JENNY LEWiS

GUÍA COMPLETA DE LA MIGRAÑA

Causas, síntomas y tratamientos

 

Quarzo

Título original: The Migraine Handbook © Vermilion, 2002

Guía completa de la migraña. Causas, síntomas y tratamientos ©JennyLewis, 1993

Quarzo

D.R. © Editorial Lectorum, S.A. de C.V., 2003

L.D. Books

Primera edición: mayo de 2003

ISBN edición impresa: 970-732-023-0

ISBN edición smashwords: 9781939048929

R. © Traducción: Miguel Martínez Sarmiento D.R. © Portada: Blanca Cecilia Macedo

Características tipográficas aseguradas conforme a la ley. Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.

 

ÍNDICE

PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

I. MIGRAÑA SIN AURA

II. MIGRAÑA CON AURA

III. MIGRAÑA MENSTRUAL

IV ¿QUÉ OCURRE DURANTE EL EMBARAZO?

V LA OTRA GRAN “M”

VI. DOLORES DE CABEZA Y OTRAS MIGRAÑAS

VII. DOLORES DE CABEZA EN SERIE

VIII. LA MIGRAÑA EN LOS NIÑOS

IX. LA MIGRAÑA Y LOS ALIMENTOS

X. LOS MÉDICOS, LOS EXÁMENES Y LAS CLÍNICAS

XI. TRATAMIENTO CON MEDICAMENTOS

XII. EL ASPECTO PSICOLÓGICO

XIII. TERAPIAS ALTERNATIVAS

XIV SUGERENCIAS Y ACTIVADORES DE LA MIGRAÑA,DE LA A A LA Z

BIBLIOGRAFÍA

Prólogo

Este libro necesitaba escribirse: era un libro en busca de autor. Cuando Jenny Lewis aceptó convertirse en editora de nuestro boletín y demostró su talento, energía, compasión y humor, fue obvio que era la persona correcta para este trabajo.

Las personas que padecen migraña no siempre saben mucho de ésta y necesitan aprender acerca de su enemigo. Guía completa de la migraña fue escrito para ayudarles a aprender. Contiene información para auxiliarlos a controlar sus ataques, para animarlos y guiarlos a través del laberinto de contradicciones y frustraciones que importunan a quienes padecen migraña. Al hablar con muchos de los integrantes de la Migrain Action Association, quienes se habían ofrecido voluntariamente a ayudar, Jenny reunió descripciones estremecedoras de lo que significa vivir con la migraña para cada uno de ellos. Estas conmo - vedoras descripciones de experiencias propias ilustran la diversidad de la migraña y sus consecuencias. Sin embargo, falta recorrer un largo trecho para promover una comprensión mayor de la migraña.

Para muchas personas, el beneficio más grande que obtienen de Guía completa de la migraña es saber que no están solas; los síntomas extraños y los sentimientos que experimentan no son únicos; no se están volviendo locos y muchas personas más las entienden. Guía completa de la migraña está lleno de buenos consejos. Léalo y vuelva a leerlo. Manténgalo cerca de usted para consultarlo y recordar las cosas que puede intentar. Puede ser un arma valiosa en su lucha contra la migraña y sus desdichas. Hemos ganado algunas batallas, pero todavía no hemos ganado la guerra: ¡sigamos luchando!

Jo Lidell

Directora de la British Migrain Association (conocida ahora como la Migrain Action Association) de 1981 a1996.

Introducción

¿Para qué este libro?

Existen diversas maneras de considerar la migraña. El científico analizará los vasos sanguíneos y los químicos corporales; el psicólogo se preguntará sobre su estado mental; el especialista en alergias examinará su dieta; el quiropráctico se interesará en sus huesos, y el acupunturista manipulará las agujas con destreza. Mientras tanto, usted, el paciente, se apretará la cabeza, vomitará en el recipiente más cercano y se preguntará: ¿qué he hecho para merecer esto?

Se han escrito muchos libros médicos excelentes sobre la migraña, muchos de los cuales se citan o se men - cionan aquí. Cuando se trata de combatir cualquier enfermedad, es útil tener algún conocimiento de los antecedentes médicos. Por lo tanto, he incluido descripciones de los síntomas, de los diferentes tipos de migraña y de algunos de los tratamientos actualmente disponibles, al igual que sugerencias e información proporcionada por las mismas personas que padecen migraña. Yo soy una de esas personas y escribí el libro a nombre de la Migrain Action Asso - ciation, y como tal se concentra principalmente en lo que se siente padecerla. Se publican aquí más de cuarenta relatos personales y, aunque los nombres se han cambiado, todas las historias son verídicas. La Migrain Action

Association y yo queremos agradecer a todos los que aceptaron ser entrevistados y cuyos casos se publican aquí.

