NIÑO MARICA
© Óscar Espirita. 2015
© Andrés Sierra. 2015
© Ediciones Hidroavión. 2015
Texto
Óscar Espirita
Ilustraciones y portada
Andrés Sierra
Editado por
Ediciones Hidroavión
www.edicioneshidroavion.com
ISBN:
Depósito legal: A 490-2015
Ejemplar digital autoridazo por Ediciones Hidroavión.
¿Te imaginas dos tetas de mandarina,
sonrisa de sandía?
Solía recolectar las pegatinas
de las clementinas
las colocaba una a una
uñas largas sobre cada dedo.
Y te acariciaba las mejillas
y te peinaba las pestañas
ojitos de avellana
y no parábamos de soñar.
Sonrisa de sandía
era un niño de la misma barriada
al que le encantaba verme bailar
con la camisa anudaba en un cruce tan mágico
como la curvatura sinuosa de mis caderas
tan mágico que pasaba de triste camiseta a un top.
Y luego ya sabes:
leves pantalones de algodón
sonrisa al giro, media vuelta
brazos al aire, golpe de cabeza
arrebatador.
Sonrisa de sandía le llamaba yo
tenía los labios tan rojos
como un campo de fresas.
Parecían siempre
recién mordidos
tan brillantes
como recién lamidos.
Sonrisa de sandía
era un niño como yo.
Yo sentí lo mismo que tú
cuando descubrí que a mi bicicleta
ya no estaba pegada su mano.
Sentí lo mismo que tú
al ver mi cuerpo flotar en la piscina aquel verano
en el que aprendimos a nadar.
A mí también me enseñaron a hacerme el muerto
y a escuchar el cielo amortiguado.
Sin embargo
jamás fui capaz de abrir los ojos bajo el agua.
Yo también empecé a nadar como los perros
aunque yo fuera un galgo
y con el tiempo una sirena.
Prefería suave y silencioso contoneo bajo el agua
a gran salto en el aire doble pirueta.
A mí
me encantaba veros caer
pre
ci
pi
ta
dos
y bajo el agua sudando burbujas
casi desnudos parando el tiempo.
Yo sentía lo mismo que tú al descubrir
sangre brotar en los pies tras el río
o ese frío calmado por una toalla
suave consuelo al anhelo de unos brazos.
Mi ducha también lloraba sal y arena