaja.

Introducción

L a Organización de Estados Iberoamericanos posee una larga trayectoria en el apoyo a iniciativas vinculadas a la formación técnico profesional y a la educación técnica, con un impulso renovado a partir de la aprobación del Programa Iberoamericano de Cooperación para el Diseño de la Formación Profesional (IBERFOP) por parte de la V Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno en 1995.

A partir del año 2002, con el apoyo de la OEI, comienzan a desarrollarse experiencias de educación emprendedora en el área centroamericana (El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua) y se extendieron a otros países de la Región (República Dominicana, Colombia, Perú, Ecuador, Paraguay, Chile), en el marco de la creciente necesidad de incorporar competencias para el emprendedurismo tanto en la educación formal, como en la educación no formal.

Se trata de desarrollar diversas competencias requeridas para asumir con autonomía el ejercicio de la ciudadanía y el vínculo con el mundo del trabajo, en un momento en el cual la educación se encuentra —al decir de Carneiro1—entre dos fuegos: en el límite entre preservar e innovar, en la tensión entre la vieja sociedad —estable, simple y repetitiva— y la nueva sociedad —inestable, inventiva e innovadora.

Además, la OEI viene desarrollando desde el 2003 el Curso Iberoamericano de Dirección de Instituciones de ETP2. Se destaca que en 2012 se desarrolló una propuesta de formación en forma conjunta con el Ministerio de Educación de la República Dominicana, denominada La gestión emprendedora en la educación técnico profesional de la República Dominicana3.

El proceso y el valor de las experiencias e iniciativas orientaron a la incorporación de objetivos vinculados a la educación técnica y a formación técnico profesional en el proyecto Metas Educativas 2021 la Educación que queremos para la generación de los Bicentenarios, aprobado por la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno4. Concretamente la meta general sexta propone «favorecer la conexión entre la educación y el empleo» promoviendo el mejoramiento y la adaptación de los diseños curriculares de la educación técnico-profesional y el aumento de los niveles de inserción laboral de la población joven egresada de la educación técnica profesional.

Así también, el Plan Iberoamericano de Aprendizaje a lo largo de la vida promueve la vinculación entre la educación y el empleo; conexión que en parte ha llevado a la convicción de que la educación básica no es sino un primer paso en el proceso continuo de aprendizaje a lo largo de la vida y a la paulatina desaparición de las antes rígidas fronteras entre la formación general y la especializada.

En este contexto, el propósito principal de la OEI es colaborar con todos los países miembros en el desarrollo de políticas de reforma de la formación profesional que contribuyan a su perfeccionamiento y a incorporar, en la cultura de los jóvenes y de los trabajadores, la formación emprendedora y el aprendizaje a lo largo de toda la vida para mejorar sus posibilidades de obtener un empleo.

Es a partir de este conjunto de acciones que la OEI, en el año 2013, pone en marcha el Programa de apoyo a la Cultura Emprendedora: Aprender a emprender, tendiente a fortalecer la incorporación de competencias emprendedoras en la formación técnico profesional y en la educación regular, tanto en el nivel primario, como en el secundario. Programa que promueve el desarrollo del Curso Cultura Emprendedora.

De esta manera, la relación inicial entre la cultura emprendedora y la educación técnico-profesional se ha ido ampliando al conjunto del sistema educativo, adaptándose a las finalidades de cada uno de sus niveles. Ya no se trata solo de que los jóvenes se preparen mejor para gestionar su empleo, sino de que exista una cultura emprendedora en la formación básica de los alumnos.

Es preciso que la enseñanza se oriente hacia la innovación, el trabajo en equipo, los proyectos colectivos y el cuidado de las dimensiones emocionales y personales que dan seguridad para enfrentarse a nuevos desafíos.

La cultura emprendedora se convierte así en un eje que ha de estar presente en todo el proceso formativo de los estudiantes, adaptado a sus edades y características.

