cambiar_chip_cover.jpg

UN AÑO PARA CAMBIAR EL CHIP

 

 

52 CLAVES PARA RETOMAR TUS SUEÑOS Y CONSOLIDARLOS

 

 

Napoleón Hill

 

 

 

TALLER DEL ÉXITO

Un año para cambiar el chip

Copyright © 2015 - Taller del Éxito - Napoleón Hill

 

Original edition Copyright © 2012 by Napoleón Hill.

Conceive it! Believe it! Achieve it!. All Rights Reserved.

Traducción: © 2013 Spanish edition Copyright by Taller del Éxito Inc.

USA. All Rights Reserved.

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida, por ninguna forma o medio, incluyendo: fotocopiado, grabación o cualquier otro método electrónico o mecánico, sin la autorización previa por escrito del autor o editor, excepto en el caso de breves reseñas utilizadas en críticas literarias y ciertos usos no comerciales dispuestos por la Ley de Derechos de Autor.

 

Esta publicación ha sido diseñada para suministrar información fidedigna y exacta con respecto al tema a tratar. Se vende bajo el entendimiento de que el editor no participa en suministrar asistencia legal, contable o de cualquier otra índole. Si se requiere consejería legal u otro tipo de asistencia, deberán contratarse los servicios competentes de un profesional.

 

Publicado por:

Taller del Éxito, Inc.

1669 N.W. 144 Terrace, Suite 210

Sunrise, Florida 33323

Estados Unidos

www.tallerdelexito.com

 

Editorial dedicada a la difusión de libros y audiolibros de desarrollo y crecimiento personal, liderazgo y motivación.

Diseño de carátula y diagramación: María Alexandra Rodríguez

 

ISBN 10: 1-607383-31-4

ISBN 13: 978-1-607383-31-4

02-201503-3

 

Dedicado a todos los lectores y colaboradores
de la revista electrónica semanal:
Napoleon Hill Yesterday and Today

 

PRÓLOGO

 

Estimados lectores:

¡Es tan sencillo como el abecé, solo que a la inversa!

Napoleón Hill dijo: “La mente del hombre logra todo lo que concibe y cree”. Esta sencilla afirmación nos recuerda que el poder del Universo está dentro de todos y cada uno de nosotros y cuando dirigimos la mente hacia el camino que queremos seguir, determinamos nuestro destino definitivo. Es cierto que las verdades sencillas contienen sabiduría profunda, pero el hecho de que lo sean, no significa que son fáciles.

Para acostumbrarnos al proceso de usar el Sistema de la Ciencia del Éxito del Dr. Hill, debemos condicionar nuestra mente para que esté dispuesta a aceptar lo posible en medio de lo imposible. Las letras “i” y “m” que preceden a la palabra “posible”, hacen que muchos renuncien atemorizados y abandonen sus sueños, permitiendo que estas dos pequeñas letras determinen su futuro. Si tan solo nos olvidáramos de ese diminuto y amenazador prefijo “im”, seguiríamos adelante con la confianza esencial que precede al logro. La sincera autosugestión de que “si ha de ser o no, depende de mí”, es útil para disolver el temor cuando la palabra “imposible” surja de nuevo desafiándonos.

Para creer en algo antes de que sea toda una realidad, es necesario tener una fe decidida para superar lo imposible. La fe es necesaria para alcanzar cualquier logro, pero la fe aplicada es el siguiente paso trascendental necesario. Cuando pones en práctica lo que crees, estás dando un paso hacia tu futuro. Una persona con un propósito y un plan es invencible, si esta fórmula está bien apalancada.

Cada vez que nuestra fe se encuentra en excelente forma tenemos un desempeño máximo porque quitamos todas las dudas del resultado final óptimo que hemos visualizado durante la etapa de planeación. La fe es un elixir que funciona en la misma medida de nuestras expectativas. Cuando abrimos el recipiente de la fe y liberamos su elixir, no es fácil devolver la esencia a su envase, así que debemos esperar el mejor resultado al liberarla, y luego damos los pasos para hacer que ese sueño se realice conforme a nuestras expectativas. ¡Es tan fácil como un abecé, solo que a la inversa!