Si usted padece migraña, lea este libro y nunca más se sienta confuso, avergonzado, extraño, hipocondriaco o demente. El que su vecino logre ir a trabajar con migraña no significa que usted también pueda. Para algunas personas, una migraña es un dolor de cabeza con el que pueden lidiar. Para otras, es una enfermedad que afecta a todo el cuerpo y que los manda a la cama durante varias horas o incluso días. La migraña puede apoderarse de una parte importante de la vida del paciente.

Si usted es el esposo, la esposa, el hijo o el pariente de una persona que padece migraña, entonces es probable que sepa cómo es para nosotros.Y nosotros sabemos lo que es para usted. ¿Cuántos esposos llegan a casa al anochecer, cansados y hambrientos, para encontrar que su cena está en el congelador y su esposa encerrada en la recámara? ¿Cuántas veces usted, la pareja, tiene que decir: “lo siento, vine solo/a porque mi esposo/a tiene migraña?” ¿Siente que hace el ridículo? No está solo. ¿Y los niños? ¿Todavía esperan los paseos prometidos o ponen cara “tal vez suceda o tal vez no”?

¿Cuántas esposas se han sentido inútiles mientras sus esposos sufren la insoportable agonía de una serie de dolores de cabeza noche tras noche, y cuántas que dependen de los ingresos de los esposos, temen que este ataque de migrañas sucesivas le cueste el empleo y el estilo de vida?

La Migrain Action Association cree que existe alguna esperanza para cada paciente en algún lugar. Tal vez usted no pueda curar la migraña, pero encontrará una terapia que disminuya la severidad o la frecuencia de los ataques —o ambas cosas—. Es cuestión de buscar: no es fácil, pero vale la pena el esfuerzo, sobre todo si sus migrañas son frecuentes, severas y perturbadoras. No se rinda, no es im - posible. Casi todas las personas pueden encontrar algo que les ayude a controlar sus migrañas.

Espero que no sea solamente el público general quien lea este libro. Aunque aquí no se ofrecen avances médicos, los pacientes exponen sus síntomas y nos permiten echar una mirada a sus vidas. Esta obra también debe servir para que los médicos comprendan algo más de la migraña que los dolores de cabeza, la náusea y las luces parpadeantes. A muchos pacientes les sirve un diagnóstico sencillo. Darle nombre al dolor puede representar gran alivio cuando el diagnóstico no es “enfermedad mortal”. A todos los pacientes les ayuda tener un médico comprensivo. Saber lo que sucede en casa puede ayudar al médico a prescribir algún tratamiento. Sabemos que no puede curarnos completamente, y no los culpamos por ello. Sin embargo, nos deprime que el médico no le dé a nuestra enferme - dad la importancia que merece: la migraña tal vez no nos mate, pero con frecuencia destruye nuestras vidas.

¿Usted padece migraña?

Las migrañas pueden confundirse frecuentemente con sinusitis u otros tipos de dolores de cabeza. Por lo tanto, el primer paso es averiguar si usted padece migraña. Esta es una evaluación de comprobación.

Cuando usted sufre dolor de cabeza:

¿Algunas veces “sabe” que viene antes que le duela?

¿Siente palpitaciones en lo más profundo de su cabeza?

¿Siente el dolor en un lado de su cabeza?

¿Siente náusea y a veces vomita cuando le duele la cabeza?

¿Llora desconsoladamente o cree que se vuelve loco por el dolor?

¿Su mirada se desquicia: ve destellos o zigzagueos?,

¿ve las cosas oscuras, “con dibujos” o extrañas?

¿Se ve tan pálido y retraído que su familia o amigos comentan que se ve muy enfermo?

¿Le disgustan el ruido y la luz?

¿Le molesta que lo toquen?

¿Quiere alejarse de la familia cuando le duele la cabeza? ¿Si está indispuesto, le gusta que lo consuelen?

¿Siente el sentido del olfato muy sensible?

¿Nota que el dolor empeora con el movimiento?

¿Siente picazón en sus extremidades?

¿El dolor dura entre cuatro horas y tres días?

Un “sí” a una o más de estas preguntas significa que usted podría sufrir de migraña. Otro indicador es si se mareaba mucho al viajar en automóvil cuando era niño; y aunque no existe evidencia científica para probar que la migraña es genéticamente hereditaria, la enfermedad parece permanecer dentro de las familias por generaciones. De acuerdo con el Dr. J. N. Blau en Understanding Headaches and Migrain, quienes sufren de migraña tienen 60% de posibilidades de tener un familiar con el mismo padecimiento.