Mediante este libro, El desafío de emprender en el siglo XXI, se intenta abordar la temática del emprendedurismo a partir de:

a) Reflexionar, analizar y evaluar los enfoques y demandas actuales respecto de las relaciones que deben instalarse entre las instituciones con su entorno educativo y socio productivo, así como su contribución al desarrollo local de la zona de implementación y su proyección local.

b) Mejorar las técnicas e instrumentos de intervención para planificar, dirigir y evaluar proyectos educativos de impulso a la cultura emprendedora.

c) Diseñar proyectos emprendedores a partir de las necesidades identificadas en su institución aplicando elementos técnicos de gestión empresarial y planes de negocio.

d) Implementar la iniciativa emprendedora, por medio de la puesta en marcha del plan de negocio elaborado.

El libro se divide en cinco capítulos. En el primero se abordan las cuestiones básicas del autodiagnóstico, fundamentales para establecer los lineamientos a seguir para adquirir competencias emprendedoras.

En el capítulo dos se revisan los aspectos conceptuales que enmarcan la cultura emprendedora a partir del análisis de antecedentes; en el siguiente, capítulo tres, se abordan los aspectos relativos a la lectura del entorno, para elaborar el diagnóstico del entorno social, económico, laboral y educativo, con el propósito de contextualizar la oferta formativa institucional en el marco de las reformas de los sistemas educativos y de los enfoques y demandas actuales respecto de las relaciones que deben establecerse entre éste y el sistema social, económico, laboral y socio productivo con miras al diseño de proyectos emprendedores.

En el cuarto capítulo se proponen los elementos centrales para el diseño e implementación de proyectos, que favorezcan la construcción de una cultura emprendedora, que estén centrados en el desarrollo concreto de emprendimientos productivos, culturales, sociales, comunitarios, en función de las necesidades de la comunidad educativa en el marco de desarrollo local.

El último capítulo está centrado en el rol docente, como actores clave que dinamizan los procesos, motivan a los estudiantes y generan ámbitos de aprendizajes y adquisición de competencias en torno a la cultura emprendedora.

Finalmente, en el Anexo se ponen a disposición diferentes materiales que pueden apoyar la tarea del emprendedor. Entre ellos, un listado con una breve descripción de los Proyectos e iniciativas desarrolladas entre 2009 y 2014 en los países Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y República Dominicana. Este relevamiento es producto de un trabajo de sistematización realizado en el marco del programa de Apoyo a Proyectos de Inserción Laboral y Emprendedurismo de la OEI.

Este libro tiene como destinatarios principales a todos los actores educativos, tanto del sistema formal (directivos y docentes de nivel primario y medio), como de la educación no formal e informal (agentes comunitarios, coordinadores o responsables de proyectos a nivel municipal, provincial —estatal— o nacional), así como responsables de la gestión de la política púbica en sus diferentes niveles y modalidades.

La finalidad del mismo es contribuir a desarrollar experiencias concretas en los espacios de aprendizaje y de los centros educativos, posibilitando el desarrollo de competencias emprendedoras que doten a los estudiantes de herramientas para afrontar la complejidad de los nuevos tiempos, alcanzando sus expectativas de realización personal y social.

A lo largo de este libro compartimos los diferentes recursos que hemos ido desarrollando en nuestro trabajo cotidiano. Intentamos sistematizar lo que hemos estado aprendiendo en los numerosos intercambios realizados con diferentes actores interesados en la temática, dentro del sistema formal, como es el caso de directivos y docentes de nivel primario y medio; y fuera del sistema formal, agentes comunitarios, coordinadores o responsables de proyectos a nivel municipal, provincial o nacional. Para todos ellos está dedicado este libro, que esperamos los pueda acompañar en su quehacer cotidiano.

 

1 CARNEIRO, R. (2011). Discovering the treasure of learning. En Jin Yang y Raúl Vadés-Cotera: Conceptual evolution and policy development in lifelong learning. Hamburgo: UNESCO, 2011.

