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Las 4 llaves

ENEAGRAMA Y LIDERAZGO

Antonio Díaz-Deus

Muy tarde por la noche Nasrudín se encuentra dando vueltas alrededor de una farola, mirando hacia abajo. Pasa por allí un vecino.

–¿Qué estás haciendo Nasrudín, has perdido alguna cosa? –le pregunta.

–Sí, estoy buscando mi llave.

El vecino se queda con él para ayudarle a buscar. Después de un rato, pasa una vecina.

–¿Qué estáis haciendo? –les pregunta.

–Estamos buscando la llave de Nasrudín.

Ella también quiere ayudarlos y se pone a buscar.

Luego, otro vecino se une a ellos. Juntos buscan y buscan y buscan. Habiendo buscado durante un largo rato acaban por cansarse. Un vecino pregunta:

–Nasrudín, hemos buscado tu llave durante mucho tiempo; ¿estás seguro de haberla perdido en este lugar?

–No, dice Nasrudín.

–¿Dónde la perdiste, pues?

–Allí, en mi casa.

–Entonces, ¿por qué la estamos buscando aquí.

–Pues porque aquí hay más luz y mi casa está muy oscura.

A mi hija Claudia

Introduccion

Buscar la llave es una metáfora que nos ilustra sobre dónde buscar la felicidad: se puede buscar debajo de la farola o cerca de nuestra casa. Muchas distracciones nos llevan a buscar la felicidad en los sitios más visibles, más iluminados, donde la mayoría de la gente busca afanosamente, pero no asumimos que hemos perdido la felicidad en la puerta de casa y es ahí precisamente donde debemos buscar.

Conocí el Eneagrama hace veinticinco años; desde entonces ha sido un maestro generoso que me ha acompañado en el camino y me ha mostrado dónde hay que buscar las llaves. Ahora, con Las cuatro llaves: Eneagrama y liderazgo muestro un camino para que cada máscara del Eneagrama pueda encontrar sus llaves y alcanzar la felicidad.

Hemos investigado los talentos o llaves que necesitan emprendedores y directivos de organizaciones para ser exitosos y hemos encontrado cuatro: la confianza en uno mismo, la iniciativa, la determinación y la mirada global.

Estos talentos son llaves que nos permiten salir de nuestra zona de confort de forma exitosa, que nos abren puertas que nos posibilitan seguir avanzando, liderar nuestra búsqueda de la felicidad e ir más allá.

Cualquiera de nosotros ha nacido en el seno de una familia más o menos acomodada, con una educación mejor o peor, con más o menos traumas de la infancia... Todos aprendemos de nuestros mayores, profesores, padres, colegas... así como de los libros que leemos y de las películas que vemos. Nos vamos forjando un carácter con las experiencias de la vida, que engloban unos juicios sobre la realidad, unas emociones y unas motivaciones específicas; acabamos creando una caja y nos metemos dentro.

Pero la posición social, el dinero o el nacimiento no significan ventajas a la hora de ser un buen líder. Tampoco un currículum poblado de estudios universitarios o certificaciones. Al contrario, muchas veces unas expectativas muy altas o una competitividad exagerada llevan a las personas a desarrollar su importancia personal en exceso y a olvidar que el liderazgo es una profesión de servicio.

Un liderazgo en estas circunstancias tendrá limitaciones, ya que tenderá a moverse dentro de los escenarios conocidos. No existirán alternativas distintas, ya que las decisiones del líder se moverán dentro de su caja. Así, podremos encontrar líderes/gestores para tareas específicas en función de su experiencia o conocimientos, pero todos tendrán dificultades a la hora de pensar y actuar fuera de su caja.

Diariamente se observa a muchos líderes comportarse como actores, con guiones definidos por sus asesores, encajando las frases dentro de lo correcto, faltos de ideas, de creatividad, en una dinámica que no se enfoca en las soluciones y las oportunidades sino en los problemas.

Muchos de ellos miran al futuro desde el pasado y no desde el presente, otros cubren todo con una pátina de marketing para no profundizar en la realidad de las cosas y unos cuantos más se conforman y dicen a todo que sí. Con estos líderes la sociedad está condenada a una vida miedosa, consumista y conformista enfocada en el control de los recursos y en el lucro antes que en la solidaridad, que divide en lugar de unir y que propugna el miedo en lugar del coraje.