¡Concíbelo! ¡Créelo! ¡Alcánzalo!

Mi mayor deseo es que este pequeño libro de 52 ensayos te inspire cada semana a dar los pasos adecuados hacia el cumplimiento de tus sueños. Algunos vienen y van, pero los que se hacen realidad son aquellos en los que crees sin dudar ni un momento. Cuando confías en el poder que ellos poseen, te sientes impulsado a actuar de inmediato hasta llevarlos a cabo.

¡Que todos tus sueños se hagan realidad!

Sé siempre tu mejor tú,

Judy Williamson

clave1.jpg 

 

 

“En la vida tomamos muchas decisiones que no coinciden con nuestro propósito, pero ellas no tienen poder de permanencia y las olvidamos muy pronto. Las que sí concuerdan con nuestras metas, las cuales están plasmadas en nuestros principales objetivos, sí se quedan, porque en realidad son importantes para cumplir cada sueño”.

—Ray Stendall

 

 

 

Al considerar el tiempo lineal, este parece existir en tres partes: pasado, presente y futuro. El pasado puede definirse como retroceder mentalmente en el tiempo para considerar elecciones que hicimos y contribuyeron para encontrarnos en donde hoy estamos (retrospectiva). El futuro es la facultad de avanzar de manera imaginaria en el tiempo para considerar qué elecciones debemos hacer hoy, que determinen resultados futuros (previsión). El presente se entiende como el instante en el que existimos momento a momento, es el único “real” que tenemos, y es más útil cuando lo combinamos con introspectiva, esa cualidad que nos hace ver nuestro interior y nos sirve para sopesar qué lecciones considerar relevantes y útiles para ese momento.

Podemos observar un reloj, pasar la página en un calendario, llevar un diario de nuestras experiencias e ilustrar el progreso del tiempo de muchas formas físicas. Pero, espiritualmente, nuestra comprensión del tiempo es diferente, es más circular. En la mente tenemos la opción de ver la película de nuestra vida y la adelantamos hasta el final. Todas nuestras experiencias y conexiones siguen en nuestro interior y son tan reales que a veces se confunden y la verdadera secuencia del tiempo se vuelve borrosa. Es posible vernos en sueños siendo niños, con nuestros propios hijos como compañeros de juego. O recordamos algo del pasado lejano e introducimos en la escena personas de un pasado reciente. Sin embargo, todas estas posibilidades no son señal de demencia, sino que la mente intenta darles sentido a todas nuestras experiencias. A veces algunos científicos dicen que todo el tiempo existe en el ahora. Es decir, que no hay una diferencia real entre el pasado, el presente y el futuro. El tiempo simplemente es y así se explica cómo surgen los momentos y se mezclan como una escena y no como una secuencia de escenas en nuestros sueños.

Todo esto es interesante considerarlo, ¡pero en el mundo real el tiempo marcha y debemos mantener el ritmo de la banda marcial, ¡si queremos hacer parte del desfile! Por esta razón el Dr. Hill nos recuerda que debemos usar nuestro tiempo con eficiencia y sabiduría. El tiempo es la esencia de nuestro ser, y cuando no lo tenemos, dejamos de existir en este reino. Así que, si la vida es un tablero de damas, nuestro oponente, afirma el Dr. Hill, es el tiempo. Juega para tu mayor provecho reconociendo que el tiempo no espera a nadie. Según esto, entonces comprenderás que usarlo de la mejor manera resulta de gran importancia para tus logros. Entonces, sé sabio y úsalo para tu mejor provecho.

