Agradecimientos

Doy las gracias a todos los que han leído este libro y lo han dado a conocer. Esto ha permitido su traducción a varias lenguas y ha dado lugar a una decena de tiradas, así como a esta nueva edición, que he completado y mejorado con gran placer, en especial añadiendo nuevas actividades para proponer a los niños.

Gracias a André Roberfroid, presidente del ISMM y de la Fundación Montessori de Francia, embajador de la AMI, por su prefacio.

Gracias a Stanislas y a nuestros hijos Solange, Jean-Baptiste, Jeanne, Célestine y Maxime.

Gracias a la AMF (Asociación Montessori de Francia) y a Patricia Spinelli, directora del ISMM (Instituto Superior Maria Montessori).

Gracias a Amélie Poulin y Nadia Hamidi, educadoras AMI 3-12 años.

Gracias al equipo editorial.

Gracias a las escuelas que me han abierto sus puertas para las fotos: Enfants du Monde (Montreuil), The Little English Montessori School of Paris (París), Instituto Jeanne-d’Arc (Roubaix), la escuela bilingüe Montessori de Val-de-Marne (Nogent-sur-Marne) y la escuela Montessori bilingüe de Rueil-Malmaison.

Gracias a todos los que han aportado su testimonio o su contribución a este libro: Marino, Valérie, Christian, Nicole, Émilie, Hélène, Anne, Martin, Alice, Séverine, Delphine, Geneviève, Claire, Bernard, Béatrice, Christelle, Marie, Caroline, Paul, Louise, Gabin, Raphaëlle, Lucie, Tiphaine, Marine, Louise, Appoline, Maxence, Gabriel, Clémentine, Antoine, Xingi y Andrea.

Bibliografía

Obras de Maria Montessori

Otras obras

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1. Maria Montessori

Maria Montessori nace el 31 de agosto de 1870 en Chiaravalle, una pequeña ciudad situada en la provincia de Ancona, en Italia. Es la única hija de un padre funcionario, bastante austero, y de una madre muy instruida procedente de una familia de investigadores. Sus padres, preocupados de que su hija reciba una buena instrucción, deciden llevarla a Roma.

La primera mujer médico de Italia

Maria realiza estudios de medicina contra la voluntad de todos, puesto que, en aquella época, estaban reservados a los hombres. Tiene que luchar para obtener autorizaciones excepcionales. Es una auténtica odisea, pero ella da muestras de tenacidad y de valor. Incluso tiene que diseccionar ella sola, la noche siguiente a las clases, ¡porque se considera indecente que una mujer joven lo haga en presencia de estudiantes masculinos! En 1897, es una de las primeras mujeres que obtiene el título de Medicina en Italia.

Continúa estudiando Biología, Psicología y Filosofía en Francia, Inglaterra e Italia. Trabaja en la clínica psiquiátrica de Roma con niños con una discapacidad mental. Considera que estos niños tienen más necesidad de ayuda pedagógica que médica. El Estado crea entonces un instituto de ortofrenia (arte de desarrollar las facultades intelectuales) y se lo confía a Maria Montessori. Ella se ocupa, con el doctor Montesano, de niños que tienen deficiencias cognitivas y discapacidades mentales. Los observa incansablemente y se dedica a su desarrollo. Quiere que se los respete y se los estimule más y, por consiguiente, sean más activos y se sientan seguros de sí mismos, defiende sus derechos y su dignidad en numerosas conferencias.

