BREVE HISTORIA
DE LAS BATALLAS NAVALES
DE LA EDAD MEDIA

BREVE HISTORIA
DE LAS BATALLAS NAVALES
DE LA EDAD MEDIA

Víctor San Juan

Colección: Breve Historia

www.brevehistoria.com

Título: Breve historia de las batallas navales de la Edad Media

Autor: © Víctor San Juan

Director de colección: Luis E. Íñigo Fernández

Copyright de la presente edición: © 2017 Ediciones Nowtilus, S.L.

Doña Juana I de Castilla, 44, 3º C, 28027 Madrid

www.nowtilus.com

Elaboración de textos: Santos Rodríguez

Diseño y realización de cubierta: Universo Cultura y Ocio

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com ; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

ISBN edición digital: 978-84-9967-876-4

Fecha de edición: Mayo2017

Depósito legal: M-8590-2017

Introducción

La Edad Media ocupa la mayor parte de los veinte siglos de nuestra era. Es una larga etapa, como una noche oscura, que la humanidad prefiere sepultar en el olvido, porque la Edad Media es feudalismo, es desorden, es crueldad, servilismo y humillación de seres humanos. Es barbarie de miles de vidas sacrificadas, sin ningún ideal la mayor parte de las veces, en aras de una caprichosa dominación, una guerra o un credo religioso, cuando no las aniquila una epidemia inevitable o una catástrofe ante la que nada se puede hacer. La Edad Media representa, en suma, lo peor del hombre. Pero la Edad Media es, sobre todo, confusión. Un absoluto caos en el que abrirse paso resulta una empresa a veces tan desconcertante que lleva al desánimo por la falta de referencias, la sucesión obsesiva de personajes y, sobre todo, la imposibilidad de establecer una línea fiable de seguimiento de los hechos. Tienen gran mérito los cronistas profesionales que han conseguido aclararse y escribir obras veraces de un período tan sumamente difícil y complejo de nuestra historia.

Nuestro objeto es, únicamente, la divulgación naval, aunque tal vez ello no le evite al lector algún momento de desconcierto. En el mundo marítimo, la Edad Media empieza tras una absoluta balsa de aceite, una verdadera calma chicha total que, además, había durado largo tiempo. Esta pertinaz «encalmada» se conoce con el nombre de pax romana y es la farsa de un Imperio romano que fue capaz de rodear al mar, «su» mar –el Mare Nostrum– por todos lados, de tal manera que nadie podía navegar o introducirse en él sin permiso de las flotas que lo custodiaban, en beneficio del comercio y tráfico marítimo. Mientras tanto, el Imperio en sí, lejos de la paz, se debatía en agitaciones, rebeliones y conflictos interminables. Un auténtico rosario de variopintos emperadores se iba sucediendo en el trono con descorazonadora incompetencia en muchos casos. La situación había durado desde la batalla de Accio (31 a. C.) hasta casi el final del Imperio romano de Occidente, en el 476 d. C. Fueron más de cuatrocientos años y cien emperadores que lograron evitar las contiendas navales, dando larguísimas vacaciones a los buques de guerra y sus dotaciones.

Con la avalancha de etnias y tribus sobre las fronteras del Imperio a lo largo de todos estos siglos, la especie de statu quo marítimo terminó por venirse abajo. Llegaron nuevos inmigrantes violentos, como los hunos que, desconociendo la navegación, jamás se preocuparon de ella; otros poco duchos en pericia de mar, como los visigodos, trataron de empaparse de la navegación romana, fracasando en el intento. Los vándalos y luego los árabes, que vinieron después, tuvieron a su modo cierto éxito, a pesar del resurgimiento de Oriente con el poderío bizantino. Finalmente, la aparición de una raza invasora con una cultura marinera superior –los vikingos, luego evolucionados a normandos cuando se establecieron en la Bretaña francesa– mostró hasta qué punto la extinta pax romana había dejado anticuado el mundo naval mediterráneo, cuyas embarcaciones, comparadas con las nórdicas, resultaban verdaderas piezas de museo.

No obstante, la civilización mediterránea reaccionó de la mano de culturas profundamente marítimas que dieron origen a las ciudades-estado mercantiles, como Venecia o Génova. Pero en el Mare Nostrum, al alud de invasiones de norte a sur le siguieron nuevos conflictos oeste-este, las Cruzadas, que, aunque tuvieron motivación religiosa y misional, acabaron sirviendo a otros intereses (territorial, político, económico, etc.), dejando al margen la mesiánica coartada doctrinal. El espíritu de cruzada se transfirió también a las naciones invadidas por el islam, que iniciaron pequeñas cruzadas particulares; en las tierras de Hispania, a estas cruzadas se las llamó Reconquista y la toma de Baleares y Sicilia para el ambicioso reino de Aragón. Todo ello trajo campañas y batallas navales en las que destacaron marinos medievales venecianos, genoveses y aragoneses.