 

La oportunidad en el TIEMPO

Dr. Napoleón Hill

La próxima vez que te sorprendas desperdiciando un solo segundo de esta valiosa OPORTUNIDAD llamada TIEMPO, ten a mano la siguiente decisión, comprométete a memorizarla y comienza de inmediato a ponerla en práctica.

Mi compromiso con el Dr. Tiempo:

1. El tiempo es mi mejor activo y debo relacionarme con él sobre un sistema de presupuesto que dispone que todos los segundos que no son dedicados a dormir, deben ser invertidos en superarme desde el punto de vista personal.

2. De aquí en adelante, con pesar, consideraré la pérdida de cualquier porción de mi tiempo como un pecado que debo redimir haciendo mejor uso de una porción de tiempo equivalente a la que perdí.

3. Reconozco que cosecho lo que siembro, así que solo sembraré las semillas de servicio que beneficien a otros y a mí mismo, y por esto me encamino por el rumbo de la gran Ley de la Compensación.

4. En el futuro usaré mi tiempo de tal manera que cada día me dé una medida de paz mental, y en la ausencia de la misma, reconoceré que necesito examinar la semilla que he estado sembrando.

5. Sabiendo que mis hábitos de pensamiento se convierten en patrones que atraen todas las circunstancias que afectan mi vida a lo largo del tiempo, mantendré mi mente tan ocupada y conectada con las circunstancias que deseo, de modo que no me quedará oportunidad para ocuparme en temores y frustraciones, ni en aquello que no deseo.

6. Reconociendo que, en el mejor de los casos, el tiempo que me ha sido asignado en esta Tierra es indefinido y limitado, me comprometo en todas las formas posibles a usarlo de tal modo que quienes estén más cerca de mí se beneficien con mi influencia y se sientan inspirados por mi ejemplo a hacer el mejor uso posible de su tiempo.

7. Por último, cuando mi reserva de tiempo se haya agotado, espero dejar tras de mí un monumento a mi nombre, no uno en piedra, sino en los corazones de mi prójimo, cuya marca testifique que el mundo mejoró un poco debido a mi paso por él.

8. Cada día repetiré este compromiso durante lo que me queda de tiempo, y lo respaldaré creyendo que mejorará mi carácter e inspirará a quienes logre influir, para así mismo mejorar sus vidas.

 

You Can Work Your Own Miracles. Fawcett Columbine, 1971, pp.118-119.

clave2.jpg 

 

 

“Una de las mejores estrategias que he aprendido para enfrentar el dolor mental y físico es pensar de manera global. Con esto me refiero a pensar en los seis billones de habitantes en este mundo, y en los diferentes retos con los que cada uno vive. Muchos han pasado por lo que tú estás viviendo y lo han superado, han sobrevivido. Eso quiere decir que tú también vas a lograrlo”.

—Tom Cunningham

 

 

 

Quizás a veces te preguntes cómo es que las personas soportan lo que enfrentan en la vida. El ver el sufrimiento de otros te hace pensar cuán afortunado eres. Muchos están “sufriendo” emocional, mental, social, espiritual y/o físicamente, y logran no evidenciarlo. Al reflexionar en esta verdad, el dicho que dice: “Por la gracia de Dios, prosigo”, es una buena forma de darle perspectiva al asunto. A veces me siento lleno de preocupaciones y problemas que enfrento, y otras veces no estoy tan ocupado ni preocupado. Cuando tengo un momento para pensar detenidamente en lo que otro ser humano estará enfrentando, encuentro que soy más compasivo al comprender el camino que cada quien ha recorrido en la vida. Caminar una milla en los zapatos de otro ser humano sí te permite ser más atento y comprensivo.

Una de mis metas este año es no sacar conclusiones apresuradas ni juzgar a nadie antes de tiempo. Si no deseo hablar con alguien, o no estoy escuchando con atención los problemas de mi interlocutor, trato de recordarme a mí mismo que en el futuro quizás yo esté en circunstancias similares. Entonces, ¿cómo me sentiría si nadie me escuchara o ni siquiera intentara comprender lo que le estuviera diciendo? En el mejor de los casos, me sentiría rechazado y marginado. En el peor, menospreciado o indigno de su atención, en pocas palabras, me sentiría deshumanizado.