La migraña es un dolor de cabeza recurrente benigno que no es síntoma de algo más serio. El paciente no presenta síntomas entre los ataques. Se pensaba que la migra - ña comenzaba en la pubertad y terminaba, para las muje - res, en la menopausia y, en los hombres, al llegar a los cincuenta años. Sin embargo, ahora se observa que puede comenzar en la niñez y continuar después de los setenta años: hay quienes la padecen hasta el día de su muerte. Casi todos los individuos que sufren de migraña tienen su primer ataque antes de los veinte años de edad y, uno de cada ocho, antes de los diez años. Se sabe de un primer ata - que de migraña después de los cincuenta, pero esto muy raro. Existe el mito de que las personas que padecen de migraña tienden a ser más inteligentes que los demás, pero no hay evidencia científica para apoyar esta consoladora teoría, la cual pudo surgir porque las personas que sufrían migraña y solicitaron ayuda a sus médicos eran profesionistas y gerentes, pero esto se relaciona más con la confianza que con la inteligencia. De modo que cualquiera puede padecerla aunque, estadísticamente, por cada hombre la padecen tres mujeres.

Diferentes tipos de migraña

La International Headache Society, una sociedad de neurólogos de diferentes países, ha diseñado un sistema para clasificar los dolores de cabeza y las migrañas. Este es un intento para unificar, a nivel mundial, lo que queremos significar al mencionar: dolor de cabeza.

La migraña sin aura

Si usted va a cualquier parte del mundo y dice que sufre de “migraña sin aura” (conocida antes como migraña común), el médico sabrá que son dolores de cabeza que duran entre cuatro y setenta y dos horas. Es probable que sean del tipo palpitante, de un solo lado, de intensidad entre severa y moderada, y que tengan, al menos, dos de estos atributos. Los dolores de cabeza también incluyen al menos uno de estos síntomas: náusea y vómito, al igual que sensibilidad a la luz o al sonido. El dolor empeora si usted se mueve. Estas migrañas se denominaban “comunes” porque las padecen más personas que las del otro tipo de migraña. Afectan mucho la vida de quienes las padecen. En el capítulo I, se incluyen una descripción completa de este tipo de migraña y también relatos de personas que la padecen.

Migraña con aura

Antes conocida como migraña clásica, incluye los síntomas neurológicos conocidos como aura, la cual se describe en el capítulo II. El aura normalmente dura media hora, después aparecen dolor de cabeza, náusea y sensibilidad a la luz o al sonido. Puede existir un intervalo entre el final del aura y el inicio del dolor de cabeza. En ocasiones las personas sólo sufren la sensación del aura y no de dolor de cabeza.

Dolores de cabeza por tensión

Pueden durar de media hora a una semana. Tienen una cualidad opresiva o tensante. El dolor puede ser leve, no mayor a un ligero malestar y se percibe como una sensación de presión que afecta ambos lados de la cabeza. Los movimientos físicos no afectan. Se puede pueden experimentar náuseas ligeras, pero no hay vómito y es poco frecuente la sensibilidad a la luz o al sonido.

Advertencia

En diversas partes del libro se mencionan medicamentos tanto por su sustancia activa como por su nombre comercial.

Las sustancias activas aparecen en minúsculas. Los nombres comerciales aparecen en mayúsculas y son los que se usan en el Reino Unido. Esto no limita la función informativa del libro, porque se enfatizan los efectos de los medicamentos, no las marcas. Tal como se recomienda en diferentes partes del libro, los lectores de cada país deben consultar a su médico, quien podrá recomendarles medicamentos equivalentes disponibles en su ciudad.

Capítulo I Migraña sin aura

Señales de advertencia

Muchas personas que sufren de migraña son advertidas de un inminente ataque. Ya que la migraña es muy dolorosa y debilitante, uno esperaría que las señales de advertencia se presentaran en forma de melancolía y malestar. Puede ocurrir eso, pero muchas personas experimentan lo opuesto: una sorprendente elevación del ánimo y la energía. Para algunas personas, el primer indicio de un ataque es sentirse inusualmente feliz, energético y vivaz. Una paciente la describió como una sensación de euforia, en donde sentía que volvía a entrar a su vida como una mujer de 18 años (cuando tiene 65). ¿Es otra de las pequeñas ironías de la vida o existe una explicación científica? En términos médicos, se cree que estas sensa - ciones son resultado de un desequilibrio químico temporal en el área cerebral responsable de nuestras emociones. El hipotálamo controla las secreciones de varias hormonas y puede ser que una alteración ahí prepare el escenario para un ataque.

Aunque estos sentimientos de alegría son comunes, otros pacientes reciben señales muy diferentes. Se sienten débiles, agotados e indispuestos. Pueden bostezar mucho, experimentar diarrea o constipación, sentirse tensos, deprimidos e irritables, al igual que muy sensibles a la luz, el sonido o los olores. El hambre y la sed son dos síntomas tempranos de advertencia que merecen mención especial, porque, de vez en cuando, usted puede interrumpir una migraña al hacer lo lógico. Si siente sed, beba. Tres vasos de agua no muy fría limpian los riñones y pueden prevenir un ataque. Si siente hambre, coma. No coma donas de chocolate —de hecho evite toda comida con azúcar—, pero los carbohidratos y las proteínas mantie - nen el azúcar en la sangre al nivel correcto y proporcionan al cuerpo los elementos necesarios para combatir un ataque. Después podrá preocuparse por la dieta.