Se inspira en los trabajos de dos médicos franceses del siglo XIX, Jean Itard1 y su discípulo Édouard Séguin.2 Itard es conocido por haber ayudado al famoso Victor, niño salvaje de Aveyron, que se encontró hacia los 10 años en un bosque, viviendo como un animal, sin haber adquirido las características de la especie humana debido a la soledad. Por otra parte, su historia inspiró a François Truffaut la famosa película El pequeño salvaje (1969). Séguin, por su parte, había creado un material pedagógico destinado a los niños deficientes. Maria Montessori se inspira en este material para trabajar con los niños que sufren una discapacidad. Sus progresos son impresionantes, en especial en los ámbitos de la escritura y la lectura. Algunos incluso se presentan a los exámenes de final de estudios primarios y obtienen excelentes resultados. ¡Este éxito es para ella una revelación! Decide entonces investigar lo que puede dificultar el buen desarrollo de los niños sin discapacidad y quiere proponerles el material pedagógico que ha elaborado. Una ocasión que pronto se presentará…

La primera escuela Montessori

Después de cuatro años como profesora en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Roma, trabajando en la historia de la antropología y su aplicación en pedagogía, Maria Montessori tiene la oportunidad de crear un lugar de acogida para niños sin discapacidad. En efecto, se le confían unos niños, hasta el momento abandonados a su suerte en el barrio obrero de San Lorenzo, en Roma. En enero de 1907, Maria Montessori, abre, pues la primera Casa dei Bambini («Casa de los Niños»), en via dei Marsi. Manda fabricar de inmediato muebles proporcionados al tamaño de los niños, lo que en ese momento resulta revolucionario. Contrata a una asistente, con la que se ocupa de unos cincuenta niños, y les ofrece el material pedagógico que había diseñado anteriormente.

Con una actitud de investigación científica, observa a los niños evolucionar espontáneamente en un entorno que ha preparado para ellos. Adapta el material en función de sus observaciones y elabora también nuevas actividades. Sorprendida por las capacidades de concentración y autodisciplina de los niños, multiplica las experiencias y los descubrimientos positivos. Observa que los niños necesitan orden, elegir libremente sus actividades y poder repetirlas tanto tiempo como les parezca bien y tantas veces como quieran, porque buscan más la actividad en sí misma que su finalidad.

De esta manera, explora y descubre progresivamente una nueva pedagogía, que llamará «pedagogía científica» y que se convertirá en el método Montessori. También se da cuenta de que los niños «trasladan» a sus casas nuevos hábitos de cuidado del entorno y de orden, y que los balcones de este barrio desfavorecido reverdecen. El desarrollo de los niños se transmite a su entorno. Constata que los niños educan a sus familias y son los actores y la fuente de mejoras sociales.

La multiplicación de las escuelas y la notoriedad

Los progresos de los niños de los que se ocupa son tan impresionantes que salen en la prensa internacional. ¡Acuden de todos los rincones del mundo para visitar esta nueva escuela! Se abre una segunda Casa de los Niños en otro barrio pobre de la ciudad. La fama de Maria Montessori llega a todo el mundo. Redacta varias obras sobre el tema de la pedagogía, de los niños y de su desarrollo (cf. Bibliografía, pp. 30 y 259). En numerosas conferencias, expone y explica su método pedagógico. Habla de autoeducación. Todo el mundo quiere conocer su receta. Pero justamente no se trata de una receta, es un enfoque, un estado de ánimo.

Para responder a estas peticiones apremiantes de formación, crea, en 1909, un curso de educadores para niños de 3 a 6 años y después otro para los de 6 a 12 años. Los cursos se convierten en internacionales en 1913. Estas formaciones pretenden desarrollar su método de manera rigurosa, respetando sus principios fundadores: lo esencial es cambiar la forma de considerar al niño, lo cual requiere una conversión interior y un proceso de humildad. Las escuelas se multiplican, pero este desarrollo fulgurante se interrumpe debido a la guerra de 1914. Acompañada por su hijo único de 17 años, Maria Montessori parte entonces a Estados Unidos, donde ya se han fundado numerosas escuelas (un centenar en unos años) como consecuencia de una primera estancia un poco antes. Sin embargo, viaja regularmente a Europa, donde participa en la creación de movimientos pedagógicos, y regresa para establecerse en España, en Barcelona, donde se abren un curso de formadores y algunas escuelas.