Es importante tratar con respeto a todos. Si modelamos ese comportamiento, volverá a nosotros y nos será útil. Cuando das respeto, recibes respeto. Infinidad de personas con muchas capacidades piden que se les dé atención especial porque sienten que se han “ganado” esos privilegios, pero en verdad no los han ganado, solo piden más porque las circunstancias así lo permiten. Otros, que de verdad tienen necesidad, avanzan como soldados y nunca piden ayuda, y “exigencia” no es una palabra activa en su vocabulario.

Admiro a quienes nos confrontan y logran hacer que le demos un segundo vistazo a la situación, cuando por ejemplo:

1. No piden una excepción a las normas.

2. No buscan lástima.

3. Se concentran en los demás en lugar de hacerlo en sí mismos.

4. Dan antes de recibir.

5. Se abstienen de quejarse.

6. Persisten así no sientan que están al 100% de su capacidad.

7. Rara vez hablan de sí mismos, sino que más bien te preguntan cómo estás.

8. Además indagan sobre aquellas personas que son importantes para ti.

9. Son ejemplo de comportamiento positivo.

10. Y reconocen un poder superior.

 

Así que, dadas las características de quienes viven lo que predican, ¿no será hora de preguntarte si estás siguiendo el programa libre de dolor? ¡Toma la prescripción de diez pasos y considera los resultados en una semana!

 

El beneficio del dolor

Dr. Napoleón Hill

La mejor mujer que jamás haya conocido, mi madrastra, pasó gran parte de sus últimos años de vida sufriendo un dolor casi insoportable debido a la artritis; sin embargo dio inicio a una empresa que ya ha beneficiado a muchos millones de personas y está destinada a beneficiar a muchos millones más, y algunas no han nacido todavía. Ella fue la responsable de mi educación temprana, la cual con el tiempo condujo a que Andrew Carnegie me comisionara a darle al mundo su primera filosofía práctica de superación personal.

Si mi madrastra no hubiera estado confinada a una silla de ruedas, nadie habría sospechado que sufría de dolores constantes. Su voz siempre era agradable y conversaba con una tendencia de pensamiento positiva. Nunca se quejaba y siempre tenía palabras de ánimo para todos los que vivíamos en su entorno. Estoy seguro de que cualquiera que la hubiera conocido y comprendido en qué grado logró dominar su dolor físico, se habría avergonzado por completo de haber expresado temor de cualquier visita al dentista, o de una cirugía. La actitud mental de mi madrastra ante el dolor físico fue uno de los elementos principales que hicieron de ella una gran persona, amada por todos los que la conocieron, y envidiada por otros debido a su gran autodisciplina.

Por esto, una vez más vemos que la actitud mental ante el dolor físico es el factor determinante que hace del dolor un maestro, o que lo transmuta en una forma de servicio/benéfico. En lugar de pensar en su propio dolor y quejarse por eso, mi madrastra se concentraba en ayudar a otros, en especial a miembros de nuestra familia, y de esta manera minimizaba los efectos de su sufrimiento. Esa es la mejor prueba de una sugestión benéfica para todos los que permiten que su mente se concentre en sus propios problemas.

 

You Can Work Your Own Miracles. Fawcett Columbine, 1971, pp. 58-59.

clave3.jpg 

 

 

“Las decisiones al comienzo del año son también un tiempo para reflexionar, y a menudo nos hacen recordar otras decisiones que tomamos en años pasados. No puedes evitarlo: las respuestas más duras, y las más importantes en tu vida, son las que te has dado tú mismo acerca de cómo o por qué lo hiciste”.