Síntomas

Los dos síntomas principales de la migraña sin aura son el dolor de cabeza y la náusea.

Dolor de cabeza

Generalmente, el dolor de cabeza es violento y punzante, a menudo en una sien. Aunque comienza en un lado de la cabeza, con frecuencia se extiende al resto conforme se desarrolla. En algunos pacientes, la migraña empieza siempre en el mismo lado de la cabeza, mientras que en otros, varía de un ataque a otro. Las punzadas dan paso a un dolor permanente. Los pacientes perciben la parte afectada de la cabeza con sólo tocarse.

Mover la cabeza, toser, estornudar o vomitar agravan usualmente el dolor y devuelven las punzadas. Por lo tanto, son absolutamente recomendables la quietud y el descanso. Algunas personas observan mejoría al presio - nar la parte afectada de la cabeza contra una almohada. una botella de agua caliente colocada en el sitio del dolor puede proporcionar un grado de alivio para algunos pacientes; mientras que para otros, un objeto helado tiene el mismo efecto. (un paquete de vegetales congelados funciona como objeto helado.)

Con la migraña, algunas personas sienten un dolor violento que las inhabilita por completo, mientras que otras apenas lo perciben. No necesariamente se siente un dolor intenso durante todo el ataque. Existe un pequeño alivio al disminuir el dolor, antes de volver a agudizarse.

Náusea

La náusea que acompaña regularmente este tipo de migraña puede ser ligera, o incluso, más desagradable que el mismo dolor de cabeza. Muchos pacientes no son capaces de comer durante un ataque. El olor de la comida, aparte de cualquier otra cosa, puede empeorar las náuseas.

Síntomas gástricos

El hipo, los eructos, la náusea y el vómito son también parte y terreno fértil para algunos ataques. Con suerte, algunos terminan su ataque cuando vomitan, pero en la mayoría de los pacientes, el vómito agrava el problema al acentuar el dolor de cabeza. Cada vez que una persona vomita, el contenido del estómago se agota hasta que sólo arroja bilis, seguida de náuseas. Otras, también experimentan cólicos.

Migraña roja y migraña blanca

El rostro de quien padece migraña a menudo cambia de color. Algunas personas tienen lo que se conoce como “migraña roja.” Estos pacientes se ponen melancólicos y se sonrojan; son quienes tienden a sonrojarse con la ira. “La migraña blanca” es más común: el paciente palidece y parece enfermo, tiene los ojos hundidos y se ve ojeroso. Algunos muestran los ojos irritados, con comezón, y sensación de ardor.

Vista

La sensibilidad a la luz (fotofobia) es una característica muy común de este tipo de migraña y los pacientes pueden estar tan afectados que permanecen en una habitación oscura con los ojos cubiertos. Para probar y entender la fotofobia, imagine pasar de una habitación muy oscura a la brillante luz del sol sin usar anteojos protectores. Esa molestia inmediata es similar a lo que siente una persona que padece de migraña con sensibilidad a la luz.

Olfato

Aunque desde hace tiempo se sabe que los ojos son afectados en los ataques de migraña, no se ha documentado tanto su efecto en los pasajes nasales. Esto ha hecho que muchos pacientes con migraña sean tratados erróneamente por problemas de sinusitis. Se puede presentar obstrucción de la nariz, un fuerte catarro y dolor muy agudo al respirar. Algunos pacientes presionan la parte exterior de la nariz y la consideran muy sensible. Los pacientes también pueden ser muy sensibles a los olores, una condición conocida como osmofobia. Un paciente se alteró cuando su hija se aplicó una gotita de perfume en la habitación contigua. Otra paciente recordó que, cuando su esposo añadió un diente de ajo al guisado que preparaba en la cocina, ella percibió el olor en su recámara y por esa razón vomitó.

Intolerancia al ruido

La fonofobia —intolerancia al ruido— es muy común durante los ataques. De la misma forma que una persona afectada por la osmofobia es hipersensible a los olores, una persona con fonofobia es muy sensible a los sonidos. Durante un ataque, el tictac del reloj que en muchas ocasiones es impercetible, en otras puede ser tan molesto como un martilleo. Muchos pacientes dicen que no toleran el sonido de los pasos (incluso sobre una alfombra) y por esta razón no quieren que nadie entre a su habitación. casi todas las personas que sufren migraña prefieren estar solos, y cuando usted nota que el más leve sonido, olor y luz pueden agravar la situación, ya sabe por qué. Un visitante al sentarse en la cama, aunque sea con nucha delicadeza, puede convertir el dolor del paciente en una palpitación insufrible.

