La colección Emaús ofrece libros de lectura

asequible para ayudar a vivir el camino cristiano en el momento actual.

Por eso lleva el nombre de aquella aldea hacia

la que se dirigían dos discípulos desesperanzados cuando se encontraron con Jesús,

que se puso a caminar junto a ellos,

y les hizo entender y vivir

la novedad de su Evangelio.

Rodolfo Puigdollers

EL AMOR, EL CAMINO MÁS EXCELENTE

Lectura del Cantar de los Cantares

Colección Emaús 147

Centre de Pastoral Litúrgica

Director de la colección Emaús: Josep Lligadas

Diseño de la cubierta: Mercè Solé

Fotografía de la cubierta: pixabay

© Edita: CENTRE DE PASTORAL LITÚRGICA

Nàpols 346, 1 – 08025 Barcelona

Tel. (+34) 933 022 235

cpl@cpl.es – www.cpl.es

Primera edición digital: febrero de 2018

ISBN: 978-84-9165-108-6

Printed in UE

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

En el corazón del amor

Todos los que amamos la Biblia recurrimos al Cantar de los Cantares en un momento u otro de nuestra vida. De hecho, la Biblia es la gran guía para comprender la vida porque es la fuente de donde brota el sentido profundo de toda la realidad: esta Palabra nos permite entender que todo tiene sentido.

La Biblia es el gran libro de historias de la humanidad porque todo lo que es humanamente importante se ve en él reflejado e iluminado por la claridad de la mirada del mismo Dios. La Biblia nos enseña que a Dios le gustan las historias. Cuando Jesús quiere explicar quién es Dios –y puede hacerlo porque le conoce como Hijo que es de Dios– explica una historia: “Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte que me toca de la fortuna’. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano...” (Lc 15,11-13).

Tenemos la certeza absoluta de que a Dios le gustan las historias y le gustan porque nos ama. Nos ama tanto que: “Tú vas anotando en tu libro mi vida errante, recoges mis lágrimas en tu odre, Dios mío. Escribes mis fatigas en tu libro” (Sal 56,9). De hecho, todo culmina en el “libro de la vida del Cordero” (Ap 21,27).

La Biblia contiene las historias que le gustan a Dios. Y las historias que más le gustan son las de amor porque “Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él” (1Jn 4,16). Entre los libros de la Biblia, hay uno privilegiado porque es una colección de poemas de amor: el Cantar de los Cantares.

Este libro es una invitación al amor, que siempre remite a aquel amor originante de vida que es Dios mismo.

Rodolfo Puigdollers Noblom, biblista experto y generoso, lector apasionado de la Palabra de nuestro Dios, nos convida a seguirle en su lectura. Él nos hace de guía y nos muestra los rincones insólitos de este libro donde experimentamos que la Palabra de Dios habla el lenguaje de los que aman.

El comentario al Cantar de los Cantares que tenéis en las manos es un libro virtuoso: no contiene ningún tipo de tecnicismo farragoso y es breve y muy claro. Leer el Cantar acompañado de Rodolfo es una pura delicia: saldremos más ricos, en saber y en amor.

Joan Ferrer

Presidente de la Associació Bíblica de Catalunya

Profesor de Estudios Hebreos de la Universitat de Girona

Enero de 2017

Prólogo

El libro del Cantar de los Cantares es un escrito único en toda la historia de la literatura lírica. Se puede decir que es el punto de referencia de toda la poesía amorosa de la cultura occidental. Libro oriental, de una poesía límpida y potente, ofrece el lenguaje del amor, tanto en su dimensión de enamoramiento del hombre y la mujer, como del deseo, la búsqueda y el encuentro en la relación con Dios.

Es el libro que me ha acompañado a lo largo de toda mi vida, como la música de fondo, como el sabor y el lenguaje del primer enamoramiento. Es allí donde encuentras, de repente, la fuente de los cantares y las expresiones de la vivencia religiosa. Allí resuena la llamada a la que responde el Maranata del Adviento: “Ven, Señor Jesús”, que dice el Espíritu y la Esposa, como indica el libro del Apocalipsis. La respuesta al “Ven, Esposa mía”, del Cantar.

Cuando era joven, ya encontraba en él la fuente de la expresión de la Virgen de Montserrat como la Moreneta o como la Rosa d’abril: “Moreneta’n só, morena y hermosa” (“Morenita soy, morena y hermosa”, Nigra sum sed formosa), “del camp la rosa que poncella” (“del campo la rosa, que echa flor”) como traduce Verdaguer. El ambiente en el que Jesús decía que sus discípulos no pueden estar tristes: “Mientras el esposo está con ellos”.

Literariamente el texto del Cantar de los Cantares me mostraba la fuente de las frases de Juan de la Cruz, hablando de: “¿A dónde te escondiste, Amado? (...) habiéndome herido (...) y eras ido” (Cántico espiritual, 1); o bien, diciendo: “Aquel que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero”. La sonoridad y la luz del Cantar encontraba, para mí, toda su expresión en el Cántico espiritual y, de forma quizás paradójica, ofrecía otra profundidad a los versos de García Lorca: “Verde que te quiero verde” (Romance sonámbulo); “Cortó limones redondos, y los fue tirando al agua” (Prendimiento de Antoñito el Camboiro), “Huye luna, luna, luna” (Romance de la luna, luna).

El lenguaje del amor –en el ámbito paradisíaco del libro del Génesis– mostraba el amor del hombre y la mujer, en la transparencia que trasluce el amor de Dios a la humanidad. Aquel amor del que habla Juan, el evangelista, cuando dice: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito” (Jn 3,16). El amor del hombre y la mujer trasluce el amor de Dios, y este ilumina el corazón de las personas, su amor mutuo y su experiencia de Dios.

Acercarse al texto del Cantar de los Cantares es un recorrido necesario en el camino de la vida. Una voz que acompaña a la maduración personal. Lenguaje de amor, que ilumina la mirada a la pareja. Lenguaje de amor que expresa el anhelo, la búsqueda y el encuentro con aquel que es la fuente de todo amor y de toda existencia.

Vale la pena acercarse pausadamente al texto –como a toda poesía, dejando que pase la brisa suave–, para que él se refleje y, después, brote desde el fondo del corazón. Por esto en esta lectura que ofrezco, los comentarios y las anotaciones irán precediendo cada una de las poesías. El texto utilizado es la traducción de la Sagrada Biblia, de la Conferencia Episcopal Española (2010), con alguna pequeña variación.

Que sirvan de cierre de este breve prólogo dos fragmentos de las traducciones del Cantar realizadas por dos compañeros míos escolapios, en dos momentos históricos muy significativos. El primero es de Felipe Scío (1738-1796) –de raíces y apellido paterno griegos, pero segoviano de nacimiento–, la primera traducción católica realizada en la península a finales del siglo XVIII, el año 1793, después de levantarse la prohibición de las versiones vernáculas. El segundo es nacido de la vena poética de Ramón Castelltort (1915-1965), igualadino –autor de Mi soledad sonora–, en un período justo anterior al Concilio Vaticano II, ya que fue publicado el año 1960:

Sostenedme con flores, cercadme de manzanas:

porque estoy enferma de amor.

La izquierda de él debajo de mi cabeza,

y su derecha abrazármeha (Ct 2,5-6, trad. Scío).

Ábreme, hermana mía, amiga mía,

paloma mía, inmaculada mía, porque está mi cabeza

cubierta de rocío y mis cabellos cubiertos de relente

(Ct 5,2b, trad. Castelltort).

Rodolfo Puigdollers Noblom

La Torreta, 25 de marzo de 2017