Su hijo Mario, que entretanto se ha casado con una norteamericana, se reúne con ella, junto con su mujer y su hijo, en 1918. Desde este momento, viven muy cerca unos de otros, pues Mario trabaja con su madre en el desarrollo de su pedagogía.

Maria Montessori multiplica las conferencias y los cursos de formación en numerosos países y forma a unos cinco mil educadores. Quiere que el desarrollo de su método se haga respetando ciertos principios fundamentales. Por eso, crea con su hijo, en 1929, la Asociación Montessori Internacional (AMI), cuyo objetivo es preservar y promover su pedagogía. Esta asociación sigue siendo muy activa. Existen también asociaciones nacionales; en Francia, se trata de la AMF.3

En 1934, Mussolini, que anteriormente se había reunido con Maria Montessori y la había admirado hasta el punto de exigir que todas las escuelas de Italia siguieran su pedagogía, se ofende al constatar que sus filosofías se oponen y decide cerrar todas sus escuelas. Maria Montessori no volverá a poner los pies en su país natal hasta después de 1947. En el lugar donde vive, España, se perfila el ascenso de Franco, lo cual la incita a abandonar este país en el que se había instalado más de veinte años atrás. Después de una estancia en Inglaterra, se establece en los Países Bajos, donde crea un centro de formación y una escuela en Laren.

En 1939, huyendo de la guerra, viaja a la India para formar educadores con la intención de permanecer allí unos meses. Se instala en Madrás y finalmente se quedará allí hasta 1945. Crea numerosas escuelas y conoce a Nehru, Tagore y Gandhi, del que se hace amiga. Se establece allí de nuevo entre 1947 y 1949. Se interesa cada vez más por la vida intrauterina y los recién nacidos, así como por la educación cósmica (educación en el universo). Insiste en el hecho de que la Paz, con «P» mayúscula, germina mejor si la semilla de la paz se siembra en los niños desde el inicio de la vida. Las relaciones entre los adultos y los bebés, pero también las relaciones de los niños entre sí a escala de la familia, el vecindario y la clase, condicionan la naturaleza de las relaciones de los adultos del mañana. Por eso, los primeros años de la vida son tan valiosos. Escribe nuevos libros, como Educación y paz, en el que señala que «el establecimiento de una paz duradera es el objetivo de la educación». Este libro es nominado tres veces para el premio Nobel de la Paz. Por otra parte, se le concede la Legión de Honor en Francia en 1949 y, en 1950, se convierte en oficial de la orden honorífica de Oranje-Nassau en los Países Bajos. Es ovacionada en la Unesco.

Una vez instalada definitivamente en Ámsterdam, vive cerca de su hijo Mario y de su familia reconstituida, en una casa situada en la calle Koninginneweg, donde la AMI sigue teniendo su sede. Vuelve a la formación de educadores y restablece sus escuelas en Italia a petición del gobierno.

Maria Montessori termina la redacción de su libro La mente absorbente del niño antes de su muerte el 6 de mayo de 1952, en Noordwijk, en los Países Bajos, a los 82 años. Allí está enterrada y su epitafio la cita: «Ruego a los queridos niños tan poderosos que se unan a mí para construir la paz en el hombre y en el mundo». Deja tras ella un movimiento de educación nueva que todavía nos inspira en la actualidad. Su hijo Mario Montessori se ocupa de la presidencia de la asociación AMI hasta 1985.

Por otra parte, Maria Montessori fue una gran militante en favor de la mejora de las condiciones de la mujer y de los trabajadores. Se convirtió en la abogada de los niños y denunció el hecho de que trabajaran. Era una mujer decididamente avanzada para su tiempo. En 2007, las escuelas Montessori del mundo entero conmemoraron el centenario de la apertura de la primera Casa de los Niños.