—Jeffrey Gitomer

 

 

 

Todos los días suceden milagros, pero pasarán inadvertidos si no estamos sintonizados en su frecuencia. Cuando los buscamos, nuestra consciencia aumenta y ellos surgen justo frente a nuestra vista, casi cuando los ordenamos porque hemos relacionado nuestros deseos con un resultado intencional.

Cuando vas a actualizar la prescripción de tus anteojos, como yo lo hago cada año, mientras miras por los lentes de la máquina, el doctor pregunta: “¿Está mejor ahora, o estaba mejor antes?”. El sonido de los lentes pasando hacia adelante y hacia atrás nos hace pensar en cómo estamos en constante cambio en el sentido visual, así como en todos los demás aspectos. Cuando cambiamos nuestros lentes, nuestra visión también cambia.

Es posible ver la vida a través de un lente de color rosa o de uno tan oscuro como lo dice el poeta, pero nosotros mismos somos quienes decidimos qué lente usar. Para muchos, la visión 20/20 es una visión que se logra únicamente usando lentes de prescripción. El doctor nos ayuda a alcanzar esta meta por medio de su entrenamiento y la capacidad de corregir o mejorar nuestra visión. Así mismo, nuestra visión, ya sea en retrospectiva, introspectiva o previsiva, es un mecanismo visionario que se da a nivel mental y espiritual en nuestro interior, y también puede tener la ayuda de la prescripción de otra persona. Los libros que leemos y quienes conocemos que citan a Charlie T. Jones, son ingredientes importantes para una vida mejor. Si quieres avanzar hacia tu destino, debes esforzarte por lograr esa meta. Como Jeffrey Gitomer, un estudiante de Charlie T. Jones nos lo recuerda: “Debemos esforzarnos por alcanzar nuestra meta y no solo esperar a que el Universo nos la entregue como un obsequio envuelto y justo en la puerta de nuestra casa. Debemos desear que suceda y luego trabajar con consistencia para hacerlo realidad”.

Los milagros requieren mucho esfuerzo, pero se dan. Necesitan más que solo deseo, requieren esfuerzo físico, dedicación, persistencia, iniciativa personal y preparación antes que un tumulto de ideas afines nos concedan la gracia de tener la oportunidad de ver nuestro nicho abierto, y de alinearse con un milagro en el proceso. Nuestro verdadero yo, o lo que Napoleón Hill llama “nuestro yo superior”, es la clave para reconocer esta oportunidad. Recuerda establecer una meta, llegar más y más alto, y luego atrapar ese milagro que viaja hacia tu mejor yo. Muy similar a un salmón nadando contra la corriente, alcanzarás tu meta, pero no será sin esfuerzo.

 

Pensamiento

Dr. Napoleón Hill

Haríamos énfasis en que todo pensamiento, ya sea negativo o positivo, firme o no, tiende a vestirse a sí mismo en su equivalente físico, y lo hace inspirando a la persona con ideas, planes y propósitos para lograr los fines deseados, a través de medios lógicos. Después que el pensamiento sobre cualquier tema se vuelve un hábito mediante la repetición, el subconsciente se hace cargo del mismo y de manera automática lo vuelve real.

Quizá no sea cierto que los “pensamientos son objetos”, pero sí es cierto que los pensamientos crean objetos, así que las cosas creadas son sorprendentemente similares a la naturaleza de los pensamientos a partir de los cuales han sido formadas.

Muchas personas que están en capacidad de juzgar con precisión, creen que cada pensamiento que liberamos da origen a una vibración infinita con la que la persona que lo libera tendrá que contender después. Ellas proponen que el hombre mismo no es más que el reflejo físico del pensamiento puesto en movimiento por la “inteligencia infinita”. También muchos creen que la energía con la que las personas piensan es apenas una porción proyectada de inteligencia infinita que el individuo toma de la fuente universal por medio del equipo del cerebro.