Con este panorama la sociedad se ha quedado sin referencias. Estaremos de acuerdo en que hay una crisis en el liderazgo; a nadie impresiona que algunos líderes sean corruptos, egoístas y mentirosos; son iguales al resto de nosotros. El líder no es una referencia de virtud en la sociedad. Una vez que se le ha caído el halo que le protegía, se convierte en uno más.

Mi propuesta es que el líder realice un camino de desarrollo, que llamo «el camino del líder», para que sea capaz de liderar-se y liderar a otros desde la luz y no desde la oscuridad, y para que busque la felicidad para sí mismo y para las personas que le rodean.

A lo largo del camino, este líder va aprendiendo confianza, iniciativa, determinación y mirada global, en un proceso de aprendizaje experiencial que le orienta a la felicidad:

  1. La confianza en uno mismo y en la vida nos abre muchas posibilidades que no estaban en nuestro modelo del mundo, nos permite hacer elecciones distintas y nos marca una dirección clara de trabajo. La confianza es la llave que abre nuestra intención y que nos lleva a tomar buenas decisiones
  2. La iniciativa es la llave que nos abre la actitud, que nos permite gestionar adecuadamente los conflictos y los acuerdos, y aprovechar las oportunidades y las soluciones que van surgiendo
  3. La determinación abre el instinto y nos define acciones a realizar
  4. La mirada global nos permite construir futuro (feed forward) con perspectivas, escenarios y apoyos, que van más allá de nuestra limitada visión del mundo

Estas cuatro llaves son talentos que es necesario descubrir y enriquecer. Son llaves que ganamos por las pruebas que vamos superando en nuestro camino como líderes. Abren puertas que llevan a otros escenarios, que a su vez tienen otras puertas...

Esto queda reflejado en la Pirámide de liderazgo, donde se puede ver que en horizontal podemos transitar de un estilo de liderazgo tradicional a otro generativo: del objetivo a la intención, de la emoción a la actitud, de la motivación al instinto…

Figura 1. Pirámide de liderazgo.

En sentido vertical la pirámide muestra el liderazgo tradicional, representado en la columna de la izquierda (objetivo, emoción, motivación, juicios, estrategias y estructuras), que se mueve dentro de la caja, y el liderazgo generativo en la columna de la derecha (intención, actitud, instinto, perspectivas, escenarios, apoyos), fundamentado en las cuatro llaves.

Hasta aquí la teoría, pero las palabras son vanas si no van acompañadas de práctica, dedicación y experiencia, y aquí es donde entran los siete alimentos que necesitamos de ir tomando en el camino del líder para encontrar las cuatro llaves.

El Eneagrama nos permite conocer cuáles son los alimentos más adecuados para cada carácter o máscara. Así, tenemos nueve menús diferenciados, uno para cada carácter.

A lo largo de las siguientes páginas describo los nueve caracteres del Eneagrama. El material que uso está basado en experiencias personales y escenas de películas y biografías, de forma que el lector pueda situarse en uno de esos caracteres.

Las descripciones que hago se enfocan en los aspectos más conflictivos de cada máscara, que son los que le impiden tomar decisiones acertadas, gestionar adecuadamente sus relaciones, promover las acciones correctas y mantener una mirada global. Una vez que uno se descubre ya no hay marcha atrás. Ahora toca encontrar esas cuatro llaves con la ayuda de los alimentos que le vienen bien a su máscara.

Resumiendo, este libro tiene cuatro áreas bien diferenciadas y relacionadas entre sí:

  1. Conocerse a sí mismo, que es la primera tarea en el camino del líder. El Eneagrama es el mapa del que dispone el líder para conocerse y convertirse en un experto cocinero, no solo de lo que le viene bien a él, sino también para preparar platos para sus seguidores
  2. Para alcanzar la felicidad el líder necesita aprender cuatro talentos o llaves que irá descubriendo a lo largo del camino: confianza, iniciativa, determinación y mirada global
  3. Para descubrir estos talentos el líder ha de tomar los alimentos más adecuados para su máscara, como una dieta personalizada. A mayor calidad en la alimentación, mejores serán las llaves
  4. La Pirámide de liderazgo es una herramienta para ir superando las pruebas en este camino del líder. Muestra en la columna izquierda el proceso de un liderazgo tradicional y en la columna derecha el proceso de un liderazgo generativo «fuera de la caja»

El camino es, en su mayor parte, experiencial; requiere confianza, iniciativa, determinación y mirada global, llaves que se van encontrando a medida que se va caminando. En todo caso, animo al viajero a profundizar en su propia búsqueda de felicidad y de significado, más allá de las herramientas e ideas que este libro pueda ofrecer.