Otros síntomas

Algunos pacientes experimentan un incremento en la retención de líquidos y una sensación de inflamación durante el ataque. También es común orinar con mayor frecuencia. El mareo y una sensación de aturdimiento son otros dos síntomas muy conocidos.

Después del ataque

un ataque de migraña termina cuando el paciente duerme profundamente, y, a veces, al despertar, se siente muy fresco e incluso eufórico.O el ataque desaparece solo en forma gradual. Con mayor frecuencia, el paciente queda muy débil, y esta sensación puede durar un día o dos.

Tratamiento

Existe una gran variedad de analgésicos y medicamentos en el mercado que alivian o disminuyen la intensidad de los ataques. Para muchos pacientes, es suficiente un analgésico como la aspirina o el paracetamol, sobre todo si lo toman con una pastilla para combatir el vómito, como el Smetil (procloperacina). Sin embargo, esto no funciona para todos. Esto se debe a que, para cuando ingieren el medicamento, el estómago ya se “cerró” y sólo absorbe una pequeña cantidad. Esta condición se conoce como estasis gastrointestinal. En esta situación, debe administrarse Meclomid (metoclopramida) que vacía el estómago con mayor rapidez, para que los medicamentos pasen al intestino delgado y se absorban más fácilmente. El Meclomid también es una medicamento que combate el vómito. Lo ideal es tomar Meclomid diez o quince minutos antes del analgésico preferido. Existe un medicamento, Paramax, disponible sólo con receta, que combina el paracetamol y la metoclopramida. También hay otro medicamento efervescente que contiene aspirina y metoclopramida, llamado Migravess. Otro medicamento utilizado por prescripción médica es el Motilium (domperidona). Este medicamento no causa somnolencia.

Algunos analgésicos fuertes que se adquieren con receta médica contienen una pequeña cantidad de codeí- na, además de la aspirina o el paracetamol. Esta combinación parece muy útil a las personas que padecen migraña. Dos de estos remedios son el Tempra CD y el Tylex CD.

El capítulo XI contiene detalles adicionales de algunos de los medicamentos que se utilizan en el tratamiento de la migraña.

Bien, ya es suficiente de síntomas y tratamientos. En las cuatro historias siguientes, algunos pacientes no sólo describen sus síntomas y, lo que es más importante, relatan cómo la migraña ha afectado sus vidas.

Anna

Ahora tengo 16 años, pero tenía 14 cuando comencé a sufrir de migraña. No tenía idea de lo que me aquejaba hasta después de padecerla durante 18 meses. Fue diagnosticada como migraña común. La padecí con una frecuencia de un ataque a la semana. Al principio

pensé que mis ataques eran resacas o una alergia violenta a la comida, ya que siempre los tenía después del viernes o el sábado en la noche. Pero comprendí que tenía que ser algo diferente porque a menudo estaba enferma todo el día y no me recuperaba hasta lograr una buena noche de sueño.

Mis síntomas incluían un lacerante dolor de cabeza sobre mi ojo izquierdo. Era un dolor taladrante y me dolía incluso al recagar la cabeza. Poco después tenía náuseas, como si estuviera a punto de vomitar. Esto duraba varias horas. Me debilitaba tanto que tenía que recostarme y terminaba vomitando. Lo seguía haciendo hasta que me deshidrataba. Por eso adelgacé mucho.

Siempre estaba molesta conmigo misma por sentirme así y no comprender lo que pasaba. El paracetamol o la aspirina no funcionaban, lo cual me contrariaba más.

Me parecía que los ataques de migraña siempre se presentaban en el momento equivocado —cuando estaba con amigos—. Me sentía culpable, ya que no podía fingir que me sentía bien, como se puede hacer con un dolor de cabeza normal. Siempre tenían que llevarme a casa y, al llegar, mi madre suspiraba y decía: “¿No estarás enferma otra vez, o sí?”

Me perdí muchas cosas y no cumplí con muchas personas. Los ataques eran tan frecuentes que mis amistades y mis familiares se daban cuenta antes que yo, y decían que palidecía y enmudecía cuando estaba a punto de sufrir un ataque.

Dieciocho meses después entendí que esta situación no era normal y que no se trataba de una alergia a la comida o la bebida, ya que mis ataques no seguían un patrón en particular. Fui con mi médico y él me diagnosticó migraña. Probé todo tipo de medicamentos: table - tas de Migristene y Paramax. Pero no me funcionaron, así que ahora tomo Sanomigran todos los días y, aunque me produce somnolencia, funciona muy bien.