2 http://www.oei.es/cursodiretp/.

3 http://www.oei.es/etp0312.php.

4 http://www.oei.es/metas2021/libro.htm.

 

1. Autodiagnóstico

¿Qué es ser emprendedor?

A lo largo de este primer capítulo, trataremos de definir los siguientes conceptos:

Construyendo el concepto de emprendedor.

El espíritu emprendedor.

¿Por qué enseñar cultura emprendedora?

¿Por qué emprender?

Competencias emprendedoras.

¿Qué es emprender?

Como ocurre en toda área nueva del conocimiento, no existe una definición unívoca del concepto emprender. El término fue usado por primera vez en 1911 por Joseph Schumpeter, economista austríaco, quien desarrolló incluso una teoría sobre el «espíritu emprendedor», definiendo así, como emprendedoras, a las personas que se dedicaban a los negocios.

En sus inicios se relacionó este quehacer con actividades de construcción, luego se llegó a confundir con la tendencia a crear; otras veces se lo relacionó con el mundo de los negocios, etc. En este libro entenderemos el término emprender como: «iniciar una acción difícil»1 o «acometer y comenzar una obra, negocio o empeño, especialmente, si encierra alguna dificultad»2.

Entonces, consideramos que ser emprendedor supone ser capaz de detectar oportunidades con creatividad y resolución, rompiendo con ideas previas, para crear nuevas formas de hacer las mismas cosas. Ser emprendedor es ser una persona que percibe novedades, detalles, signos, símbolos, coyunturas, momentos, ajustes y compromisos, aunque pasen desapercibidos para otros. Los emprendedores son personas que asumen riesgos, y que se enfrentan a ellos con la confianza de poder vencerlos. Son personas que poseen un elevado nivel de interés por la aventura y el empeño por descubrir nuevos métodos y encontrar salidas diferentes a los problemas habituales.

Los emprendedores creen que el cambio es posible y trabajan en ello: son creativos, creadores y resolutivos. Poseen un conjunto de competencias que les hacen poseer un perfil diferente al resto de las personas.

En palabras de Tamarez (2011):

«Emprender es inventar, transformar e innovar con las opciones ya existentes, para ello se requiere no solo de habilidades, sino del interés de modificar esa realidad hacia una mejor creación; por lo que la identificación de momentos, la curiosidad y el arrojo del emprendedor, son condiciones obligatorias para concebir el cambio».

Es importante resaltar entonces que el espíritu emprendedor3, para algunos es un atributo innato que determinadas personas poseen. Si éste fuera realmente el caso, entonces el Espíritu Emprendedor (EE) aparecería como algo que no puede ser enseñado ni formado. Es algo que está en la sangre. Desde ya, señalamos que nos adherimos a esta postura: sostenemos que la orientación para emprender, puede ser enseñada, aunque no con un único método.

Las escuelas de negocios y la educación formal vienen indagando en la búsqueda del método y dejando de lado la mención del término «espíritu», e insistiendo en la capacidad que tiene la persona de adquirir ese espíritu mediante la formación en este tema.

A continuación citamos la postura de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (OIT- FAUTAPO, 2010)4:

«¿Por qué usar la palabra espíritu? La palabra espíritu apunta a varias cosas. En primer lugar apunta a que no puede consistir en reglas. Tiene que consistir más bien en sensibilidades, en estados de ánimo, en una cierta apropiación de la historia, en un cierto estilo.

Podríamos afirmar que el EE, es el desarrollo de proyectos innovadores o de oportunidades para obtener beneficios; la capacidad de comprar a precios ciertos, para vender a precios desconocidos, o lo podemos considerar como la capacidad de desarrollar una idea nueva o modificar una existente para traducirla en una actividad socialmente rentable y productiva (no todas las personas emprendedoras buscan el beneficio económico, existen personas que buscan objetivos sociales o políticos)».

Soy emprendedor