Avanzada la Edad Media, se produjeron disputas en aguas atlánticas del canal de la Mancha, donde la guerra de los Cien Años (1337-1453) enzarzó a los reyes de Francia e Inglaterra en una larga contienda por tierra y mar. Eduardo III de Inglaterra y su bisnieto, Enrique V, darían muchos quebraderos de cabeza a sus iguales franceses, Felipe VI de Valois, Juan II el Bueno y Carlos VII. Sólo el rey francés Carlos V el Sabio supo hacer frente al desafío en una segunda fase que traería varias notables derrotas inglesas en un mal momento para el reino isleño, con el rey niño Ricardo II (nieto de Eduardo III) en el trono, luego derrocado. Francia, no obstante, retornó al fracaso con Carlos VI, caritativamente conocido por algunos como el Bienamado, y por otros más pragmáticos como el Loco, o simplemente, el Tonto. La guerra de los Cien Años supondrá para nosotros dos batallas navales: la batalla de la Esclusa de 1337 –librada en aguas de Flandes– y la batalla de La Rochelle, con la posterior incursión castellana en el Támesis de 1372 a 1380 que pondrán fin a este trabajo. Aunque se considere formalmente la Edad Media como el período comprendido entre la escisión del Imperio romano (324 d. C.) y la caída de Constantinopla (1453), o el descubrimiento de América (1492) este trabajo repasará también los tres siglos desde la batalla de Accio, incluyendo brevemente toda la Roma imperial, sin la que el lector no tendría una perspectiva completa. Prepárense, pues, para un largo recorrido histórico de casi quince siglos, concluido el cual, la jornada del turco en Lepanto (1571) y la jornada de Inglaterra de 1588 (la Armada Invencible) surgen a continuación como hitos de referencia marítima inconfundibles.

Víctor San Juan

Inventario de batallas navales de la Edad Media

  1. Batalla del cabo Bon (468 d. C.). Los vándalos de Genserico derrotan a los bizantinos de Basilisco.
  2. Batalla de Sena Gálica (551 d. C.). Los bizantinos de Juan derrotan a los ostrogodos de Gandulfo y Gibal.
  3. Invasión de al-Ándalus (711 d. C.). Los árabes y los bereberes de Tariq-ibn-Ziyad pasan a la península ibérica.
  4. Batalla de la Punta del Serrallo (717 d. C.). Constantinopla: León III el Isaurio derrota a los musulmanes de Maslama.
  5. Batalla de Argos (718 d. C.). León III el Isaurio derrota al egipcio Sofiam y al árabe Yezid en el Bósforo.
  6. Batalla de la isla Svold (1000 d. C.). Los vikingos de Noruega son derrotados por los vikingos daneses y suecos.
  7. Invasión de Inglaterra (1066 d. C.). Los normandos de Guillermo el Conquistador pasan a la isla de Inglaterra.
  8. Batalla de Ascalón (1123 d. C.). La Armada veneciana derrota a la flota egipcia.
  9. Toma de Lisboa (1147 d. C.). Segunda cruzada: la flota anglo-alemana-normanda recupera Lisboa.
  10. Primera Toma de Constantinopla (1202 d. C.). Cuarta cruzada: venecianos y cruzados toman y saquean Constantinopla.
  11. Batalla de Brujas y Damme (1212 d. C.). William de Pembroke, apodado Longsword (‘espada larga’), destroza la flota de Felipe Augusto.
  12. Batalla del canal de la Mancha (1217 d. C.). La flota inglesa vence a la francesa de Eustace Buskes en el canal de la Mancha.
  13. Conquista de Sevilla (1248 d. C.). Ramón de Bonifaz remonta el Guadalquivir y toma Sevilla.
  14. Batalla de Meloria (1284 d. C.). Génova derrota a la flota de Pisa.
  15. Batallas de Malta y Nápoles (1284 d. C.). Roger de Lauria (Aragón) vence al príncipe de Salerno (Francia).
  16. Batalla de las Hormigas (1284 d. C.). Roger de Lauria (Aragón) vence a Juan Escoto (Francia).
  17. Batalla de Castellammare (1287 d. C.). Roger de Lauria (Aragón) vence a Enrique del Mar (Francia).
  18. Batalla de Curzola (1298 d. C.). El almirante Lamba Doria (Génova) vence a la flota veneciana con Marco Polo.
  19. Batallas de Orlando y Ponza (1299 d. C.). Roger de Lauria (Aragón) vence a la flota siciliana de don Fadrique.
  20. Batalla de Esclusa (1340 d. C.). Eduardo III de Inglaterra vence a la flota francesa en el Escalda.
  21. Batalla naval de Constantinopla (1352 d. C.). Los aragoneses y los venecianos contra los genoveses de Pera.
  22. Batalla de Sapienza (1354 d. C.). Los genoveses sorprenden y derrotan venecianos en Grecia.
  23. Batalla de La Rochelle (1372 d. C.). Ambrosio Bocanegra (Castilla) vence al conde de Pembroke (Inglaterra).
  24. Batallas de cabo Anzio y de Trogir (1378 d. C.). Guerra de Chioggia: los genoveses resisten contra los venecianos.
  25. Batallas de Pola y Chioggia (1379-1380 d. C.). Guerra de Chioggia: ataque genovés repelido por los venecianos.
  26. Incursión castellana (1380 a. C.). Fernando Sánchez de Tovar penetra en el río Medway.
  27. Batalla del Cuerno de Oro y batalla de Kasimpasa (1453 d. C.). Los bizantinos vencen y son derrotados por los turcos.