Después de que a Anna se le diagnosticó migraña, su madre se comunicó con la Migraine Action Association y le enviaron información acerca de la enfermedad. Esto no sólo ayudó a su madre a comprender lo que padecía Anna, sino que ésta pudo explicar la naturaleza de la enfermedad a sus amistades. Dos años después, me comuniqué con Anna para saber cómo seguía.Todavía toma Sanomigran diariamente y, aunque aún tiene migraña, es más manejable. Sigue padeciendo dolores de cabeza, pero no son tan intensos como antes y rara vez vomita. Además, la frecuencia de los ataques ha disminuido a uno al mes, y normalmente aparece una semana después de su periodo menstrual. Anna puede continuar con su trabajo y su vida social de modo casi normal. una de las incomodidades del Sanomigran es que aumento de peso. Anna dice que tiene que vigilar su dieta, aunque no está segura si el aumento de peso se debe al Sanomigran o al hecho de que ha dejado de vomitar durante los ataques.

cinthia

Cuando era niña padecí lo que me diagnosticaron como ataques biliares, pero ahora sé que era migraña. Después no los tuve durante mi adolescencia, sino hasta el día de mi boda. Camino a Cornwall tuvimos que detenernos porque a cada momento me sentía peor. Al llegar al hotel, inmediatamente me fui a la cama, no quise cenar, así que mi pobre esposo tampoco cenó. Después no volví a sentir migraña hasta que mi hijo tenía seis meses de edad.

Me diagnosticaron migraña común. Padecía de dolor de cabeza muy intenso. Sentía náuseas y me ponía muy enferma: a veces estaba tan mal que el médico venía a darme algo para detener el ataque. Me practicaron una histerectomía cuando cumplí 41 años. Diez años después, con la muerte de mi esposo la migraña regresó. Él tenía cáncer y lo cuidé en casa durante nueve meses. Lo curioso es que sólo recuerdo un ataque de migraña durante todo ese tiempo.

Después de la muerte de mi esposo tuve que hacer frente a muchas situaciones que desconocía; me dí cuenta de que dependía mucho de él. Durante nuestro matrimonio nunca trabajé. Él tomaba todas las decisiones, por ejemplo, cómo gastar el dinero. Creo que muchas mujeres de mi generación eran así. Nunca firmé un cheque. Después de que él murió, llegué al límite. Sentía que debía justificar mi existencia. En un momento dado, tuve a cinco estudiantes viviendo en mi casa y yo dormía en la planta baja. ¡Eso es bastante exigente! Padecía migraña, pero era tan fuerte...

En una ocasión, resbalé en la calle y me rompí la rótula. Fue traumático. Entonces me fracturé un tobillo; después de eso, caí de la cama y me fracturé una pierna. El médico dijo que todos estos accidentes fueron un choque en mi sistema. La migraña comenzó a aparecer a menudo —dos o tres veces por semana—. Sentí que ya no podía soportarla. Me deprimí mucho. Continuaba sintiéndome mal conmigo y consulté a diferentes especialistas. Uno de ellos diagnosticó esta terrible sensación como migraña estomacal. Ahora sé que lo que yo sufría era ansiedad crónica. Poco a poco entré en un estado de depresión. Terminé sufriendo un colapso nervioso.

Obtuve ayuda psiquiátrica. La peor época fueron las semanas que tuve una profunda depresión. Me permitieron permanecer en casa durante esas semanas gracias a que un hombre, que conocí después de que murió mi esposo, ofreció ayudarme. Estaba en un abismo profundo. Pensé varias veces en el suicidio. Nada me interesaba. Difícilmente comía. Bajé mucho de peso. Es el sufrimiento más terrible que puedo describir y, por desgracia, los demás ni siquiera lo sospechan. Creen que uno debe esforzarse por recuperarse. Pero eso es precisamente lo que uno no puede hacer. Mientras estuve en el abismo no padecí una sola migraña, pero en cuanto comencé a salir de él, la migraña regresó.

Ahora no es tan intensa. Tengo una o dos a la semana, pero tomo Cafergot al inicio de un ataque y a menudo se interrumpe. Puedo continuar mi vida con relativa normalidad.

Mi madre padecía migraña. Aún puedo verla, recostada en la cama sin moverse. ¡Pobrecita! Entonces no comprendía cuánto sufría.

Diana

Puede suceder en cualquier momento. No existe un patrón. No soporto la luz, aunque no tengo molestias visuales. Normalmente comienza en la mañana. Me siento cansada y después como si tuviera una banda pesada alrededor de la cabeza. Siento muchas náuseas, pero, de hecho no ocurre a menudo. Me recuesto y el dolor dura todo el día.

Siento más presión y tengo dolor de cabeza. Empieza en la parte superior del puente de la nariz. Es un punzante dolor en la parte frontal de la cabeza.

Me recuesto donde haya oscuridad. Pongo música muy suave, para relajarme. No escucho el radio porque no soporto el ruido. No como ni bebo.

Pienso que mi migraña se relaciona con la tensión. Tengo que cuidar a mis ancianos padres; ellos no se hablan, de modo que es muy complicado. No vivo con ellos, pero cuando regreso a casa después de verlos —no sé si es una profecía que cumplo para mí misma— normalmente tengo migraña. Comencé a tenerla a los 26 años, antes de eso, no era de las personas que sienten dolor de cabeza.