 

You Can Work Your Own Miracles. Fawcett Columbine, 1971, p. 133.

clave4.jpg 

 

 

“Con los años, he encontrado que siempre logro hacer más de lo que creo que puedo hacer, si tan solo me doy a la tarea de hacerlo. Lo que produce fortaleza es el poner ‘manos a la obra’, ejercitando el músculo de la autodisciplina. O, en las palabras de Jim Whittaker, el primer estadounidense en alcanzar la cima del Everest: ‘Nunca conquistarás una montaña, solo te conquistarás a ti mismo’”.

—Karen Larsen

 

 

 

A diario nos negamos lecciones que podríamos aprender, si aplicáramos la técnica estándar de dedicarnos a hacer nuestro trabajo. Los logros sin esfuerzo son pocos y muy distanciados, de hecho, no existen. Pregúntate cuándo has tenido la sensación de orgullo, logro y satisfacción de un trabajo bien hecho. La única respuesta verdadera es: cuando tú mismo has hecho la tarea. El mirar cómo alguien lo hace, o contratar a otra persona para hacerlo, no tiene el mismo mérito o satisfacción que hacer tú mismo el trabajo.

¿Recuerdas cuando aprendiste a montar en bicicleta? Primero te cargaban, luego te llevaban en un coche y después la manejaste por tu cuenta y ya estabas listo para el precario recorrido que ya habías visto en otros de tus contemporáneos al lograrlo. Al no usar las ruedas de entrenamiento, el verdadero sentido de logro llegó cuando navegaste por la acera sin la mano protectora de tu padre ¡e ibas por tu propio camino! La libertad era emocionante y el orgullo por tu logro era evidente. Eso es lo que se siente cuando conquistamos un hito importante.

El verano pasado, mi amiga, la Dra. Judy Arcy, y yo, ascendimos la Colina de las Apariciones y la Montaña de la Cruz en Croacia. Con solo un bastón, zapatos deportivos, y nuestra determinación, logramos llegar a la cima de ambas montañas hacia el final de una tarde de varios días de ascenso consecutivos. Después de hacerlo, ¡los dos estábamos muy emocionados porque lo habíamos logrado! Y la alegría del logro todavía nos hace sentir orgullosos. ¡Espero que en el futuro volvamos a hacerlo de nuevo! Sencillamente, fue asombroso.

La vida ofrece retos listos para enfrentarlos. En lugar de dar un paso atrás y “rechazar” la oportunidad, sé persistente y da un paso. Aunque sea lento, sin duda hay un mejor pronóstico que nunca. Piensa que puedes, y así será, un paso firme a la vez.

 

Los beneficios de la autodisciplina

Dr. Napoleón Hill

Antes de que comiences el estudio de los principios de la autodisciplina, presentaremos algunos de los beneficios que acumularás, si los dominas y pones en práctica las ideas expuestas en esta lección:

 

Ningún otro requerimiento de éxito individual es tan importante como la autodisciplina.

La autodisciplina o el autocontrol significan hacerte cargo de tu propia mente. Esto lo hemos mencionado en repetidas ocasiones a lo largo del curso. Ahora estás en el punto donde tienes la capacidad para unir los otros principios que has estudiado y reconocer la relación que hay entre ellos. Todos los principios de esta filosofía tienen el único objetivo de permitirte desarrollar control sobre ti mismo. La esencia de la autodisciplina es uno de los aspectos esenciales más importantes para el éxito. Sin duda, si no sabes controlarte a ti mismo, tienes poca esperanza de dominar algo o de dirigir a otra persona.

 

PMA Science of Success Course, Educational Edition. Napoleon Hill Foundation, 1961, p. 267.

clave5.jpg 

 

 

“Dar más de lo necesario aumentará tu valor, y la gente lo notará. Si no lo notan, tú lo harás, y vas a necesitar más de la vida que lo que ahora estás recibiendo. Es un ciclo virtuoso que solo comienza con tu acción”.

—Ken Kadow

 

 

 

Napoleon Hill Foundation, 1961, pp. 154-155.