Montessori hoy

En nuestros días, existen más de 30.000 escuelas Montessori en el mundo, repartidas en más de cincuenta países, sin contar las innumerables escuelas de inspiración montessoriana. En Francia, se cuentan más de 150 escuelas Montessori y numerosos proyectos de creación. Esto es muy poco, comparado con nuestros vecinos europeos como Italia, Inglaterra, Alemania, Escandinavia y los Países Bajos, donde incluso existen escuelas Montessori que gozan de ayudas públicas. Es también el caso de la India, donde hay miles, así como de Japón y América del Norte. También es una pedagogía muy utilizada por las familias que practican la instrucción en casa.

En la actualidad, se realizan investigaciones en el ámbito de las neurociencias y la psicología cognitiva que confirman los descubrimientos de Maria Montessori. Entre ellas, se puede citar la de Angeline Stoll Lillard, investigadora norteamericana y profesora de psicología en la Universidad de Virginia, que ha estudiado los métodos Montessori durante más de 20 años. En su libro Montessori, the Science Behind the Genius, publicado en 2005, expone las investigaciones científicas que confirman los principios montessorianos. En Francia, Stanislas Dehaene, neurocientífico y profesor de psicología en el Collège de France, prestó una gran atención a la experimentación de una clase Montessori adaptada en una escuela pública de preescolar de un barrio desfavorecido a las puertas de París, entre 2011 y 2014. Las pruebas efectuadas por un laboratorio del CNRS demostraron que los niños que se habían beneficiado de esta experiencia exitosa tenían un razonamiento por encima de la normalidad nacional. Esta experiencia resultó positiva.

Aunque sea tranquilizador demostrar la eficacia de esta pedagogía, el objetivo de este enfoque no es permitir que los niños sean «adelantados», sino que sean autónomos, estén adaptados y satisfechos en su sed de aprender y, por consiguiente, se sientan realizados, individualmente y en comunidad. Esto favorece la igualdad de oportunidades. La pedagogía Montessori aspira a desarrollarse en las casas, las guarderías y las escuelas públicas. Es deseable para todos.

Lo que conviene recordar

Maria Montessori era una mujer vanguardista, religiosa y entregada a la causa de los niños. En primer lugar, creó escuelas para los niños con dificultades: portadores de discapacidades o desfavorecidos. Después se dedicó a los «privilegiados», pensando que también ellos necesitaban ayuda para ser ellos mismos. En cualquier caso, no diseñó una escuela de ricos y superdotados, contrariamente a algunas ideas preconcebidas. Su pedagogía se dirige a todos, como se ve en otros países, y se desarrolla también en Francia, incluso en la escuela pública y concertada. Su pedagogía milita por el desarrollo de cada uno y por la educación para la paz.

Las obras de Maria Montessori

  • El método de la pedagogía científica: aplicado a la educación de la infancia en las «Case dei Bambinis» (Las Casas de los Niños), 1909 (Biblioteca Nueva, 2004).
  • La auto-educación en la escuela elemental: continuación al método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia en «Case dei Bambinis» (Las Casas de los Niños), 1910. (Araluce, 1925)
  • L’Enfant dans la famille (Conferencias en Bruselas), 1923 (Desclée de Brouwer, 2007).
  • Educación y paz, 1932-1935 (Errepar, 2001).
  • Psicogeometría, 1934 (Araluce, 1934).
  • El niño, 1936 (Araluce, 1971).
  • Les Étapes de l’éducation (conferencia en la Sorbona), 1936 (Desclée de Brouwer, 2007).
  • Éducation pour un monde nouveau (conferencias), 1943 (Desclée de Brouwer, 2010).
  • The 1946 London Lectures (AMI), Montessori-Pierson Publishing Company (2012).
  • Éduquer le potentiel humain, 1948 (Desclée de Brouwer, 2003).
  • Formación del hombre, 1949 (Araluce, 1973).
  • De l’enfant à l’adolescent, 1948 (Desclée de Brouwer, 2006).
  • La mente absorbente del niño, 1952 (Araluce, 1971).