Ahora tengo 41 años.Soy adoptada. Mis padres tenía una buena relación cuando yo era niña, pero estaba consciente de que había algo que afectaba su relación. Nunca fue una familia muy unida y ahora mis padres tienen muy poco contacto entre sí. Yo los cuido. Prácticamente hago todo. Ellos se rehúsan a que un extraño ayude en casa. Yo limpio, cocino, hago las compras, etcétera. Si le hablo a uno de ellos, el otro se pone de mal humor. Es agotador.

Al principio, me recetaron Migril, y no lo he dejado de tomar. Ingiero las tabletas al inicio del ataque. No sé cuánto me ayudan, porque no sé qué tan fuerte puede ser la migraña si no las tomo; no me atrevo a dejarlas. Tomo una al inicio del ataque y, si es medianamente fuerte, tomo otra en la tarde, pero no ingiero más de seis a la semana. Es lo que consumo: un promedio de dos veces al mes.

Es común que las personas que sufren migraña olviden la enfermedad entre los ataques y, por lo tanto, tienen dificultad para recordar los síntomas incluso días después de que ha sucedido uno. En realidad, los pacientes se auto-convencen de que no volverán a padecer otro ataque. Tal vez es porque muchos pacientes se sienten tan bien entre los ataques que no pueden creer que vayan a padecer otro. Cualquiera que sea la razón, Louise siente que su madre ha llevado este síndrome demasiado lejos.

Louise

Mi madre sufría migraña. Ella tiene 79 años, un día le pregunté acerca de sus migrañas y dijo que nunca las había padecido. Creo que eso es muy extraño. No sé si padece demencia senil o si la madre naturaleza ha sido muy amable y lo ha borrado por completo de su memoria, pero tengo recuerdos de mi niñez, de verla caminando con una corbata de mi papá alrededor de la cabeza, mientras golpeaba su cabeza en la pared de la sala, sin embargo, ella lo ha olvidado. ¡No puedo creerlo! Mi madre solía caminar con los ojos entrecerrados. El dolor debió de ser muy fuerte, pero no recuerda haber tenido un solo dolor de cabeza. Su memoria parece estar bien en todos los demás aspectos. Ella olvida ese hecho, pero creo que yo olvido más cosas que ella.

Mis ataques comenzaron tres meses antes de que me casara. Estaba de vacaciones cuando tuve ese intenso dolor de cabeza que me hizo exclamar: “¡Oh, Dios mío!” Ese fue el primero. Mientras estuve embarazada no sentí dolor de cabeza, pero después de dar a luz, volví a la vieja rutina. Cuando amamantaba a mi hija, mi vecina tenía que llevársela y traerla cada cuatro horas para alimentarla. Le intrigaba que yo tuviera leche, porque no comía ni bebía. Me encantaba alimentar a mi hija. Pero, me sentía culpable de no poder cuidarla. En esa época, todo el tiempo me lamentaba por ella. Era terrible pedirle ayuda a otras personas. Tenía un par de migrañas a la semana.

Durante un ataque típico, me despertaba sin saber cuándo había comenzado. Si tomaba tres tabletas de paracetamol en el momento apropiado, me podía sentir bien. Pero si el ataque estaba avanzado, me duraba dos o tres días. Una vez, duró cinco días. Todo el tiempo sentía náuseas. Tenía que recostarme como momia: sin mover un músculo. Incluso hablarle a mis hijos me hacía sentir náuseas. Todo lo que quería era botellas de agua caliente. El calor me ayudaba. Probé el frío, pero era una agonía. Me recostaba con la cara en la almohada y la botella de agua caliente, es un milagro que no tenga la cara roja, manchada o marcada después de hacer eso tantos años. Normalmente uso calcetas y una bata en la cama porque soy muy friolenta. Sólo bebo agua filtrada. Tengo una jarra de agua y un reci - piente a mi lado y quiero estar sola. En los días buenos, ando de aquí para allá tratando de animarme, porque paso mucho tiempo en cama. Puedo aceptar al mundo cuando me siento bien. Tengo una sensación de euforia.

Mis dos hijos han tenido que madurar rápidamente y volverse independientes. Todos en la familia sufren; no sólo yo. Cuando nos casamos, mi esposo solía sentirse como prisionero en su propia casa. Sabía que yo estaba en la recámara con náuseas y que no quería a nadie ahí. Se sentía culpable de salir. Se pasaba solo los fines de semana. Cuando los niños llegaban, les decía: “No hagan ruido, mamá está en cama”, “no patees la pelota contra el muro”. Ellos también sufrían. Se cancelaban los viajes y otras actividades familiares. Ahora, mi esposo asiste solo a cenas y otros eventos sociales. Regresa tarde de trabajar, sube a mi habitación y me da masaje en el cuello. Vacía el recipiente donde vomito. Su estómago resuena en protesta. Llega a las nueve de la noche después de recorrer el largo camino desde Londres y no hay cena en el horno o en la mesa y tiene que buscar en el refrigerador y descongelar algo. Se acuesta después de las 10:30. A veces se queja, pero por lo general, se porta muy bien. Lo siento molesto, frustrado e indefenso.

He estado en varios hospitales y clínicas para la migraña, pero sin provecho. He confiado en curarme a través de la fe, la acupuntura, diferentes dietas, me han analizado hasta el cabello y he tomado todo tipo de brebajes. Acudí con una experta en herbolariaque me dijo que bebiera mi propia orina cada mañana. No pude, simplemente no pude.

Ahora ingiero Sanomigran y he subido mucho de peso; me siento como una piedra. Camino como si estuviera embarazada. Lo primero que ven es mi barriga. También me aletarga. No puedo usar ropa de mi talla; pero tampoco puedo hacer ejercicio intenso porque me indispone. El medicamento me ha ayudado, pero ya perdí la batalla contra la piel flácida.

Tomé un curso de masajes hace cuatro años, porque pensé que sería muy terapéutico para mí. Ha sido maravilloso. Realmente me ayuda. Lo hago en casa utilizando aceites esenciales. Tan pronto como pongo las manos en alguien, me relajo. Mi corazón se calma. Aunque lo hice principalmente porque padezco migraña.

Capítulo II Migraña con aura

Síntomas

Aura

El comienzo de este tipo de ataque es un aura formada por varios síntomas. En cuanto usted lea las historias en este capítulo verá que los pacientes sufren diversas experiencias bastante intimidantes, aunque prácticamente todas ellas son desórdenes visuales de uno u otro tipo. Es común que alguien que sufre por vez primera un ataque de migraña clásico, sienta que se queda ciego o se vuelve loco. Normalmente, los pacientes ven una mancha que aumenta de tamaño poco a poco, hasta cubrir casi todo el campo visual. Este punto ciego se conoce como esco-toma. A otros se les nubla la visión, ven destellos de luz, zigzagueos o una rueda giratoria. Se cree que estos desórdenes se deben al estrechamiento de los vasos sanguíneos que alimentan al cerebro, lo que significa que éste recibe menos sangre. Otros síntomas causados por la restricción del flujo de sangre son una sensación de entumecimiento, que casi siempre inicia en un lado de la cara o en un brazo, y después una debilidad en la misma parte del cuerpo. Muy rara vez, las personas pierden el conocimiento y sufren desmayos (consulte el relato de Joelle en la página 36).

Cuando se presenta un dolor de cabeza, normalmente está en el lado del cuerpo que no ha sido afectado por la debilidad o el entumecimiento. Los pacientes a menudo se sienten confusos, incapaces de pensar con claridad o de hablar con coherencia. Pueden sentirse mareados y no toleran la luz, los sonidos o los olores.

A veces, los pacientes experimentan durante el aura un cambio en la percepción de los objetos que los rodean. Por ejemplo, una tetera puede verse más grande o más pequeña de su tamaño real. Puede parecer lejana o inclinada, cuando está perfectamente vertical. Los pacientes ven cosas que no están ahí, sienten que han crecido o empequeñecido. Lewis Carrol, autor de Alicia en el país de las maravillas, sufría de migraña. Se creía que algunas de las experiencias de Alicia fueron una recreación de sus propias migrañas, pero parece que sólo comenzó a padecer esta dolencia después de haber escrito el libro. Tal vez, junto con su gran imaginación y talento de escritor, po - seía el don de la premonición.

No se sabe cuántas personas sufren de alucinaciones leves y ven cosas que no están ahí o experimentan que los objetos cambian de tamaño y forma. Es lamentable que muy pocas personas lo admitan, por miedo a ser tildadas de extrañas o, lo que es peor, de enfermas mentales. Pero cuando se considera el aura desde un punto de vista científico y se comprende que todos estos efectos son simplemente una consecuencia del restringido flujo de sangre al cerebro, no parece peculiar en absoluto.Algunas personas sufren una constricción leve de los vasos sanguíneos, mientras que otras enfrentan una constricción más intensa, de ahí los extremos de la experiencia.

Dolor de cabeza y síntomas asociados

El aura puede durar de 20 minutos a una hora y normalmente, pero no siempre, se presenta después un fuerte dolor de cabeza que comienza en un lado de la cabeza y después se generaliza; comúnmente le acompañan náu - seas, vómito y diarrea. Como con la migraña sin aura, los pacientes aquejados por este tipo de migraña pueden ser muy sensibles a la luz, el sonido y los olores. Es común la sensibilidad en la cabeza o el cuello durante o después de un ataque.

Tratamiento